Integrantes de dos familias que salieron de Honduras y cruzaron la frontera de Guatemala con México, pernoctan hoy en Chilpancingo, pero tienen miedo de ser deportados.
Las dos familias fueron acogidas en la Casa del Peregrino que dirige el sacerdote y defensor de los derechos humanos Filiberto Velázquez Florencio.
Después de casi un mes de haber salido de su comunidad Las Entradas, en Honduras, un matrimonio y sus dos hijos deambulaban este martes por las calles de Chilpancingo sin tener a quien pedir ayuda.
Tenían mucha hambre y sed. «Andábamos caminando por la alameda (Granados Maldonado ubicada en el centro de Chilpancingo) y alguien nos dijo que había un lugar donde nos podían dar alojo y aquí llegamos», dijo el hondureño, de nombre Josué.
Relató que junto con su esposa y sus dos pequeños hijos sufrieron muchas penurias desde que decidieron salirse de su país en donde según él, la economía está mal.
«Hemos venido caminando por cerros día y noche, a veces sin probar alimento», indica Josué.
El hondureño dice que desde que la presidenta (Xiomara Castro) asumió el poder hay muchos problemas económicos en su país.
«Yo soy mecánico y no tenía trabajo, pero así como yo hay muchos que también se salieron de mi país», señaló.
Ante las nuevas medidas migratorias que ha implementado el gobierno de México, los indocumentados que logran atravesar la frontera sur del país sufren el acoso de los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
«Varias veces fuimos acosados por migra pero afortunadamente logramos avanzar y ojalá podamos llegar a Estados Unidos y si no se puede nos quedamos en México a trabajar», afirmó Josué.
Mencionó que desde Chiapas hasta entrar a Guerrero los agentes de la migra los hostigaron. Estuvieron durante unos días en la aduana de la INM en Acapulco.
«Debo reconocer que llegando a Guerrero nos han tratado bien», refirió Josué.
En la frontera de Guatemala y México, Josué se percató de que cientos de personas de países centroamericanos y de Sudamérica lograron cruzar por los cerros.
«Durante el trayecto, a veces caminábamos hasta ocho horas diarias, cargaba a mis hijos quienes se enfermaron en Tapachula, Chiapas pero no les pasó nada grave».
Desde el desbordamiento de migrantes que logran cruzar México, el INM endureció los operativos para retener a los indocumentados.
Las dos familias hondureñas se trasladarán a las instalaciones de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para solicitar asilo humanitario.
Según el registro de la Comar, de enero a agosto de este año, recibieron 99 mil 888 solicitudes de asilo, de las cuales solo 12, 468 se resolvieron de manera positiva.
La mayoría de estas solicitudes de indocumentados son de gente de Honduras, Haití, Venezuela, El Salvador y Cuba.
Josué dice que en su pueblo natal, en Honduras, solo se quedó su mamá pero cuando él ya tenga asilo humanitario en Estados Unidos o en México, va ir por ella.
El hondureño cuenta que su hermana también se salió de Honduras y está en trayecto a Estados Unidos y cree que en cualquier momento ingrese a ese país.
Josué contó que en Tapachula trabajó de peón y que los patrones se aprovechaban pagándole menos salario que a los demás trabajadores bajo el argumento de que era indocumentado.
«Sé que aquí a los chalanes (peones) les pagan 250 pesos diarios pero a mí me daban 150 pesos», dijo.
El sacerdote Filiberto Velázquez, encargado de la Casa del Peregrino, afirmó que hay una persecución feroz por parte de los agentes de Migración contra los indocumentados y eso provoca que los que cruzan la frontera busquen rutas alternas para llegar a Estados Unidos.
«Por ese endurecimiento contra los migrantes Guerrero se ha convertido en una ruta alterna y está bien porque si la gente llega a Michoacán o Jalisco existe el riesgo de que caigan en manos de las organizaciones criminales», aseguró Filiberto Velázquez.
Procedentes de la Ciudad de México, donde estuvieron hospitalizados, los migrantes regresaron a Ciudad Juárez para ingresar a Estados Unidos, a casi seis meses la tragedia en la estación migratoria donde murieron 40 personas
Texto: Blanca Carmona / La Verdad
Fotografía: Alicia Fernández / La Verdad
20 de septiembre 2023
Cuatro migrantes extranjeros que sobrevivieron al incendio registrado el pasado 27 de marzo en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, cruzaron a Estados Unidos en las primeras horas de este 20 de septiembre.
Los hombres, quienes pidieron ser identificadas con las iniciales de sus nombres: Bryan Eduardo F.Q., de 27 años originario de El Salvador; Bryan Orlando R.F., de 26 años procedente de Honduras; Eliseo G.V., de 22 años, de Guatemala, y Stefan A., de 31 años originario de Venezuela, expresaron que su anhelo continúa siendo llegar al país del norte en busca de una mejor calidad de vida.
