Texto:Vania Pigeonutt
12 de septiembre del 2019
1)
Bertha Silva Díaz, ex candidata a diputada local por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y el Partido Encuentro Social (PES) fue asesinada en Chilapa, el 9 de agosto al salir de una tienda departamental a las 21:00 horas. Murió a los 58 años de edad.
En el estacionamiento del Súper Che, tienda ubicada a un costado del bulevar Eucaria Apreza–que ha sido escenario de decenas de hechos violentos–, había gente saliendo de comprar, vendedores de elotes, de dulces y guardias de seguridad. Varios gritaron. El homicidio a balazos ocurrió a unos 500 metros de las instalaciones de la Policía Municipal.
Con su asesinato, la ex candidata por el distrito 25 subió puntos a dos violencias específicas en ese municipio: la política y los feminicidios, donde Chilapa ocupa los primeros lugares desde 2017.
De acuerdo a El Sur, de 2014 a la fecha han ocurrido al menos 28 homicidios y desapariciones en contra de funcionarios, ex funcionarios, precandidatos, candidatos, regidores, ex alcaldes y gente cercana a ellos en Chilapa, Ahuacuotzingo y Zitlala, todos municipios de la llamada Montaña baja, región Centro.
Trece días después, Orencio Bello, ex candidato a la alcaldía de Chilapa, de la misma coalición que Bertha y el presidente Andrés Manuel López Obrador “Juntos haremos historia”, fue encontrado asesinado, en la comunidad de Cuadrilla Nueva junto a Julio Rodríguez, hijo de la ex candidata a diputada local.
Por la mañana, el mismo día del asesinato de Bertha, el alcalde reelecto de Chilapa, el priista Jesús Parra, declaró a reporteros de la fuente en el Congreso local que en su municipio “son aceptables” los índices de seguridad. Atribuyó los hechos violentos concretamente a la disputa de diferentes grupos de policías comunitarias y al crimen organizado.
“De 2019 a la fecha en el tema de seguridad las estadísticas son números, hemos venido a la baja en comparación de otros años”, aseguró en un contexto donde ya entró un nuevo esquema de seguridad federal, que contempla a la Guardia Nacional, y fue detenido el 21 de agosto Zenén Nava, alias “El Chaparro”, presunto líder de los Rojos y principal generador de violencia en la zona, según las autoridades.
En su análisis sobre la curva violenta contra las mujeres en el estado, una de las organizaciones que promovió la Alerta de Violencia de Género (AVG), la Asociación Guerrerense Contra la Violencia Hacia las Mujeres, recuenta 21 feminicidios ocurridos en agosto, incluido el de Bertha, porque para la organización todos los asesinatos contra mujeres lo son.
“La violencia contra las mujeres se está normalizando, tanto por el Estado como por la sociedad; es decir, ahora, lo que pasa es que solamente es una más, uno más, pero no hay acciones por parte de las instancias competentes, aunque sabemos que la Constitución establece que todas las autoridades en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de garantizar los derechos humanos de las mujeres”, reclama.
Chilapa, es el municipio que, desde su incorporación a esta acción para revertir la violencia feminicida en 2017, se mantiene en los tres primeros lugares de incidencia después de Chilpancingo y Acapulco. La saña y las formas de perpetrar estos homicidios cada vez son más visibles y atacan a cualquier población de edad, sobre todo la más joven.
A pocos metros del cuerpo de Bertha quien era maestra de formación–en el proceso electoral de 2015 fue candidata a la alcaldía de Chilapa por Nueva Alianza–, la Policía municipal pudo ubicar cinco casquillos percutidos calibre 380 milímetros y una ojiva deformada, con base en lo informado por la Fiscalía General del Estado (FGE).
Marina Reyna Aguilar, principal promotora de la AVG, desglosa a Amapola que de 2017 a 2018, hubo un alza de número de casos. De 165 a 233. En 2019 van 140 y no duda que este año supere al anterior. Por mes, detalla; por ejemplo, 2017, en enero fueron 10, en 2018 fueron 28, y en 2019 hubo una baja relativa, allí hubo 14, pero sigue siendo un número mayor que en el año que empezó la AVG.
“La violencia ha tendido a subir y a expanderse. Este año han ocurrido esos 140 feminicidios en 31 estados, en 2018 ocurrieron en 35”, dice Marina y también aclara que hay casos que no se registran porque no hay denuncias, y sobre todo en regiones indígenas donde hay una incidencia alta, pero para su organización que se basa en notas periodísticas y redes sociales para sus recuentos, no hay información suficiente.
La violencia cualitativa también ha incrementado y cada vez son más casos de niñas y jóvenes, según lo analizado.
2)
De acuerdo a su último corte informativo, elaborado con la información que recaba de las Fiscalías de los estados, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró 2, 469 víctimas en el país. En promedio 79 homicidios diarios, uno más que en julio. En Guerrero, de acuerdo a recuentos periodísticos y de redes sociales registrados por algunas organizaciones, hubo 116 homicidios dolosos.
