Tráfico, hoteles saturados y tiendas abarrotadas en Chilpancingo por afectados de Acapulco del huracán Otis

El pasillo de sopas y granos lucen vacíos tras en los supermercados de Chilpancingo.

Texto y fotografía: José Miguel Sánchez

30 de octubre del 2023

Chilpancingo

 

La familia Lorenzo López recorre los pasillos del supermercado Bodega Aurrera sur en busca de víveres para llevarlos a Acapulco; buscan papel de baño, alimentos enlatados, granos, tortillas, agua y productos de limpieza.

Son las dos de la tarde del lunes 30 de octubre del 2023, cinco días después de que el huracán Otis impactó en Acapulco y dejó incomunicados, sin hogar ni víveres a los cercs de 800,000 habitantes del puerto.

Carlos Lorenzo López es el padre de la familia conformada por su esposa y sus dos hijos, entrevistado en la fila para pagar en la tienda comercial, contó que a cinco días del desastre ellos no han accedido a alguna despensa o apoyo del gobierno municipal, estatal o federal, a pesar de que su vivienda, ubicada en la colonia Progreso, quedó desecha.

“Solo un cuarto se salvo de quedarse sin techo, de ahí en fuera puras ventanas rotas, techos colapsados y no hay manera allá de comprar algo de comer”.

En ese cuarto, Carlos y su familia han pasado estos últimos días, y valoran migrar a otra ciudad hasta que “las cosas estén más tranquilas”.

Hoy, ya con algunas gasolinerías en funcionamiento, Carlos logró llenar el tanque de su carro para llegar a Chilpancingo y comprar despensa.

En su carrito de compras lleva varios paquetes de papel de baño, aceite, pollo, carne de res, fruta, galletas, atún, leche y productos de limpieza.

“A ver cuanto nos dura la despensa, ahorita solo tenemos un cuarto que es donde dormimos todos, afuera cocinamos con los restos que quedaron de basura y arboles porque de todos modos no hay gas”.

El plan de la familia es continuar unos días en Acapulco y limpiar su casa de escombros, lodo y basura que dejó a su paso el huracán Otis.

“Ya que quede medio limpio vamos a valorar si nos quedamos en Acapulco o nos vamos, tengo familia en Morelos y afortunadamente tenemos esa posibilidad”, agregó.

En un recorrido por varios supermercados de Chilpancingo se repite la misma situación, largas filas de personas provenientes del puerto que acuden a la capital a surtirse de víveres, gasolina y artículos de ferretería.

En la Bodega Aurrera sur, antes de las dos de la tarde, los pasillos de mercancías como sopas y granos quedaron vacíos.

El pasillo de sopas y granos lucen vacíos tras en los supermercados de Chilpancingo.

La fila en la tortillería de este supermercado es de 15 personas.

Las hieleras son otro producto que está agotado.

“Como no hay luz buscamos hieleras y hielo para ahí meter un poco de la comida y no se eche a perder tan pronto”, contó una persona también proveniente de Acapulco.

A pesar que se observa desabasto en algunos productos, el personal de la tienda afirma que hay productos suficientes para satisfacer la demanda.

“Es mentira eso del desabasto o que se va acabar la mercancía, así como se va llega, la gente no tiene porque entrar en pánico”, contó tranquilamente uno de los trabajadores de la tienda.

Tráfico y caos vial en las calles de Chilpancingo

Afuera, en las principales calles y avenidas de Chilpancingo el tráfico es intenso, los automovilistas circulan lentamente.

Cerca de las gasolineras el tráfico aumenta, las largas filas de autos en busca de combustible lo generan.

Muchos de estos autos provienen de Acapulco y quieren no solamente llenar el tanque de su coche, también llevan garrafas como reservas y diesel para algunas maquinas generadoras de energía eléctrica y moto sierras que ocupan para cortar los arboles caídos.

En casi todas las gasolinerías de Chilpancingo, de la parte sur y sobre la carretera, hay largas filas de autos, aunque varias empresas ya aseguraron a través de sus redes sociales que existe el suficiente combustible para garantizar la demanda.

Largas filas en las gasolinerías de Chilpancingo este lunes 30 de octubre.

Las angostas calles de la capital se ven rebasadas ante los cientos de autos de los acapulqueños, más los locales y los del transporte público que hacen que un trayecto de 20 minutos se convierta en uno de 40 o 50.

Hoteles a su máxima capacidad

En el caso de los hoteles, estos están al 100 por ciento de su capacidad y cada día llegan más personas a solicitar habitaciones, por lo que no se dan abasto con el servicio.

De acuerdo con la vocera del Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Chilpancingo, Yamileth Payán Sánchez, la capacidad de hospedaje en la capital quedó rebasada.

Los 75 hoteles y sus 1,800 habitaciones están llenas, en parte, de acuerdo con Payán Sánchez, por acapulqueños que salieron del puerto tras el huracán y la perdida de su hogar, extranjeros que están de paso, trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de telefonía, contratistas, periodistas y organizaciones no gubernamentales que van Acapulco y regresan a la capital a dormir.

“Desde hace algunos días, los hoteles y sus diferentes categorías fueron rebasados, por eso que se solicitó a la alcaldesa Norma Otilia (Hernández Martínez) que abriera albergues, porque fuimos rebasados como hotelería”, mencionó en entrevista telefónica Payan Sánchez.

Como un apoyo a la población del puerto, algunos hoteles otorgan el 10 ó 20 por ciento de descuento a los afectados; algunos dan almuerzo gratis a los huéspedes.

“Nosotros queremos poner nuestro granito de arena, y lo que se cobra es solo para pagar gastos fijos como gas, agua y nómina”, agregó.

De acuerdo con los datos de la Asociación Mexicana de Hoteles, hasta antes de la pandemia Chilpancingo operaba en números rojos en temas de hospedaje, con un máximo de 30 por ciento de ocupación entre lunes y viernes. “Los fines de semana prácticamente estaba muerto”, contó Payán Sánchez.

Guerrero 2024: elección sin decisión