“Siempre anhelamos ingresar a Estados Unidos, lo vemos como un país de muchas oportunidades y que obviamente siendo licenciado (en su caso) pueda entrar en el área deportiva. Lo vemos como algo muy anhelado y con la ayuda de Dios va a ser posible”, dijo una de las víctimas que sobrevivieron al incendio donde 40 personas migrantes murieron atrapados por el fuego en la estación migratoria.
Procedentes de la Ciudad de México, donde estuvieron hospitalizados tras la tragedia, ellos se trasladan ahora a los estados de Colorado, Carolina del Norte, Dallas y otra comunidad en Texas. Este miércoles, unos minutos antes de las 7 de la mañana, llegaron al puente internacional Paso del Norte para cruzar la frontera.
Jalando sus maletas, y asistidos por personal de la organización Derechos Humanos Integrales en Acción (DHIA), subieron la joroba del puente internacional y se detuvieron en la parte más alta justo donde acaba el territorio mexicano para colocarse frente a los oficiales del servicio de Aduana y Protección Fronteriza del Sector El Paso, Texas, a quienes les indicaron que cuenta con un permiso humanitario, conocido en inglés como parole.
Todas las personas entraron de inmediato a Estados Unidos. Otros sobrevivientes cruzaron la frontera antes, mientras algunos más aún permanecen en México.
Blanca Navarrete, directora de DHIA, informó que las cuatro personas y tres familiares de ellos recibieron un parole humanitario, es decir un permiso que el gobierno estadounidense otorga a las personas debido a una emergencia y una razón humanitaria urgente.
Las gestiones las realizó el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUVI) con apoyo de la organización de Las Américas, luego de que las autoridades estadounidenses mostraron lentitud en la respuesta para admitir a los sobrevivientes de la tragedia en Ciudad Juárez.
“Ellos aún continúan en seguimiento médico, de hecho, están ingresando también con medicamento, con sus recetas, algunos de ellos tienen una protección para quemaduras, otro para mejorar articulaciones. Entonces va a ser necesario continuar la atención médica en Estados Unidos”, explicó Navarrete.
Los sobrevivientes externaron sentimientos encontrados al dejar México e internarse a Estados Unidos, a donde buscaban llegar desde hace meses cuando salieron de sus países de origen, El Salvador, Honduras, Guatemala y Venezuela. Lo lograron este miércoles, aunque ahora lo hicieron con secuelas físicas y psicológicas por haber quedado atrapados en un fuego que se propagó de forma muy rápida y sin recibir auxilio por parte de los responsables de la estación migratoria.
Dos de los sobrevivientes expresaron tener temor a no poder trabajar, debido a las secuelas que les dejaron las lesiones sufridas durante el siniestro.
Bryan Orlando estuvo casi dos meses intubado, los últimos 20 días consciente, porque sufrió quemaduras en el 20 por ciento del cuerpo, de segundo grado y tercer grado, así como quemaduras en la vía aérea.
Él presenta todavía un trastorno del plexo braquial – es decir en la red de nervios que envía señales desde la médula espinal hasta el hombro, el brazo y la mano–, que le afecta la movilidad del brazo y la mano del lado derecho, también presenta tos con una flema negra por el humo que inhaló, falta de sensibilidad en algunas partes del cuerpo y en otras un exceso de sensibilidad.
El hombre dijo que por su nivel académico ha laborado en trabajos que requieren esfuerzo físico, pero ahora está imposibilitado para mover su brazo y mano derecha.
El sueño de él es aprender el idioma inglés, obtener un empleo y terminar de recuperarse.
Mientras que Eliseo, tiene quemaduras en ambas manos. Las más severas en la izquierda donde le fue colocado un colgajo de piel tomada de otras partes de su cuerpo y para evitar que le fuera amputada fue necesario “pegarle” la mano a su abdomen durante tres semanas.
Él presenta cortadas en ambas piernas pues los médicos estuvieron buscando un vaso sanguíneo viable para conectar la mano izquierda. También sufrió quemaduras en la vía aérea, dice que al precisar que trago el humo.
Además, sufre una sensación de molestia y enojo por lo sucedido, por el daño a su mano derecha.
“No quería yo quemarme, pero me quemé… no quería tener daño en mi cuerpo, verdad, pero es injusto porque me quemé. Donde me desmayé, no sentí cómo me quemé, vine a despertar en el hospital”, expresó.
Él estuvo internado 12 días en un hospital de Ciudad Juárez y dos meses y medio en un nosocomio en la Ciudad de México, actualmente utiliza una protección en la mano izquierda para cubrir la quemadura y el colgajo.
En la mano derecha se le hizo un trasplante de piel y tiene movilidad.
Eliseo también tiene temor de no poder volver a laborar por la condición de la mano izquierda.
Bryan Eduardo fue una de las personas trasladadas a la Ciudad de México y estuvo internado en dos hospitales. Permaneció un mes intubado porque sufrió una lesión en un pulmón, quemaduras de la vía aérea y presentó un daño renal.
No quería yo quemarme, pero me quemé… no quería tener daño en mi cuerpo, verdad, pero es injusto porque me quemé. Donde me desmayé, no sentí cómo me quemé, vine a despertar en el hospital”, expresó.
