Tardan meses para detectar el cáncer a paciente en el IMSS y reclaman a la familia por hacerlo público

Reclamar públicamente por la falta de atención en el IMSS le costó a un derechohabiente la “estigmatización”, una atención precaria y la incertidumbre ante la posibilidad de perder el tratamiento.


Texto: Nayeli Roldán / Animal Político 

Foto: Facebook Secretaría de Salud 

7 de agosto del 2024

En enero de este año, Javier Delgado, de 50 años, sufrió un infarto. Fue atendido en el IMSS de Mérida, y gracias a un cateterismo pudieron salvarle la vida. Cuando aún estaba en el hospital avisó a los doctores que sentía una bolita en la lengua, pero le dijeron que tal vez era una infección y sólo necesitaba enjuagarse con astringosol.

Dos meses después la bolita era más grande y “no se quitaba con nada. Se nos hizo muy raro, por eso decidimos ir con un médico internista, porque no era normal”, relata Adriana Promotor, su esposa.

Por esa sospecha y aún con las limitadas condiciones económicas de la familia, pagaron 800 pesos por una primera consulta con un médico internista. Al revisarlo, sospechó que era cáncer y lo envió con un oncólogo quien cobró otros mil pesos por la consulta, y una segunda revisión por mil pesos. Ahí ordenó una biopsia urgente.

Con ese diagnóstico y sabiendo que la biopsia era más cara que pagar una consulta, la familia acudió a solicitarla al Hospital General Regional 17 del IMSS de Cancún, donde vivían, pero les dijeron que no podrían realizarla hasta al menos tres meses. “Es urgente”, les insistió Adriana, pero de nada valió. Tenían que esperar ese tiempo.

Decidieron hacerlo por su cuenta, vendiendo lo que pudieron, “el aire acondicionado, una mesa, todas nuestras cosas. Las subimos a Mercado Libre y así las fuimos vendiendo”, cuenta Adriana con la voz entrecortada.

Lograron juntar 8 mil pesos para pagar la biopsia y el resultado confirmó las sospechas de los médicos particulares: era cáncer. El tratamiento, les explicaron, consistiría en radioterapias que costarían 350 mil pesos y quimioterapias de 5 mil pesos semanales.

Esas cifras, impagables para casi cualquiera en este país, eran más inalcanzables para Javier, quien trabajaba en el sector hotelero como técnico mecánico, y sólo recibía 5 mil pesos mensuales como parte de una pensión temporal ante la imposibilidad de volver al trabajo por las complicaciones de salud.

Adriana, su esposa, es ama de casa; su hija, de 32 años, tiene una bebé de seis meses y el esposo trabaja como lavaplatos en el aeropuerto de Cancún. Definitivamente necesitarían del servicio público para atender a Javier, pensaron.

Aunque vivían en Cancún, el hospital de ahí no podía atender cáncer, al no contar con médicos ni aparatos, pero de urgencias, lo canalizaron a Mérida nuevamente, a la Unidad Médica de Alta Especialidad “Ignacio García Téllez”. Por eso, Adriana, su hija y su nieta se fueron allá. Rentaron un cuartito por 3,500 pesos y desde entonces sólo sobreviven con el sueldo del yerno y la pensión de Javier.

En el IMSS de Cancún no le realizaron ningún otro análisis y tampoco recibieron los estudios que le habían hecho de forma particular. Con la revisión de los doctores en emergencias de Quintana Roo lo trataron como paciente confirmado de cáncer en Mérida.

Lo citaron para el 15 de julio para la primera sesión de radioterapia y la familia creía que al menos todo el sacrificio y el batallar de los meses previos tendría buen puerto y por fin comenzaría el tratamiento que Javier necesitaba, porque lo que comenzó como una ‘bolita’ ya le había cubierto toda la lengua para entonces.

Pero no fue así. El día de la cita, el área de oncología del hospital no tenía luz y no lo pudieron atender. Le dijeron que volviera al siguiente día. Así lo hicieron, pero el 16 de julio los recibieron con otra mala noticia: la máquina de radioterapia estaba descompuesta y abría servicio hasta tres días después.

“Por eso perdió las primeras quimioterapias porque primero van las radioterapias, pero como no se las dieron, las citas se perdieron para lo demás. Ya después, nos dijeron que no había un medicamento para la quimio. Y así nos han traído”, dice Adriana.

Ante eso, Javier decidió hacer videos que publicó en Tik Tok para denunciar la falta de atención. Apenas pudiendo hablar por la afectación en la lengua, pero con la esperanza de ser escuchado y, sobre todo, atendido. Mientras que Adriana interpuso una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y, a través de una organización no gubernamental interpuso un amparo para lograr el tratamiento.

También manda correos frecuentemente a todas las autoridades para suplicar atención. “¿Van a esperar a que mi esposo se muera?”, decía Adriana a todos los funcionarios con los que hablaba. Sin embargo, su exigencia le trajo el reclamo de funcionarios del instituto, como el que hizo Gabriela Paredes, trabajadora para la atención y orientación del derechohabiente del IMSS en Cancún.

“Me habló muy molesta. Me dijo que no tengo por qué hacerlo público porque ella ha estado en la mejor disposición para ayudarme. Y si ella quisiera no me daría ningún medicamento para mi esposo. Me dio a entender que ya no diga nada porque las personas que me están ayudando solo lo hacen por ‘lucro’ y ‘no se vale’”, relató Adriana.

