Texto: Amapola Periodismo
Miércoles 20 de noviembre de 2024
Chilpancingo
«Gobernadora, le pido que haga justicia», exige a gritos la esposa de uno de los tres asesinados a balazos la mañana de este miércoles en la avenida Ruffo Figueroa de Chilpancingo, a cuatro cuadras de la residencia oficial de Casa Guerrero.
A unos diez metros de los peritos que realizaban las diligencias y el levantamiento de los cadáveres, la mujer dijo que su esposo asesinado era transportista.
Entre sollozos, lanzó sus reclamos, en un afán desesperado de que llegaran a la gobernadora.
Le gritó que si no puede, mejor renuncie.
«Gobernadora, soy la esposa de uno que está acá (uno de los tres asesinados). Pero si no hicieron (nada) por Alejandro (Arcos, el presidente municipal de Chilpancingo asesinado), mucho menos van hacer (justicia) por una persona como nosotros», reprochó la mujer que antes de encarar a los elementos de la Guardia Nacional y del Ejército llegó al estacionamiento de la tienda Aurrerá para preguntar por su esposo.
«Ya murió», le contestó un hombre.
«¡No. No es posible!… ¡Este gobierno no hace nada!, reprochó la mujer.
Luego, fue hasta donde estaban los militares y la Guardia Nacional y les gritó: «¿El gobierno qué hace? Cuando se trata de hacer algo, no lo hacen, nomás andan patrullando las calles, haciéndose pendejos».
«Mi marido, todo el día trabajando, de la calle a su casa; ya les traje su dinerito para comer», espetó la mujer al referirse a su esposo que trabajaba como conductor de una combi de transporte público de un ruta de Chilpancingo.
Insistió en que la gobernadora Evelyn Salgado en verdad trabaje. «Gobernadora, haga su trabajo, no nada más esté sentada allá, mandando a los delincuentes a que hagan daño, levantando a la gente. Por favor, haga su trabajo. Haga justicia. Y si no, váyase a chingar a su madre», clamó la señora.
De acuerdo con las versiones oficiales, en el ataque armado murieron dos personas y tres más resultaron heridas, de las cuales una murió cuando era atendida en la clínica del ISSSTE, ubicada en la avenida Ruffo Figueroa, cerca de donde ocurrió la agresión armada.
El ataque armado se perpetró alrededor de las 10:20 de la mañana, a la misma hora que la gobernadora Evelyn Salgado, el alcalde Gustavo Alarcón y otros funcionarios presidían el desfile cívico conmemorativo del 114 aniversario de la Revolución Mexicana, en el centro de la capital guerrerense.
Durante el desarrollo del acto oficial, se observaron más de 50 elementos del Ejército, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y policías ministeriales para proteger a Evelyn Salgado y demás funcionarios.
La gobernadora y la mayoría de los funcionarios abandonaron el evento a bordo de camionetas blindadas. Un cerco de vallas metálicas impidió que la gente se acercara a donde estaba Evelyn Salgado.