Los migrantes guerrerenses trabajan en condiciones de explotación en ese estado.
Texto: Jesús Guerrero
Martes 22 de octubre de 204
Chilpancingo
Más de 200 jornaleros agrícolas de la Montaña salieron en éxodo hacia el estado de Sinaloa a trabajar en los campos agrícolas en condiciones de explotación y expuestos a la violencia del crimen organizado que se vive en estos días en ese estado.
Los migrantes, mujeres, adultos y niños partieron desde Tlapa en cinco autobuses con destino a Culiacán, Sinaloa, donde desde hace dos meses se vive una ola de violencia por la disputa entre miembros de los cárteles de Los Chapitos y del Mayo Zambada.
El coordinador del área de Migrantes del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Paulino Rodríguez Reyes, informó que los jornaleros, una vez que lleguen a su destino, serán contratados por la empresa Goldenfields, dedicada a la siembra de verduras chinas de varias variedades.
Las familias jornaleras son de las comunidades nahuas de Chiepetepec, Tres Caminos, Tlatlaquitepec y Ayotzinapa, municipio de Tlapa, así como de Cacahuatepec y Cuatololo, municipio de Copanatoyac; Chimixtla y Chalma, municipio de Atlixtac; Loma Encino, municipio de Iliatenco; Tepayoltepec y Colombia de Guadalupe, municipio de Malinaltepec.
Paulino Rodríguez reconoció que las familias se van a trabajar a los campos agrícolas en la incertidumbre, porque, dijo, seguramente no se les pagará buenos salarios, no tendrán derecho a la salud ni seguro de vida.
«La empresa Goldenfields que contrata cada año a los jornaleros de la Montaña, por lo menos les asigna una persona que les da clases a los niños durante el tiempo que sus padres están trabajando», reconoció el encargado de migrantes de Tlachinollan.
Este grupo de jornaleros que se trasladó a Sinaloa, se prevé que regresen a sus pueblos en mayo de 2025.
«La verdad, en estos momentos difíciles que se viven en Sinaloa, es complicado que los jornaleros vayan allá para trabajar, pero no hay de otra, ya que aquí en la Montaña las condiciones de abandono y pobreza son las mismas», observó Paulino Rodríguez.
En los primeros días de noviembre próximo, después del Día de Muertos se prevé que haya un éxodo masivo de jornaleros agrícolas a los estados del norte del país para trabajar en los campos.
Según el activista de derechos humanos, el número de jornaleros que saldrán en las siguientes semanas va a rebasar los tres mil.
Las familias jornaleras bajan de sus comunidades de la Montaña alta a Tlapa, donde pernoctan en las instalaciones de la Casa del Jornalero; y después parten en los autobuses hacia las entidades.
El centro de derechos humanos Tlachinollan refirió que se tiene un registro de 98 empresas agrícolas de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Baja California, Guanajuato y San Luis Potosí.
«Pese al riesgo de que mueran en un accidente o sufran un accidente en su trabajo o fuera de él, los jornaleros se van cada año a los campos agrícolas para traerse un dinero cuando regresan a su comunidad», expuso Paulino Rodríguez.
Denunció que el gobierno se niega a resolver el problema de los jornaleros agrícolas de la Montaña.