Tres horas después, me avisaron que el medicamento ya estaba disponible.

Gracias a su exigencia ha conseguido un poco de respuesta. Hasta el inicio de agosto Javier ha recibido cuatro sesiones de radioterapia y una primera sesión de quimioterapia. La segunda la tiene programada para el 7 de agosto.

Sin embargo, viven en permanente incertidumbre de que el tratamiento sea interrumpido porque la experiencia hasta el momento no ha sido satisfactoria. De hecho, el medicamento para tratar los problemas del corazón después del infarto no los obtienen del Seguro Social, porque nunca ha habido, lo tienen que comprar en 2 mil pesos la caja que dura un mes.

Su exigencia, dice, les ha provocado que ahora “estamos marcados. Cada vez que vamos a la radioterapia nos hacen esperar horas y horas. Mi esposo se ha desmayado en el baño por lo débil que ya está, ha bajado 25 kilos, y está muy débil, pero no les importa. No tienen corazón”.

Además, con los gastos que ha traído una mudanza forzada, la familia está atravesando una situación económica aún más carente. “Allá (en Mérida) vendíamos tamales, pero acá no conocemos a nadie, no tenemos ni para empezar a vender y yo cuido a mi esposo y mi hija a su bebé; mi yerno tiene que pagar la renta de allá, y nosotras otra acá. A veces no tenemos ni para comer”, relata Adriana.

Por eso busca alguna organización que pueda ayudarles económicamente y apela a algún donativo que pueda ayudarles en estos momentos. (El número de cuenta sping de Oxxo es 646690146402951032, a nombre de Adriana Promotor).

El carente sistema de salud

Las carencias en el sistema de salud no son nuevas. En realidad han recrudecido en el actual sexenio. Como documentó Animal Político en la investigación periodística No Fuimos Dinamarca, el presupuesto al sector salud ha disminuido, mientras los servicios han ido a la baja.

Todas las instituciones de salud tuvieron menos recursos que tradujeron en menos servicios. Por ejemplo, la Secretaría de Salud tuvo hasta 39% de recorte en servicios básicos como agua y 37% menos en la “instalación, reparación y mantenimiento de equipo e instrumental médico”.

El IMSS tuvo 67% de recorte en la partida de “materiales, accesorios y suministros de laboratorio”, referidas a “materiales para radiografía, electrocardiografía, medicina, y demás materiales y suministros utilizados en los laboratorios médicos”. Mientras en 2018 gastó 4 mil 630 millones de pesos, en 2024 tuvo 2 mil 32 millones de pesos.

En el último año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el presupuesto a la Secretaría de Salud y el IMSS Bienestar, que atienden a quienes no tienen seguridad social, es decir, a los más pobres, registró un subejercicio de 16.8 % hasta el primer semestre de 2024.

Mientras que un nuevo programa llamado “La Clínica es Nuestra”, que consiste en entregar dinero directamente a las comunidades para que se encarguen de mejorar la infraestructura de sus centros de salud, ya gastó mil millones de pesos en el primer semestre del año.

Se trata de un modelo parecido al programa educativo “La Escuela es Nuestra”, mediante el cual se han entregado más de 84 mil millones de pesos durante el sexenio a los comités escolares, sin que hasta el momento hayan comprobado cómo y en qué se gastaron.

Este texto es original de Animal Político y es reproducido con su autorización. Puedes leer la nota original aquí.

Camino artesanal, la segunda vía rápida por la equidad de género en Ocotequila

Texto: Marlén Castro

Fotografía: Cortesía del Comité Comunitario de Participación Social del Camino Rural de Ocotequila

Ocotequila/municipio de Copanatoyac

21 de noviembre del 2023

 

A la orilla del camino rural a Ocotequila se observa algo insólito en una comunidad nahua: hay albañiles y albañilas participando codo a codo en la construcción de la vía.

“Al principio, los hombres no querían que las mujeres trabajaran también, pero son las reglas de operación establecidas en los caminos rurales y se tuvieron que adaptar”, cuenta Diego Ramírez González, secretario general del Comité de Participación Social.

El camino artesanal en Ocotequila registra un 68 por ciento de avance en esta que es la primera etapa en la que se tienen contemplados 4,800 kilómetros. Si hay segunda y tercera etapa pavimentarán los 12 kilómetros de distancia entre Copanatoyac, la cabecera del mismo nombre del municipio nahua en la Montaña alta, y Ocotequila.

La construcción del camino rural es la segunda vía rápida por la equidad de género en Ocotequila. La primera fue la declaración de invalidez de la elección del comisario municipal de Ocotequila por parte del Tribunal Electoral del Estado de Guerrero, en febrero del 2002, por negar el voto a las mujeres.

En enero del 2022, el pueblo nahua de Ocotequila se hizo famoso a nivel nacional e internacional, cuando por primera vez un grupo de nueve mujeres, encabezadas por María Antonia Ramírez Marcelino, se presentó a la Comisaría Municipal para solicitar que las dejaran votar en la elección del comisario. Los hombres les negaron ese derecho, aludiendo “usos y costumbres”, la justificación perfecta para no razonar con argumentos los derechos de las mujeres.

