Café Colibrí Coqueta, el negocio familiar que ayudó a vencer el cáncer de una madre

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Oscar Guerrero

Chilpancingo

Héctor Noel González Ríos es originario de El Edén, ubicado en la sierra de Atoyac de Álvarez. Desde pequeño tuvo acercamiento con todo el proceso del café, porque sus abuelos tenían huertas desde los años 70; toda su familia se dedica a la siembra, cosecha y venta del café.

En un principio vendió el café por costal y por kilo. La sierra de Atoyac se distingue por ser uno de los lugares donde se produce café en el estado; es de los más conocidos.

“El precio allá (en la sierra de Atoyac) siempre ha sido bajo, una forma de buscar mejores precios es la venta por taza”, comentó Héctor.

Después de varios años de producir café para venderlo por costales, Héctor y su familia decidieron emprender la venta por taza en Chilpancingo, así nació en 2020 Café Colibrí Coqueta.

Ellos siembran, cosechan, recolectan, muelen, empaquetan y venden el café. Cada temporada de siembra, en diciembre, acuden al Edén para la cosecha y todo el procedimiento de tostar el café y molerlo para traerlo a Chilpancingo.

Eligieron el nombre de Café Colibrí Coqueta por el colibrí coqueta, una especie endémica de la sierra de Atoyac.

En 2022, durante un chequeo de rutina médica, la madre de Héctor fue detectada con cáncer de mama.

Tenían que operarla, juntar el dinero para la operación; era complicado para la familia. Un amigo le sugirió a Héctor que con el café podría juntar parte de l o que necesitaban.

Su reciente emprendimiento les ayudó a buscar una solución médica.

Héctor participó en el tianguis artesanal organizado en el zócalo de Chilpancingo por autoridades municipales, estuvo durante el 1,2 y 3 de julio del año pasado.

Antes subió una publicación a su perfil personal de Facebook que decía: “Amigos estaré vendiendo café de la marca que ustedes ya conocen Café Colibrí Coqueta en Chilpancingo este fin de semana 1, 2 y 3 de julio para recaudar fondos para la operación de mi mamá, le extraerán un tumor por cáncer de mama, sería un gran apoyo con tan solo comprar un vasito de café, un pan o alguna torta”.

La publicación fue compartida en grupos de compra y venta de Chilpancingo, en diversos perfiles de personas y se hizo viral.

Así muchas personas acudieron al llamado de Héctor y lo apoyaron comprándole café.

“Gracias a la ayuda de muchas personas que venía y me compraban un café, si me pagaban con un billete de 50 pesos, me decían, quédatelo ese es para tu mamá”, recuerda Héctor.

Con la venta de café reunió dinero para la operación de su madre y, a la vez, reunió clientes. A un año de ese suceso el estado de salud de la madre de Héctor es estable y ya cuenta con un establecimiento para la venta de café.

Café Colibrí Coqueta tenía algunos clientes, pero Héctor cree que gracias a la publicación de la ayuda para su mamá llegaron más personas a apoyar su emprendimiento.

La venta del café comenzó en bazares, expos, tianguis y eventos a los que los invitaran, porque no tenían un local.

La idea de Héctor era tener un local establecido, algo que lograron hasta marzo pasado. Es un pequeño espacio en la calle 5 de mayo, atrás de la Catedral Santa María de la Asunción, donde sólo es para llevar.

Ese local lo comparte con otra persona, pero se siente cómodo de tener un lugar fijo.

Héctor le enseñó a su papá y a su hermana cómo preparar las bebidas que venden, café americano, expreso, café capuchino, y latte, porque él aprendió el barismo–preparación de bebidas con café– por una persona de su pueblo. También vende el café molido.

Metas de Café Colibrí Coqueta

Un establecimiento grande, con mesas y sillas para que las personas disfruten del café es una de las metas de Héctor.

Por ahora el establecimiento es pequeño y sólo para llevar.

Café Colibrí Coqueta tiene altos estándares, porque Héctor procura que así sea. Uno de sus sueños es que su café sea catalogado y reconocido como gourmet, término utilizado para definir comidas y bebidas de alta gama.

También que su café llegue a otros lugares fuera del estado, de México. Lo más lejos que ha llegado su café es a Japón, pero porque una persona originaria de ese país estaba de visita en Chilpancingo y probó su café y compró un cuarto para llevar.

“Al parecer le gustó mucho y se lo llevó. Me pidió de favor que le enseñara cómo prepararlo”, recuerda.

En el proceso de elaboración del café participan otras personas de la comunidad de Héctor, por lo que con su emprendimiento genera empleos para sus paisanos.

“A través del proceso de ir conociendo diferentes tipos de bebidas y cafeterías, cuando vengan y prueban nuestro café es el cliente quien va a decidir si le gusta la calidad de nuestro café”, agrega.

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