Querían demoler su escuela, pero los niños la salvaron

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El gobierno de San Luis Potosí quería derrumbar una primaria para dar cabida a una Universidad Rosario Castellanos. Tras días de incertidumbre, los niños lograron evitar que les quitaran su escuela. Con gritos, carteles y porras, demostraron que su voz importa y que la educación es un derecho que vale la pena defender.


Texto: Marcela del Muro / Pie de Página 

Foto: Nahúm Delgado

Chilpancingo 

Viernes 7 de febrero del 2025


En San Luis Potosí, la noticia de que la Escuela Primaria Tipo 21 de agosto y la Escuela Secundaria Técnica número 1 serían demolidas para dar paso a la construcción de la Universidad Nacional Rosario Castellanos cayó como un balde de agua fría. La comunidad educativa, integrada por alumnos, padres, maestros y directivos, se enteró de manera abrupta a través de redes sociales y notas periodísticas. No hubo comunicados oficiales, ni juntas previas, ni explicaciones claras. Solo el anuncio de que dos instituciones con más de un siglo de historia y un alto nivel académico desaparecerían para construir un estacionamiento y albergar una universidad. La indignación no se hizo esperar.

Esta es la historia de un montón de niños que defendieron su escuela, y ganaron.

Un anuncio abrupto

“A mí me dijo mi mamá que quitarían la escuela, lo había visto en Facebook. Me dijo que teníamos que defendernos y sentimos mucha tristeza porque no nos dijeran antes. Somos niños y tenemos el derecho a estudiar, y esta escuela es nuestra segunda casa, aquí están todas mis amigas”, comentó una niña de tercero de primaria de la Tipo.

La mayoría de los alumnos y alumnas se enteraron de que su escuela cerraría y serían reubicados en otras instituciones educativas por sus padres o maestras; solo los más grandes lo supieron por las redes sociales. Una de las quejas constantes de los alumnos fue lo sorpresivo del anuncio. El Gobierno del Estado no tuvo cuidado en notificar previamente sobre su decisión; no hubo un comunicado, una junta, nada. Los directivos, docentes, padres y alumnos se enteraron de la misma forma: por redes sociales y notas periodísticas.

“Pensamos que ya habíamos perdido la escuela, se sintió devastador, coraje y tristeza porque esta escuela tiene mucha historia, es muy bonita y es de las mejores académicamente en San Luis”, explicó una niña de sexto de primaria.

Son habituales los comentarios de alumnos y alumnas que mencionan el alto nivel académico de su primaria. Resultados comprobados en la prueba Enlace, pero también en las experiencias de los niños y niñas, a quienes también les importa el nivel educativo de su escuela. Un niño de tercero de primaria mencionó que en su escuela anterior no le enseñaron a leer y escribir, y fue hasta que entró a la Tipo que pudo hacerlo.

“Mi papá me ha platicado que la Universidad es un proyecto muy importante, una oportunidad para nosotros porque tenemos derecho a estudiar y es un proyecto de la presidenta Claudia”, explicó un niño de sexto. Otra, de tercer año, dio en el clavo:

“Ninguno de nosotros estamos en contra de la Universidad, pero no la pongan aquí, aquí estamos nosotros y nosotros sí estudiamos”.

La Universidad del gallardismo

El proyecto de la Universidad Nacional Rosario Castellanos en el estado tiene el sello del Gallardismo —como se le conoce al movimiento político encabezado por la familia Gallardo—, y además de las carreras anunciadas federalmente, incluirá las licenciaturas de Inteligencia Artificial Aplicada, Robótica y Ciencias de Datos. Según la partida federal asignada, 280 millones de pesos, San Luis Potosí se posiciona como el segundo estado con mayor financiamiento, según el Fondo de Aportaciones Múltiples publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Los problemas y el descontento social que se vive en la capital potosina se reflejaron en las opiniones y percepciones de los niños y niñas de la Tipo.