Las nueve mujeres interpusieron un juicio electoral para la protección de sus derechos políticos y el 2 de febrero del 2022, el Tribunal Electoral del Estado de Guerrero ordenó la anulación de la elección y la celebración de nuevas votaciones. El 13 de febrero del 2022, por primera vez en la historia del pueblo de Ocotequila, votaron las mujeres.

Los primeros cuatro kilómetros con 800 metros que se construyen de camino rural son la segunda vía rápida a la equidad de género en esta comunidad rural nahua.

El Comité Comunitario de Participación Social anunció que se contrataría a hombres y a mujeres para construir el camino rural y, como en las elecciones del comisario, los hombres y también algunas mujeres se oponían a que hubiera mujeres en ese trabajo.

“Decían que las mujeres no tienen la fuerza para cargar lo que los hombres cargan, a lo mejor sí, pero pueden dividir el peso en dos partes y dar dos viajes en vez de uno, decíamos en las asambleas”, cuenta María Antonia Ramírez Marcelino, la mujer que encabezó la petición de votar por primera vez en la elección de comisario y ahora forma parte del Comité Comunitario del Camino Rural.

Pies de Foto: La contratación de mujeres en trabajos de albañilería en la construcción del camino artesanal les ha permitido demostrar en la comunidad nahua de Ocotequila que no hay trabajos exclusivos para hombres.

Además, agrega Diego Ramírez González, no era opcional contratar a hombres y mujeres para los trabajos de albañilería, así viene establecido en las reglas de operación del programa. “Lo que había que hacer era ver qué trabajos harían las mujeres. Dijimos a lo mejor les lleva más tiempo, pero pueden hacerlo”.

Las albañilas de Ocotequila llegan a la obra con la ropa habitual que usan en casa: falda, blusas y huaraches, pero algunas para estar cómodas y sentirse seguras dejaron a un lado la falda y comenzaron a usar pantalón, también se quitaron los huaraches para dar paso a los tenis. Como los hombres cargan bultos de cemento y latas de mezcla. Todos los habitantes de Ocotequila han visto que ser mujeres no les impide trabajar en actividades que antes creían sólo son para hombres.

Las reglas de operación del programa de los caminos rurales establecen que por cada tres hombres contratados debe haber una mujer.

“Al principio no nos habíamos dado cuenta de estos porcentajes y contratamos el mismo número de hombres y mujeres, después ya vimos que no era así y nos acoplamos a la regla”, indica Antonia Ramírez.

El Comité Comunitario de Participación Social asegura que, con los meses, el disgusto en la comunidad por contratar mujeres se disipó y ahora todos en el pueblo están contentos, primero porque hay trabajo para muchos y porque pronto se cumplirá el sueño de un camino en el que transitarán todo el tiempo, sin importar las condiciones del clima.

Generalmente el Comité de Participación tiene contratados en la obra un promedio de 100 personas, a veces son menos. La última semana contrataron a 14 con la categoría de albañiles, los que cobraron 2,700 a la semana, que equivale a 450 el día y 68 ayudantes hombres y 18 ayudantes mujeres, a quienes les pagan 250 el día, 1,500 a la semana.

Desde mayo a la fecha en Ocotequila, una comunidad migrante por la falta de trabajo de aproximadamente 1,500 habitantes, se observa un poco de prosperidad, derivado del pago a las personas contratadas en la construcción del camino artesanal. Cada semana, en la comunidad hay una derrama económica de entre 130,000 o 150,000 pesos, por el pago que se hace a albañiles y ayudantes. Lo más importante es que tanto mujeres como hombres tienen su dinero.

“La gente está contenta también por eso, tienen dinero para comprar lo que necesitan y los que tienen tiendas o venden algo se benefician, porque la gente les compra”, cuenta Antonia Ramírez.

El único problema que hay en Ocotequila relacionado con la construcción de su camino es que en las reglas de operación se establece que el Ayuntamiento maneja el recurso, el Comité de Participación Comunitaria sólo firma la nómina y los avances de la obra, pero no decide sobre la calidad y la compra de los materiales para la construcción, eso le compete al alcalde.

Está establecido que el alcalde debe informar a la comunidad cómo se está gastando el recurso de la obra, pero hasta la fecha no lo ha hecho.

“Cuando denunciamos esta irregularidad nos dijeron: no se preocupen por lo fiscalización, ustedes no están para eso, ustedes vean que su camino se termine”, contaron los dos miembros del Comité de Participación Comunitaria.

Las dragas en Chilpancingo, una irrupción a la hegemonía de roles e identidad de género

Texto: Itzel Urieta y Amapola Periodista

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

El primer acercamiento que tuvo Ricardo con el mundo del drag queen fue en el 2018, a través de Rupaul Drag Race, un programa estadounidense de competencia de drag queens. En ese momento descubrió su pasión.

El drag es una forma de arte de flexión de género en la que una persona se viste con ropa y maquillaje para enfatizar una identidad de género.

Se denomina drag queen a un hombre que se viste como una mujer y exagera los rasgos femeninos al utilizar vestimenta llamativa y transgresora; desafía los roles y la identidad de género.

Ser drag queen implica crear a un personaje con distintos matices y niveles de complejidad, que se expone para la sociedad a través de un performance.

El arte drag en Chilpancingo comenzó hace algunos años, algunas drags comenzaron a surgir por el 2018.

El 2020 fue importante para la comunidad drag o las dragas, como también se hacen llamar, porque surgió Guerredrags, una competencia virtual creada con la finalidad de dar a conocer el arte drag de Guerrero y a sus exponentes.