Él estuvo internado 12 días en un hospital de Ciudad Juárez y dos meses y medio en un nosocomio en la Ciudad de México, actualmente utiliza una protección en la mano izquierda para cubrir la quemadura y el colgajo.
En la mano derecha se le hizo un trasplante de piel y tiene movilidad.
Eliseo también tiene temor de no poder volver a laborar por la condición de la mano izquierda.
Bryan Eduardo fue una de las personas trasladadas a la Ciudad de México y estuvo internado en dos hospitales. Permaneció un mes intubado porque sufrió una lesión en un pulmón, quemaduras de la vía aérea y presentó un daño renal.
“Mi recuperación ha venido en poco presentó daño renal y está mejorando. Si de los exámenes que me he estado haciendo en el hospital gracias a Dios me ha salido positiva. Siempre la recomendación de los doctores por lo que ya pase, un doctor me dijo que los riñones estaban curados a un 90 por ciento pero que si llego a pasar una gripa, una diarrea o cualquier otra enfermedad… que no me dejen tomar medicamentos fuertes porque puede perjudicar mi salud”, expresó.
Stefan sufrió un paro cardiorrespiratorio cuando iba a ser intubado, se le practicó una pleura pulmonar, debido a la inhalación de monóxido, quemaduras en la oreja izquierda, afectaciones en la retina en el ojo derecho por el fuego y un golpe en la cabeza cuando perdió el conocimiento.
Él presentó úlceras a causa de la falta de movilidad mientras estuvo intubado.
“Fui dado por muerto”, recuerda S.A., al precisar que ya estaba dentro de una bolsa térmica acomodada en el piso del estacionamiento de la estación migratoria incluso con el rostro tapado cuando una mujer militar se percató que tenía signos vitales.
El hombre estuvo internado del 27 de marzo al 19 de abril, permaneció dos días fuera y regresó seis días más al hospital para una apendicitis.
El grupo de migrantes y sus familiares llegaron a Ciudad Juárez el 19 de septiembre provenientes de la Ciudad de México donde estuvieron hospitalizados, y ese día acudieron a la estación migratoria que se quemó, ubicada junto al puente internacional Lerdo-Stanton, para una sesión en la que pretendían cerrar un ciclo.
Al llegar a ese lugar, cuentan, personal de seguridad que vigila el inmueble los corrió, diciéndoles que ahí no pasó nada importante, solo “unos quemados”.
El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Seguridad, informó que el primer cuerpo en llegar a su país fue del migrante originario de Colombia; además, dio a conocer que hasta este viernes aún permanecen hospitalizados 16 migrantes con lesiones por el incendio
A través de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), dio a conocer que este proceso inició este viernes con la llegada del cuerpo de una de las víctimas mortales a Bogotá, Colombia.
Se trata del colombiano Julián David Villamil Arévalo, de 22 años, de acuerdo con la lista de víctimas fallecidas en el incendio del 27 de marzo en la estación migratoria que fue previamente difundida por las autoridades.
La dependencia informó también que siete cuerpos de personas originarias de El Salvador están en traslado terrestre, con acompañamiento de la Guardia Nacional. Se espera que este sábado estén cruzando la frontera por Chiapas.
#SSPCInforma 📢 Tarjeta Informativa respecto a los hechos ocurridos en la estación migratoria de #CiudadJuárez, #Chihuahua, el pasado 27 de marzo.
— Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (@SSPCMexico) April 7, 2023
Respecto a personas originarias de Guatemala, 11 cuerpos han sido identificados en Ciudad Juárez y se tiene programado su traslado aéreo para la próxima semana.
Además, familiares de seis migrantes hondureños fallecidos están en el proceso de identificación de los cuerpos y se programará un vuelo con destino a su país de origen.
Hasta las 12:00 horas de este viernes, la Secretaría de Salud federal reportó que aún hay 16 migrantes que permanecen hospitalizados con lesiones generadas por el incendio en el INM. Siete de ellos están en Ciudad Juárez y nueve en la Ciudad de México, a donde fueron trasladado el pasado fin de semana.
En el IMSS de Ciudad Juárez fueron dadas de alta dos personas, por lo cual esa institución ya no tiene ningún paciente en sus unidades médicas.
En el ISSSTE hay otra persona y se espera su alta para la próxima semana. En la Secretaría de Salud de Chihuahua hay cinco pacientes graves y uno estable, fuera de riesgo.
En tanto que seis víctimas permanecen en al Centro Nacional de Investigación y Atención a Quemados (CENIAQ) y tres están en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), ambos de la Ciudad de México.
La dependencia informó que en atención a los familiares de las víctimas, tanto fallecidas como hospitalizadas, se cuenta con un grupo especializado de apoyo jurídico y psicológico, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).
Aseguró también que el Gobierno de México llegará a las últimas consecuencias para que los responsables de esta tragedia paguen por sus actos.
Reiteró que no habrá impunidad y quienes resulten responsables, de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), deberán responder ante la ley.
Este texto es propiedad de La Verdad y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Puedes leer el original en este enlace.