Tierra y arte, un espacio de refugio emocional y arte

 

Texto y foto: Andrea Mendoza

Viernes 14 de junio de 2024

Chilpancingo

 

Tierra y arte es un espacio feminista pensado como un refugio emocional para las mujeres, donde por medio del arte puedan expresar sus emociones y sensaciones.

En una acogedora casa, ubicada en la colonia Ruffo Figueroa, al oeste de la ciudad, la artista plástica Frida Vizcaino, decidió crear una comunidad donde talleristas y artistas como ella enseñaran a otras mujeres un oficio para autoemplearse, con su propio punto de venta.

Esta idea le surgió Frida Vizcaino hace algunos años, cuando entró a trabajar a una empresa privada en la Ciudad de México, donde presenció el hostigamiento laboral y el acoso sexual. Tenía varias compañeras que, además, estaban en relaciones tóxicas y no podían salir de ellas por la dependencia económica.

 

Frida desde pequeña tuvo aptitudes artístcas; pintaba y dibujaba. Después de esa desagradable experiencia ya en su faceta de adulta, le surgió la idea de crear un espacio entorno al arte, que aunado a los propósitos primarios de autoempleo, fuera una terapia para las mujeres que han atravesado por algo complicado.

Tomó su arte y su equipaje y regresó a la ciudad de Chilpancingo para comenzar este proyecto. Tierra y arte está destinado para que talleristas, mujeres y emprendedoras puedan vender sus productos de una manera segura y en un lugar acogedor y, además, compartan con otras lo que saben.

Un espacio de autocuidado

La casa donde abrió Tierra y arte es de Adelita, una mujer de 60 años, quien la prestó para que naciera el proyecto. Adelita vivía sola y con su gesto halló una nueva red de mujeres.

Frida se considera una mujer feminista y desde esa mirada abrió el espacio.

“Yo quiero que todas las mujeres se sientan cómodas de estar aquí, que se sientan seguras de estar en un espacio donde no serán acosadas”, comenta.

Tierra y arte es un espacio donde las mujeres pueden hablar de lo que ellas deseen sin el miedo a ser juzgadas. Donde no existe el temor al acoso.

Hasta el momento, Tierra y arte ofrece talleres de crochet, tejido y pintura.

En el pequeño vestíbulo de la casa, varias chicas llevaron prendas de estilo vintage para vender. Lo adornaron con una bicicleta y estantes que hallaron en sus casas para un segundo uso.

“Porque además de ser un espacio feminista, también somos ecológicas y consientes del medio ambiente”, agrega la artista con una gran sonrisa.

Los talleres que imparte son accesibles, rondan entre los 100 y 150 pesos. Frida comenta que la intención es que las mujeres aprendan un oficio.

En una sala se instala Adelita para recibir la clase de tejido. A este taller acuden mujeres de entre 50 a 70 años, quienes entre pláticas y bordados escuchan música de sus años de juventud.

Hay una mesa grande y cuadrada de madera donde ofrecen la clase de pintura. El día que se visitó Tierra y arte acudió Nancy y su hijo Toñito; pintaron una taza gigante con una ave.

Toñito dice que le gusta mucho ir a sus clases con la maestra Frida, porque “puede jugar a ser artista”. A las talleres sólo entran mujeres y niños.

Tierra y arte apenas lleva un mes en funciones, y Frida y Adelita confían que este espacio sea importante para las mujeres del municipio.

La inauguración formal de Tierra y arte será mañana 15 de junio; además de los talleres habrá bazares de ropa y venta de bisutería artesanal.

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