“Yo le diría al Pollo, de forma respetuosa y educada, que no quiten las escuelas; hay muchos terrenos abandonados, baldíos, donde se puede poner la Universidad. Está la Arena (Potosí), se gastó en eso, ¿por qué no puede gastar en construir la Universidad? Esta escuela tiene mucha historia, más de 100 años, pero si la quita, que ponga algo para recordar su historia”, reflexionó un niño de sexto año.

El gobierno del Pollo Gallardo se ha caracterizado por invertir sobre todo en espectáculos. El pasado octubre se inauguró uno de los proyectos emblema, el recinto de eventos culturales y artísticos más grande del estado y uno de los más grandes del país, la Arena Potosí, donde se gastaron unos 600 millones de pesos. A pesar de lo espectacular del proyecto, este no ha sido bien recibido por la población de la capital, y se refleja en las opiniones de los alumnos de la Tipo.

Un día antes: el rugir de reclamos

Un día antes, el gran patio central de la Escuela Primaria Tipo 21 de agosto, en la ciudad de San Luis Potosí, era un rugir de reclamos: “¡La Tipo no se va!”, gritaban los niños y niñas agitando carteles o los brazos. Los alumnos, sus padres, los maestros y los directivos escolares se habían enterado de que se instalaría la Universidad Nacional Rosario Castellanos (UNRC), una de las primeras del país fuera de la Ciudad de México, en su escuela. En realidad, su primaria sería demolida para construir el estacionamiento de la universidad, que ocuparía el edificio de la Escuela Secundaria Técnica número 1, conocida como la ETI, ubicada al otro lado de su primaria. Ambas escuelas, la Tipo y la ETI, estaban en riesgo de desaparecer.

Desde el mediodía del 20 de enero, las familias de la Tipo y de la ETI se manifestaron, cerrando la calle Mariano Jiménez, donde se localiza la escuela, una de las vialidades más transitadas de la capital potosina. El descontento social y el caos vial agilizaron la respuesta del Estado. El secretario Torres Cedillo fue enviado a dialogar con la comunidad de la Tipo y la ETI. En los últimos meses, los potosinos han utilizado la protesta como una de las únicas maneras de ser escuchados y hacer valer sus derechos ante anuncios estatales que parecen tomados a la ligera o ante la inoperancia de las instituciones. Cada semana hay, como mínimo, una manifestación en la capital del estado: pensionados exigiendo su pago, familiares de víctimas pidiendo justicia, trabajadores de aplicaciones señalando la inseguridad, alumnos denunciando cierres de planteles educativos o falta de instalaciones dignas…

¡Victoria!

Tras días de tristeza e incertidumbre, se dio la noticia y los niños y niñas solo aplaudieron. Se comportaron como debían hacerlo en un evento protocolar de tal nivel. Los más pequeños, quizá, sin comprender lo que esa voz tan monótona decía sobre las decisiones de “los adultos”; los demás, esperando el momento de poder gritar, saltar y celebrar. No era para menos: entre todos y todas habían salvado el futuro de su escuela, al menos por un tiempo.

El 23 de enero, el secretario de Educación del Gobierno del Estado (SEGE), Juan Carlos Torres Cedillo, informó que se abrirían las preinscripciones para el próximo ciclo y que los niños y niñas de la Tipo y la ETI podrían concluir el año escolar. La continuidad de las escuelas dependerá de la cantidad de alumnos matriculados, dijo el funcionario estatal.

El secretario explicó:

“Las personas mayores y los que somos responsables de la educación en San Luis Potosí llegamos a algunos acuerdos. Sabemos que el número de alumnos es suficiente y que el número de maestros también es el adecuado, además de que han ganado premios académicos y deportivos, lo que habla muy bien de esta institución”.

El gobernador Ricardo Gallardo Cardona anunció la llegada de la UNRC a suelo potosino, y la principal razón para instalarla ahí era que, supuestamente, las escuelas no cumplían con la escala RAM, es decir, la relación entre alumnos y maestros no era suficiente. Sin embargo, unos minutos antes, la directora, en una reunión junto a la mesa de padres de familia, demostró que su primaria, con 513 alumnos y alrededor de 35 docentes y personal administrativo, incluso la superaba.