El programa tuvo buena aceptación, participaron dragas de diferentes municipios del estado. En la actulidad son 20 dragas que se presentan en distintos espacios de Chilpancingo.

Drag queen el arte para romper estereotipos

El drag muchas veces es confundido con el travestismo, que es una práctica que se realiza en Guerrero desde hace varios años. El travestismo tiene popularidad en el estado, permea principalmente en algunos bares y pozolerías, donde ofrecen espectáculos de imitación.

De acuerdo con algunas drag queens, la diferencia entre el travestismo y el drag, es que el primero busca imitar a un personaje, tanto en apariencia física como en movimientos y gestos; deben estudiar muy bien a la persona que imitarán. El drag es un estilo libre que comienza desde cero, y se construye con imaginación.

El maquillaje es exagerado y resalta algunas partes del físicas como los ojos, las cejas y los labios, que son remarcados.

Los movimientos para las presentaciones son libres, pueden ser una coreografía, pasos con acrobacias y saltos.

Las dragas no buscan parecerse a nadie.

De Ricardo a Lolita Heart

Ricardo es su nombre de pila, es originario de Chilpancingo, tiene 23 años, pero desde hace ocho meses es Lolita Heart, su nombre y personaje drag.

A Ricardo no le molesta si se refieren como él o ella, pero la mayoría de personas que conocen lo llaman Lolita.

Desde pequeño supo que era gay y enfrentó discriminación en su escuela, principalmente por maestros.

Creció con su mamá, Dolores. A su padre no lo conoció; su madre se separó cuando él era muy pequeño y nunca lo vio.

Cuando Ricardo veía los programas relacionados al arte drag se emocionaba, pero nunca pensó convertirse en draga. Fue hasta que uno de sus amigos que organiza eventos drag lo invitó; era diciembre del 2022.

«En un momento me dice mi amigo ¿por qué no te metes como drag? y, entonces, comencé a trabajar con el proyecto de Lolita», recuerda Ricardo.

Lolita inició con un vestido de mujer, al que le mandó a hacer una cola de casi dos metros, y con una peluca «crepa china bien horrible», comenta Ricardo entre risas.

En el lapso en que trabajó en su vestuario y maquillaje pensó en cuál sería su nombre, y cayó en cuenta que llevaría el de la persona más importante para él, quien la inspira, su madre.

El diminutivo de Dolores, Lolita. Le agregó Heart, palabra en inglés que traducita al español es corazón. Su nombre draga es Lolita Heart.

Ahora ya la conocen más como Lolita; hasta su madre lo llama así.

Con el nombre de Ricardo tuvo un trabajo estable como capacitador de personal en una empresa, en ese trabajo tenía un sueldo fijo y todas las prestaciones de ley.

«Cuando empezaron a darse cuenta en mi trabajo que mi tirada era hacer drag, a mí me corren de mi trabajo. Fue una etapa muy difícil, tuve que iniciar mi vida totalmente, y dije si el drag me va a ayudar a salir adelante, vamos a darle».

La obligaron a firmar su renuncia por lo que no tuvo acceso a una liquidación.

Después vino la fase de que su familia la aceptara como drag. Dolores nunca le reprochó a Ricardo su preferencia sexual, «pero ya verme maquillada y vestida de mujer sí era otra cosa para mi mamá».

A Lolita sí la insultó y fue lo más doloroso para ella. Sus abuelos le decían que no les gustaba verla vestida así.

En un inicio Lolita no cobraba por sus shows en antros y bares, con el paso del tiempo comenzó a recibir propinas, y ahora el drag es su fuente de ingresos principal.

Con el tiempo su madre la apoyó y le pidió perdón por no haberla comprendido desde el principio.

«Mi mamá me pidió perdón, fue lo que más marcó el proceso de Lolita».

El cambio de Dolores fue radical, ahora siempre le llama Lolita. Es su aliada.

Lolita actualmente trabaja como drag en la Discoteca Venus The Rosse en Chilpancingo, da show todos los fines de semana y por contratos para eventos privados.

Una de sus metas es continuar vigente en el drag y ser reconocida en el estado, también le gustaría participar en alguna plataforma drag reconocida.

«Lolita llegó para quedarse, Lolita llegó para cambiar mi vida y Lolita ha sido lo más padre», comenta.

Seraphine D’Caelo

Desde que estudiaba la secundaria, Sebastián creó un personaje femenino al que llamó Seraphine. La dibujaba en sus cuadernos con cabello largo.

Sebastián es de Chilpancingo, tiene 23 años y al igual que Lolita, el programa Rupaul Drag Race se convirtió en su referente.

A Sebastián tampoco le molesta si le hablan como él o ella.

«Cuando vi Rupaul Drag Race dije, entonces lo que yo creé sí lo puedo hacer, si puedo llevarlo acabo, sí puedo decidir cómo se ve Seraphine, qué baila y qué utiliza», cuenta Sebastián.

El proceso sobre su sexualidad lo vivió en solitario, su familia intuía que era gay, por lo que nunca tuvo la necesidad de verbalizarlo. Hasta que tuvo su primer novio formal le contó a su mamá.

A su mamá le costó en un principio aceptar las preferencias sexuales de Sebastián, pero optó por investigar y orientarlo.

