Tacos Toño, la comida popular de la avenida Constitución de Chilapa

Texto y fotografí: Luis Daniel Nava

21 de mayo del 2021

Chilapa

 

Don Toño, su familia y sus populares tacos resistieron la pandemia. Ahora ya vacunado y sin bajar la guardia continúa trabajando en espera que la situación mejore.

 

En la esquina de la avenida Constitución y la José María Andraca, don Toño, su esposa e hijos han vendido tacos de carnitas durante 36 años. Desde ese lugar ha sido testigo de distintas crisis de la ciudad, pero nunca había visto cómo una enfermedad la colapsó y, menos, que sus ventas cayeran más del 50 por ciento.

 

Antonio González, de 61 años, recibió la dosis única contra la nueva enfermedad el pasado 20 de abril.

 

Antes de su aplicación veía la vacuna con escepticismo, pero una de sus hijas que estudia medicina lo convenció; le habló de los beneficios de ser inmunizado contra Covid-19.

 

La pandemia que llegó a la ciudad en marzo del 2020 no le pegó a él, ni a su esposa ni a sus hijos, aunque el virus lo ha tenido cerca. En su barrio, Santa Gertrudis, se conoció del fallecimiento de dos personas por Covid-19, uno de ellos un comerciante de semillas doradas.

 

De manera oficial en Chilapa se han reportado 475 contagios y 42 fallecimientos, pero la cifra puede ser mayor porque decenas de personas optaron atenderse en casa; muchos más murieron con síntomas relacionados sin poder comprobar la causa.

 

Al que sí le pegó la pandemia fue a su negocio que tiene tres décadas funcionando de manera ininterrumpida, aún con las crisis de inseguridad que ha padecido la población.

 

Sus ventas cayeron a menos de la mitad y lo poco que vendía era para llevar; aun así resistieron.

 

–¿Cómo le hicieron para aguantar esta crisis?

 

–Dijera aquel, hay que amarrarse tantito las tripas porque está cabrón, –contesta e e inmediatamente suelta una carcajada, como un hombre acostumbrado a las adversidades pero que no pierde la alegría por la vida.

 

No se puede estar gastando en muchas cosas y hay que ir comiendo, añade.

 

Por ejemplo, explica, si antes se compraban cuatro piezas de carne, ahora eran menos, lo de dos piezas, ya no era mucho.

 

–¿Cuántos meses duró así la situación?

 

–Ya tardó este desmadre; como un año.

 

Otra medida para afrontar la situación y sobre todo para continuar pagando los estudios en medicina de su hija fue solicitar un préstamo al banco y que va pagando poco a poco.

 

 

En este municipio, el comercio –su principal actividad– colapsó a principios de mayo de 2020 con el cierre obligatorio de su tianguis artesanal los domingos y de cientos de negocios considerados no esenciales.

 

Decenas de comercios de gastronomía, bares y telas del primer cuadro de la ciudad no soportaron el pago de renta y de personal. Cerraron sus cortinas; aunque en algunos casos los negocios de comida implementaron servicio a domicilio pero con el mínimo de personal y sin las mismas ventas.

 

Ahora parece que la situación para la taquería de don Toño se ha normalizado pues desde que abre su local ambulante hasta las 11 de la noche los clientes no dejan de llegar.

 

Este negocio ubicado a un costado de la entrada del mercado central y frente al Ayuntamiento ha dado sustentos y estudio a una familia completa y trabajo eventual a jóvenes.

 

Son las seis de la tarde de un viernes. Han pasado tres días desde que don Toño recibió la vacuna. Está terminando de instalar su puesto, dos de sus hijos esperan a los primeros clientes atraídos por el olor de la carne frita. Sus tacos se caracterizan por llevar el doble tortilla, una porción razonable de carne del día y bien cocida, acompañados de una salsa picante, ensalada, nopales y cebollas asadas.

 

Dicharachero por naturaleza, don Toño acepta platicar en un espacio para clientes, en la parte lateral de su puesto, en una banqueta de la avenida José María Andraca.

 

Cuenta que el día de la aplicación, su hija llegó al módulo de vacunación desde las siete de la mañana para formarse, obtener una ficha y llenar su formato. Don Toño llegó más tarde, ya desayunado, ya almorzado “ya todo”.

 

Después de recibir la dosis única del biológico de la empresa Cansino, dice, se sintió normal, como siempre, sin ninguna reacción.

 

El personal médico que lo atendió le dijo que no se confiara porque aún existe el riesgo de contraer el nuevo virus aunque sin efectos tan agresivos.

 

Además de continuar con las medidas de sanidad, como el uso de cubrebocas y la aplicación del gel antibacterial en las manos.

 

En efecto, desde el inicio de la pandemia hasta ahora, don Toño en la parte frontal de su puesto tiene colgado un paquete de cubrebocas para repartir sus clientes que no lo llevan, además de una botella de gel.

 

«Vamos a esperar, ojalá la situación se componga, pero no sabemos si va a seguir», dice el popular don Toño y se despide. Después se coloca una mascarilla negra con un pequeño logotipo brillante del basquetbolista Michael Jordan, se amarra a su cintura un mandil rojo, toma su cuchillo taquero y se dispone a despachar los tacos famosos de carnitas, cecina, lengua, panza, tripa y cabeza de res, chorizo y carne enchilada.

 

 

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