No existía una razón de peso para eliminar una escuela primaria sobresaliente con 117 años de historia, y los niños, las niñas y sus padres lo sabían.

“Felicitarlos porque el día de ayer, cuando visitamos su escuela, nos llamó mucho la atención cómo quieren a su escuela, cómo defendieron a su escuela”, comentó Torres Cedillo a los alumnos.

La Tipo se cuida y se defiende

“Cantemos, cantemos hoy los potosinos, un himno entonemos que sea de hermandad, que invite al estudio, que una a los niños, y junto al maestro lograr la unidad”, se escucharon las primeras tonadas del Himno a la Escuela Primaria Potosina. La comunidad de la Tipo habla del himno con orgullo. “Se canta en todas las escuelas primarias del estado y fue compuesto aquí”, explican maestros y alumnos.

El coro de la primaria, dirigido por el maestro de música Tarek Cervantes, marcaba el ritmo al resto de los compañeros. El coro y las habilidades musicales son motivos de orgullo para la comunidad estudiantil y también se convirtieron en una manera de resistencia y denuncia ante los días de incertidumbre por la posible pérdida de su escuela.

“Los niños piensan más en las personas, las hacen personajes de su historia, serán gigantes, héroes o villanos, tendrán siempre un papel muy importante. Conocen de la química del lodo, convierten los juguetes a su antojo”, la celebración explotó. Las niñas y niños de la Tipo gritaron y saltaron, festejaron que la defensa de su querida primaria tuvo frutos y podrán seguir disfrutando de sus clases de canto, aprendiendo de sus maestras y maestros, y jugando con sus amigos en el recreo.

Una decena de niños cantó mientras sus compañeros aplaudían y marcaban el ritmo con lo que tenían a la mano.

“La Tipo, la Tipo es nuestro hogar. La Tipo, la Tipo la debemos cuidar. La Tipo, la Tipo es nuestro amor. La Tipo, la Tipo es nuestro deber. La Tipo, la Tipo la vamos a defender”.

La porra la hicieron niños de sexto, “de los más traviesos, pero que tienen más ritmo”, comentó entre risas el maestro Tarek.

Con esa porra de defensa, los niños y niñas de la Tipo concluyeron el acto protocolar con el secretario de Educación, el día en que se dieron cuenta de que su voz y sus derechos importan, y que ellos y ellas también tienen la posibilidad de exigirlos, cuidando lo que les pertenece.

El futuro: un llamado a la comunidad

Aunque ya no existe riesgo de perder las instalaciones de sus escuelas por la UNRC, lo cierto es que la Secretaría de Educación expresó que la continuidad de ambas escuelas depende de la cantidad de niños y niñas inscritos para el próximo ciclo. El riesgo es latente, sobre todo para la Escuela Secundaria Técnica número 1, un espacio educativo de mucho prestigio y con buenos profesores, pero sin la cantidad suficiente de alumnos.

Las niñas y niños de sexto grado de la Tipo hacen un llamado a la comunidad de alumnos y exalumnos de su primaria y de la ETI para promover la buena calidad de los servicios educativos e invitan a preinscribirse para el próximo ciclo escolar, la escuela por la que lucharon para que siguiera operando.

“Nosotros ya vamos de salida, pero más niños deberían tener la oportunidad de estudiar en un lugar tan bonito como nuestra escuela. Aquí hay muchos maestros buenos, que tienen muchos años dando clases; aquí es nuestra segunda casa, aprendemos, pero también tenemos otras clases que en otras escuelas no hay, como música y deportes. Yo sí estoy bien orgullosa de estar aquí y de mis amigas y compañeros”.



Este trabajo fue elaborado por Pie De Página que forma parte de la alianza de medios y es publicado con su autorización.


 

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