Sebastián tenía la inquietud de entrar al mundo drag, pero en Chilpancingo no conocía un lugar donde pudiera realizarlo. Un día vio una publicación de WhatsApp de Madame, otra draga de la ciudad y la contactó.

«Le mandé mensaje y le dije ¿eres drag queen?, ella me respondió que sí y le dije ¿me ayudas?, me dijo que sí y a otro día ya estaba en su casa arreglándome».

Seraphine D´Caelo inició en casa de Madame. Ahora lleva dos años en como draga; se presenta en bares, ha participado en concursos y también realiza espectáculos privados.

Para elegir su nombre drag buscó significados en cosas que le gustan. Seraphine es un nombre de origen francés, común en las mujeres de ese país; su significado es fuego vivo y se identificó con eso.

D’Caelo lo utiliza como apellido, es de origen italiano y significa del cielo, por lo que su nombre drag es fuego vivo del cielo.

Una de las dificultades de Seraphine fue ganar confianza en ella para concursar y hacerse de un público.

Su sueño es continuar en el arte del drag y participar en plataformas de drag. «Espero cumplir con mis metas personales, ver qué me prepara la vida y ver qué otras puertas se me abren».

Familia drag

Lolita y Seraphine son amigas desde que comenzaron en el drag. El drag las unió y las hizo conocer a muchas dragas de diferentes lugares del país.

Lolita y Seraphine en la mayoría de veces trabajan como dupla, es decir, realizan presentaciones juntas, de manera especial para apoyarse, protegerse y acompañarse.

La familia drag en Chilpancingo apenas está construyéndose como familia.

Debe haber alguien que lidere y oriente. Cada draga tiene una madre o mamá drag, ya con experiencia para aconsejar y orientar.

Alice Josef es la drag con más experiencia; lleva dos años en el drag y tiene cuatro hijas: Foxy Lover, Adara Xoxo, Lana Down y Lolita Heart.

«Una madre es la que apoya, la que te enseña, no te da el camino pero te da una guía», cuenta Alice.

Todas sus hijas, dice, tienen una historia diferente. Algunas llegan ya con algo bien creado y sólo las orienta en cómo mejorar.

«Es dar consejos por algo que una ya recorrió».

Alice es hija de Ángel, una draga de Acapulco. Lo que más reconoce Alice de su madre drag es su ayuda a tener para tener confianza. «Desde el día que Alice nació ella (Ángel) me dijo, tú eres guapa y vas a ser guapa».

Alice tiene la fortuna de tener también un papá drag, Antobelli Castañón, un maquillista profesional que le ayudó a pulir y mejorar sus maquillajes y le regaló sus primeros cosméticos.

Lolita, Seraphine y Alice se conocen y ellas conocen a otras dragas con quienes han formado una familia y una red de apoyo importante.

La inversión económica de las dragas es fuerte, para iniciar muchas de ellas gastan al rededor de 10,000 pesos entre pelucas, maquillaje, vestuario, zapatos y accesorios.

Para Alice, en Chilpancingo, ningún tipo de arte es reconocido, menos el arte drag; les ha costado que remuneren su trabajo que normalmente inicia los fines de semana de doce de la noche a cinco de la mañana.

A las dragas también les ha costado hallar lugar dónde expresar su arte.

En Chilpancingo son pocos los lugares donde se presentan espectáculo drag; alguna dragas ya son contratada en pozolerías y eventos privados.

«Creo que el drag todavía lo confunden con travestismo, van de la mano, pero lo que hacemos nosotras es llevar un mensaje no es exclusivo de ir a vestirte, de ir a dragearte. Lo que más tratamos de llevar es un mensaje como de aceptación o de amor», explica Alice.

Entonces, respeto, es la palabra con la que a Alice le gustaría que la sociedad viera a las dragas. «Creo que lo que hacemos es arte y me gustaría que lo vieran así».

Papel de las dragas en las poblaciones LGBTI+

Las drags son parte de las poblaciones LGBTI+ y en Guerrero, la mayoría desde el Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero, pretenden hacer visible su expresión.

Para el integrante integrante del Colectivo, Efraín de Jesús Arroyo, en el estado el arte y las presentaciones públicas de las dragas son un acto político y de disidencia sexual.

«Ser disidentes es cuestionar lo hegemónico y desde el Colectivo por eso invitamos a la comunidad drag, porque buscamos la visibilidad y el cuestionamiento de lo hegemónico y lo patriarcal», menciona.

Para de Jesús Arroyo, las dragas son la parte más visible de una lucha contra los estereotipos y las formas de pensar heteropatriarcales, porque sus maneras de vestir, represetarse y hasta de entretener, son actos de protesta para romper estigmas.

Marcha de poblaciones LGBTI+ en Chilpancingo, una edición por la reivindicación y reconocimiento de sus derechos

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

Integrantes de las poblaciones LGBTI+ marcharon la tarde de este 16 de junio con motivo de la 22 marcha estatal de la diversidad sexual que fue nombrada Todos los derechos para todas las personas. La exigencia fue el reconocimiento a la identidad de género.

El año pasado las poblaciones LGBTI+ tomaron las calles de Chilpancingo para exigir al Congreso del estado la aprobación del matrimonio igualitario; lo aprobaron el 24 de octubre del 2022.

«A pesar de que ya hemos avanzado nos falta, hoy el justo reclamo es por todas las personas trans; marchamos hoy por la ley de identidad de género», se escuchó cuando integrantes del Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero leyeron un posicionamiento.