Aunque el promedio de asesinatos en el estado bajó– en julio hubo 148 víctimas de homicidio–, los grupos de población se siguen extendiendo y los crímenes son cada vez más específicos.
La mayor tasa de violencia se focaliza en las mujeres y en los grupos considerados vulnerables. Hay un aumento en los crímenes de odio contra integrantes de las poblaciones Lésbico Gay Transexual, Bisexual e Intersexual (LGBTI +), sin dejar de considerar que la mayoría de casos, sin distingo de grupo social, las víctimas son jóvenes.
En el plano nacional, junio se mantiene como el más violento por el SESNSP con 2,560 homicidios. Guerrero figura entre los cinco primeros lugares con mayor incidencia en este delito antecedido sólo de Guanajuato, Baja California, Jalisco y Michoacán.
3)
La violencia contra los jóvenes se ha recrudecido. De acuerdo a una comparación que realizó el equipo de Amapola Periodismo de 10 años de violencia estructural, de 2006 a 2016 hubo al menos 8,736 juvenicidios. Consideramos tres rangos de edades: de 15 a 19 años, de 20 a 24 y de 25 a 29 años. Estas cifras representan más de la cuarta parte del total de los homicidios anuales desde esa fecha.
Sin considerar 2017 y 2018, dos años también violentos que engrosan la estadística. En 2017 mataron a 998 jóvenes, mientras que el 2018 cerró con 907.
Desde el 2011 hay un aumento substancial de estos crímenes. De 15 a 19 años de edad fueron asesinados en ese año 220 hombres y 35 mujeres; de 20 a 24 años mataron a 309 hombres y 19 mujeres; de 25 a 29 años las víctimas fueron 317 hombres y 26 mujeres. Para los años subsecuentes, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016, la violencia incrementó.
En cada año desde 2012, en los mismos rangos de edades analizados, una de las cifras más alarmante fue entre los muchachos de 19 a 24 años de edad. Tan sólo ese año hubo 367 hombres asesinados y 26 mujeres. En total 393 en un solo año. Esa cifra fue casi alcanzada en 2017 en el rango de edades de 24 a 29 años con 392 casos, 367 eran hombres.
El año 2016, que ha sido uno de los más violentos de la década registró 400 juvenicidios en el último rango de edades, 365 hombres y 35 mujeres. El año más peligroso para ser joven en Guerrero. Los municipios con mayor incidencia se repiten en el tiempo: Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo, Chilapa, Iguala, Teloloapan, Tecpan, Petatlán, Heliodoro Castillo. Esta violencia se replica en todas las regiones, aunque la Montaña, tiene los registros más bajos.
4)
Crímenes de odio
En agosto fueron asesinadas dos mujeres transgénero. El 1 de agosto fue asesinada Rubí Suástegui, originaria de la Costa Chica. El 23 de agosto otra chica fue víctima de homicidio en Acapulco. Con estos asesinatos las poblaciones LGBTI + registran seis casos de crímenes de odio sólo en 2019, considerados así por la saña en la que fueron realizados y el grupo específico.
Uriel Mena Flores del colectivo Orgullo Guerrero, puntualiza a Amapola Periodismo que estos crímenes, como la mayoría, siguen en la impunidad. Pero enfatiza que al tratarse de mujeres trans hay una desatención e invisibilización institucional mayor sobre las investigaciones.
“Es la misma tendencia. Nosotros vemos patrones que la Fiscalía General no ha investigado o simplemente no toma en cuenta por el desinterés con el tema. Los trans son el grupo de población menos organizado, más discriminado, es por eso que menos se toma en cuenta en el ámbito institucional”, explica Uriel.
Por desgracia, asegura, las chicas trans no generan la misma empatía que otras poblaciones gay. Tan sólo de 2016 a la fecha, comenta, el Observatorio Nacional que registra crímenes de odio, señala que han ocurrido 22 casos en Guerrero, lo que coloca a la entidad, después de la Ciudad de México, como una de las más riesgosas para pertenecer a alguna población LGBTI +. De estos 22 casos 15 son mujeres.
Uriel detalla que hay un subrregistro, son los crímenes más atroces, pero los que menos registran los medios de comunicación. Lo atribuye también a una discriminación estructural sobre el tema. De 2011 a 2019 han ocurrido 138 asesinatos contra poblaciones LGBTI + en Guerrero, los municipios con más casos son Acapulco y Chilpancingo.
Para el activista, es claro que hay una tendencia: de los seis casos, tres han sido hombres gays asesinados en sus domicilios, datos que las autoridades deberían investigar de manera puntual, y no hay avances de estas indagatorias ni detenidos a la fecha; incluso, una de las víctimas fue enterrada en su propio jardín y compartía junto con otra el oficio: eran estilistas.
“Lo que pedimos es que no haya más impunidad. Que se investigue directa la línea del crimen de odio, hay algunos casos visibles, pero la mayoría pasa en el anonimato”, pide Uriel.
Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.