Este año las poblaciones LGBTI salieron a las calles para continuar con la exigencia de los derechos que, aseguran, todavía las instituciones les niegan.

Los pendientes que las poblaciones LGBTI+ piden son la tipificación de los crímenes de odio, adopciones entre parejas del mismo sexo y la prohibición de las terapias de conversión.

El contingente de la marcha salió del Congreso local y recorrió las principales calles de Chilpancingo hasta llegar a la Plaza Civica Primer Congreso de Anahuac.

Antes del comienzo de la marcha, Juan Carlos Salvador López, presidente del Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero, mencionó que esta marcha no es un festejo como en otros estados o paises, aclaró que continúan en una protesta por el reconocimiento de sus derechos que por años el Estado y la sociedad les han negado.

Esta marcha tambien fue un reconocimiento para Orlando Pastor Santos, David Moyao Morales y Francisco Viruel, los primeros activistas que hace 22 años emprendieron la lucha por los derechos de las poblaciones LGBTI+ de Chilpancingo.

En un carro alegórico colocaron en grande las fotos de estos tres activistas, a quienes les agradecen ser los precursores de su lucha aún no termina.

Ya en la marcha muchas personas salieron a las calles para observar; algunos apoyaban con aplausos.

«Derechos iguales para personas homosexuales», «No más crímenes de odio», «Alerta, alerta que camina será pura jotería», fueron algunas de las consignas que entonaron los más de 1,000 asistentes.

Tradicionalmente, antes de la marha coronan de manera simbólica a su reina, que este año fue Yuya, activista y mujer trans de Chilpancingo, con más de 40 años de trayectoria.

Yuya fue una de las pioneras de los shows travestis en Chilpancingo, por su trayectoria y en homenaje a su legado la nombraron reina de este año.

A la marcha asistieron todas las expresiones de género que conforman las poblaciones LGBTI+: lesbianas, gays, transexuales, travestis, bisexuales.

La marcha avanzó al ritmo de música de viento y consignas de protestas; recorrió la avenida Juan Alvarez hasta llegar a la Plaza Civica Primer Congreso de Anahuac, donde finalizaron con un show de trasvestis y de drags queens.

Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero y los 22 años de lucha por el reconocimiento de sus derechos

Texto: Itzel Urieta y Amapola periodismo

Fotografía: Especial

Chilpancingo

Era la segunda marcha de las poblaciones LGBTI+ en Chilpancingo, junio del 2002, las casi 100 personas que salieron a marchar se enfrentaron a insultos y groserías de los habitantes.

Huevos podridos, agua, verduras dañadas caían desde los edificios junto a los insultos; en esos momentos el ambiente era de miedo e incertidumbre, según los recuerdos de Juan Carlos Salvador López, conocido como Karola.

Este segundo nombre se lo asignó uno de sus amigos en la preparatoria, y lo asumió, dijo, sólo como un personaje; prefiere ser nombrado como él. Karla es un activista por los derechos de las poblaciones LGBTI+ desde hace 21 años.

Uno de los momentos más difíciles y preocupantes que Karola no olvida, fue cuando transitaba el contingente de esa marcha por el centro de Chilpancingo, a la altura del paso al desnivel, el túnel que cruza por debajo del zócalo de la ciudad.

“Nos apagaron la luz, todos nos asustamos, lloramos, corrimos, nos abrazamos, pensamos que nos iban a hacer algo, que nos iban a matar”, contó.

De ese suceso nunca supieron si fue un error o si fue provocado, él cree que la segunda opción; en ese tiempo las poblaciones LGBTI+ comenzaban a tomar las calles en exigencia y reconocimiento de sus derechos.

La oscuridad del túnel es una metáfora para ellos, la luz es la salida a un nuevo contexto donde su derechos humanos es la consigna. “Es como si todos murieran y al salir simboliza como si regresaran a la vida”.

El inicio de las marchas y del colectivo

La primer marcha de las poblaciones LGBTI+ en Chilpancingo se realizó el 13 de junio del 2001, organizada por Orlando Pastor Santos y David Moyao.

De acuerdo con Karola, la organización de la primer marcha surgió en una plática entre amigos. “Nunca pensaron la magnitud que tendría años después esta marcha”.

Entre los activistas por los derechos de las poblaciones LGBTI+, Orlando y David son reconocidos como los pioneros en organizaciones de las marchas en la capital y de organizar acciones por sus derechos.

Cuando marcharon por primera vez, lo hicieron bajo el nombre de Colectivo Linaloé, en honor a las cajitas de Olinalá. Para ese momento sólo era el nombre, el colectivo no estaba constituido de manera oficial.

Así continuaron varios años hasta que el 10 de julio del 2012, o sea 10 años después de la primera marcha, Orlando decidió darle formalidad al grupo con el nombre de Colectivo Gay Orgullo Guerrero, nombre que mantuvo hasta el 2018.

Con el objetivo de integrar otras identidades y expresiones de género, el colectivo fue renombrado en 2018 Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero, nombre que mantienen en la actualidad.

Orlando organizó las primeras marchas. Karola recuerda que pegaban los carteles alusivos a la marcha durante la noche, cuando nadie los viera, porque los policías los detenían o arrancaban los carteles.

Además de organizar las marchas por las poblaciones LGBTI+, el colectivo comenzó con otras actividades como, la búsqueda de convenios con la Secretaría de Salud Guerrero (SSG), para concientizar sobre enfermedades de transmisión sexual, como el VIH.

En ese momento el colectivo se convirtió en gestor para las poblaciones LGBTI+.

Una de las principales luchas del colectivo desde sus inicios, fue la aprobación del matrimonio igualitario en el estado, Orlando y David lucharon durante 22 años para conquistar ese derecho.

Orlando era el encargado del colectivo, organizó las marchas hasta el 2009, y al año siguiente lo hizo Quetzalcóatl Leíja Herrera, pero sólo alcanzó a organizar dos marchas:el 4 de mayo del 2011 fue asesinado en pleno zócalo de Chilpancingo; su asesinato es uno de los primeros crímenes de odio registrados en la ciudad. Hasta la fecha sigue impune.

José Luquín Lavosiere organizó las siguientes marchas, también por motivos personales dejó la organización y esta volvió a manos de Orlando, quien estuvo activo dentro del colectivo hasta su fallecimiento en enero del 2020.

Después Karola asumió la presidencia del colectivo, quien se propuso honrar la memoria de los activistas que iniciaron el movimiento LGBTI+ en Chilpancingo.

22 años años de lucha por los derechos de poblaciones LGBTI+

A 22 años de marchar por primera vez, y a 10 años de crearse formalmente el colectivo, mantienen un movimiento sólido.

Durante la pandemia, Karola como presidente del colectivo, junto a Chiquis Demetrio Patrocinio, una activista trans, quien fue vicepresidenta del colectivo, crearon el comedor comunitario LGBTI+ en el que por un año alimentaron a personas que lo necesitaban.

“Alimentamos por un año a más de 800 personas diarias, hacíamos de dos a tres guisados diarios con ayuda de gestiones entre amigos. Este comedor fue para todos”.

Hacen sinergía con otros colectivos para buscar acceso a derechos que por estigmas les han negado. Colaboran con Salvando Vidas, organización dedicada al apoyo de personas con VIH en fase terminal; con la Red de Jóvenes Por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Redefine Guerrero), con ellos realizan platicas y campañas de concientización para la vida sexual de las juventudes.

Con estas alianzas también han logrado becas para estudiantes de las poblaciones en distintas Facultades de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), convenios con empresarios para darles una oportunidad a las poblaciones a tener su primer empleo.

Fomentar el deporte a través concursos de futbol, basquetbol y voleibol son espacios que también gestionan. En la Secretaría de Salud Guerrero lograron tener acceso a campañas de salud.

El colectivo es diverso. Karola es el único de los fundadores que continúa en el activismo, algunos fallecieron de enfermedades, otros fueron asesinados y unos más murieron durante la pandemia. Está convencido que “en colectivo es mejor”, frase que distingue al colectivo.

Las nuevas generaciones

Efraín de Jesús Arroyo es uno de los integrantes más recientes del colectivo, se integró en 2021, antes ya había tenido un acercamiento con Orlando, en 2016.

Efraín primero estuvo en Redefine Guerrero, en 2017 tuvo más acercamiento con el colectivo, conoció a varios integrantes y se sumó a algunas actividades.

“Yo me integro en el 2021 porque a mí me interesaban esos temas. Yo quería encontrar personas activistas de las poblaciones LGBTI+”, mencionó.

Uno de sus objetivos es trabajar en pro de los derechos de las poblaciones LGBTI+. “Considero que el colectivo es un colectivo muy fuerte y reconocido, su historia y como se formó ha generado bastante respeto. Ser integrante del colectivo para mi es un orgullo”.

Luchar por el reconocimiento de sus derechos lo motiva a mantenerse en el colectivo; Efraín no sólo busca dejar un legado para otras personas, quiere disfrutar de cada logro del colectivo.

Marcha 2023

A diferencia de las primeras marchas, cuando eran agredidos, ahora es común ver a familiares de integrantes de las poblaciones LGBTI+ o personas sumadas a su contingente, en un acto de empatía.

Uno de los objetivos por los que lucharon 22 años fue el matrimonio igualitario, logro que ni Orlando ni David vieron consumarse.

El matrimonio igualitario fue aprobado por los diputados el 24 de octubre del 2022, con 38 votos a favor, seis en contra y dos abstenciones. Hasta mayo pasado se realizaron las primeras bodas colectivas LGBTI+, por una demora en los procesos siguientes.

“En esta marcha se empieza a pagar la deuda histórica que se tiene con las poblaciones LGBTI+”, comentó Karola.

La marcha del colectivo, mencionó, es una marcha de protesta y de exigencia al reconocimiento de sus derechos.

Después de la aprobación del matrimonio igualitario, el colectivo se ha puesto conquistar otras metas: la ley de identidad de género para hombres y mujeres trans, la tipificación de los crímenes de odio y la prohibición y sanción de las terapias de conversión.

“La lucha no fue en vano, pero sí falta para que se reconozcan nuestros derechos. Guerrero gatea cuando otros estados ya caminan y otros corren”, agregó Karola.

 

Guerrero en deuda con las poblaciones LGBTI+

En 2011 Guerrero registró el mayor número de crímenes de odio hacia la comunidad LGBTI+ con 22, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).


Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Amílcar Juárez

Chilpancingo

 

La madrugada del 4 de mayo del 2011, Quetzalcóatl Leija Herrera fue asesinado. Era activista por los derechos de la comunidad LGBTI+ y presidente del Centro de Estudios y Proyectos para el Desarrollo Humano Integral (Ceprodehi).

Desde el Ceprodehi registró 104 asesinatos por homofobia ocurridos del 2007 al 2011 en Guerrero,.

Ese 4 de mayo, Quetzalcóatl fue asesinado a metros del Palacio municipal de Chilpancingo, muy cerca del zócalo, uno de los lugares más transitados de la capital.

Quetzalcóatl fue asesinado a golpes, recibió uno en lado derecho de la cabeza que le desfiguró parte del rostro.

El asesinato de Quetzalcóatl es un crimen de odio que a once años sigue impune.

Crímenes de odio

Ricardo Locia es antropólogo, activista por los derechos de la población LGBTI+ e integrante del Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero. Considera que un crimen de odio está caracterizado por la saña antes, durante y después del asesinato.

La saña va desde lesiones con traumas en el cuerpo, mutilaciones, asfixia.

“Todo se cristaliza en la cuestión simbólica desde donde se ejerce la violencia, por ejemplo hay mujeres trans a las que les cortan los pechos o si todavía tienen su miembro también se lo cortan”, explica Locia.

En 2011 Guerrero registró el mayor número de crímenes de odio con 22, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

El Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero desde 2017 contabiliza los crímenes de odio, no los hace públicos para resguardar la identidad de las víctimas.

El registro son de casos que rastrean en los medios de comunicación como periódicos y redes sociales, pero no está completo por la falta información pues sólo se conocen los asesinatos ocurridos en Acapulco, Chilpancingo, Iguala y Taxco, las ciudades más grandes de Guerrero.

La Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio y la Asociación Letra S, registraron el año pasado 78 crímenes de odio en el país, cinco ocurrieron en Guerrero.

«Esta cifra se puede duplicar e incluso triplicar, en el sentido de que no tenemos presencia en la parte de la Montaña, la Tierra Caliente, Costa Grande, Costa Chica, en las comunidades donde no hay medios digitales no podemos saber si hay crímenes de odio”, precisa Locia.

El que no haya un organismo gubernamental que genere una base de datos de estos crímenes complica tener cifras más exactas, dice Locia, además de que no existen los protocolos por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) para a hacer el levantamiento de un cadáver de un integrante de la población LGBTI+.

En Guerrero, el crímen de odio no está tipificado en el Código Penal, lo que también dificulta que se investiguen de manera adecuada. Es por esto, que muchos casos terminan archivados y en la impunidad.

Locia considera que Guerrero es un lugar inseguro para  la población LGBTI+. Para evitar ser agredido, cuenta, ha tenido que vestirse muy masculino para tratar, dice,  de que no se le vea o no se note que es gay. Está consciente de que esto también es un tipo de violencia.

“Esto ha sido para protegerme, para que yo no sienta los embates complejos que viven y sufren las mujeres trans, las comunidades lesbianas y también otros compañeros homosexuales que tienen una mayor feminidad en su andar o en su vestir, para mí Guerrero no es un lugar seguro”, comenta.

Sin embargo, dice Locia, hay integrantes de la población LGBTI+ que viven en condiciones más difíciles como en comunidades indígenas y afromexicanas porque, asegura, la violencia que sufren va desde la discriminación en espacios de trabajo, la escuela y en el hogar.

Marchar por sus derechos

Junio es conocido como el mes del orgullo gay porque se conmemora la lucha y la visibilización de la población LGBTI+. En Chilpancingo, se realizará la edición 21 de la marcha estatal de la diversidad sexual.

Esta lucha en el estado ha sido constante, el colectivo surgió el 13 de junio del 2001 con el nombre Colectivo Gay Orgullo Guerrero, en 2018 cambió a Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero.

Esta será la décima marcha de Locia; comenzó a participar a los 17 años y en este tiempo considera que hay un poco de aceptación en la sociedad hacia ellos pero que aún falta conocimiento del tema por parte de las personas.

“Hay personas que van a ver la marcha como un sentido de mofa, para ver como va vestido el jotito, o para ver quienes van. Se ríen de cómo van vestidos”, comenta.

Además de las burlas, piensa que en la poca aceptación  también están los que los aceptan pero mientras no les incomode.

“Está la parte doble moral de hacerlo, pero que no te vea besandote”, comenta.

La apertura de las nuevas generaciones ha sido notoria, ahora son más jóvenes quienes marchan. Cuando empezó a marchar no podía verse agarrado de la mano con sus amigos ni con una pareja, ahora salen de la mano y se besan en escuelas y en lugares públicos.

Salir a marchar para la población LGBTI+ es importante, se tiene una deuda histórica con ellos como la legalización del matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, la prohibición de terapias de conversión, la tipificación de los crímenes de odio, la reforma al artículo 170 del Código Penal que criminaliza a las personas con VIH.

El 15 de junio del 2022, diputados de Morena presentaron ante el Congreso de Guerrero una iniciativa para legalizar el matrimonio igualitario, esto representa un paso importante.

“Que se apruebe el matrimonio igualitario sería el pago de una deuda histórica a muchos miembros de la comunidad LGBT que han sido asesinados y que han muerto, que esto siente precedentes para que podamos seguir avanzado con las demás leyes”, dice Locia.

 

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