Turisteros omitieron trámites oficiales para mantener al burro Manolín en La Roqueta de Acapulco

Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Dirección General de Ecología y Protección al Medio Ambiente – Acapulco

Chilpancingo

La llegada del burro Manolín a la Isla de La Roqueta, en Acapulco, ocurrió en medio de diversas irregularidades en las que incurrió la Asociación Pro Defensa de la Isla de La Roqueta, organización encargada de llevarlo al lugar como atractivo turístico, situación por la que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren) plantea su retiro.

Después de 20 días de la llegada del burro Manolín, la Semaren precisó que hay tres faltas graves que ya fueron presentadas a la Secretaría de Marina (Semar) y a la de Turismo federal (Sectur), porque son las encargadas de decidir el destino del animal.

La jefa del Área de Bienestar Animal de la Semaren, Gretta Fuentes de María, informó que estas tres faltas estriban en el traslado y estancia de Manolín en La Roqueta, y las explicó.

La primera es que la Asociación Pro Defensa de la Isla de La Roqueta no pidió permiso a la Marina para ingresar a Manolín a la isla, dependencia que resguarda el lugar; apenas el viernes pasado lo solicitaron.

Tampoco presentó un objetivo claro del motivo de la llegada de Manolín. Además, la Asociación presentó un plan de manejo sobre sus cuidados muy ambiguo, que no cumple con los requisitos básicos.

Estas tres pruebas les fueron entregadas a la Marina y a Sectur federal para que decidan el destino de Manolín.

Manolín llegó a La Roqueta el 7 de abril en sustitución de La Mula Coqueta, otro asno que, de acuerdo a un recuento histórico de El Principe de la Roqueta, asociación dedicada a la conservación de la identidad de la isla, son usados como entretenimiento para los turistas, situación a la que se han opuesto organizaciones protectoras de animales.

La historia de los burros en La Roqueta se remonta a la década de 1960, cuando estos animales comenzar a ser usados para trasladar materiales de la parte baja de la isla al faro, ubicado en la cima de la isla.

Con el paso del tiempo y el crecimiento del turismo, los prestadores de servicio convirtieron a estos burros en un atractivo para los visitantes, quienes a manera de diversión les daban de tomar cerveza; fueron conocidos como los burros borrachos.

Los asnos, al estar en propiedad federal y servir como medio de transporte para el faro, estaban a resguardo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

El recuento histórico de El Principe de la Roqueta está documentado que el último burro borracho bajo cuidado de la SCT fue Julio. En 2013, Julio “fue sacado por la SCT de la isla y lo llevaron a un lugar desconocido. Fue el último burro que se administró por esa dependencia, cerrando así el ciclo”.

“Después de que murió el último burro borracho, unos ambientalistas trajeron una mula y otro burro, ambos no cumplieron su estándar de vida, murieron, el burro quedó en el olvido y la mula murió recientemente, tras varios años viviendo en soledad”, se lee en la infografía publicada en las redes sociales por la asociación.

Con la muerte de esta ultima mula, el 27 de abril pasado, la Asociación Pro Defensa de la Isla de La Roqueta, otra organización civil, pero con el interés de preservar el turismo, buscó que otro burro llegara a la isla para los mismos fines de entretenimiento.

Manolín, de un año, fue anunciado por la Asociación Pro Defensa como el nuevo atractivo turístico de la isla, pero quedaría prohibido darle cerveza. A bordo de una lancha fue trasladado desde el Parque de la Reina a la Isla de la Roqueta.

Antes de su traslado llegó al parque la alcaldesa del puerto, Abelina López Rodríguez, para conocerlo.

El integrante de la Asociación Pro Defensa de la Isla, Alejandro Martínez Sidney, en aquella ocasión dijo, de acuerdo con lo que documentó la prensa, que Manolín fue donado por un empresario ganadero de nombre Moisés Muñoz Suástegui y que llegó desde el municipio de Azoyú, ubicado en la Costa Chica del estado.

A los 20 días de estar en la isla, tiempo en que llegaron solicitudes de asociaciones protectoras de animales para que Manolín fuera retirado de La Roqueta, el 24 de mayo sesionó en Chilpancingo el Consejo de Bienestar Animal de Guerrero y determinó su retiro, pero por irregularidades en trámites de traslado.

Con los resultados de una investigación realizada por la Propaeg y la Semaren, que presentaron al Consejo de Bienestar Animal, acordaron “que no había las condiciones para garantizar el bienestar animal de Manolín en la Roqueta”, informó una fuente de la Semaren.

La Isla de la Roqueta, al ser un área federal, la Semaren no puede realizar una extracción directa, por lo que buscan los mecanismos legales para retirar a Manolín.

“De entrada eso le toca a la Marina, a la Propaeg, y en eso se está, no se ha sacado al animal de la Roqueta, se están haciendo los trámites pertinentes para no caer en ninguna violación a la reglamentación ambiental”, dijo la fuente.

La Ley 491 de Bienestar Animal del Estado de Guerrero pena el uso de animales domésticos y silvestres para entretenimiento.

Martínez Sidney, quien es el secretario general de la Asociación Prodefensa y Conservación de la Isla de la Roqueta, quienes llevaron a Manolín a la isla, expuso ante reporteros del puerto el viernes 25 de mayo, que la Ley de Bienestar Animal es exclusiva para el estado y no aplica en una zona federal, como es la Isla de La Roqueta.

Adelantó ese día que buscarían un amparo para evitar que las autoridades retiren a Manolín de la isla y que a través de mecanismos jurídicos y políticos actuarían contra la resolución del Consejo Ciudadano de Bienestar Animal.

Esta mañana, en conferencia de prensa, Martínez Sidney dijo que como Asociación Prodefensa de la Isla no acatarán la determinación del Consejo Consultivo porque no son una autoridad, esperaran lo que dicte la Marina o Sectur para interponer un amparo que les permita mantener a Manolín en la Isla.

Martínez Sidney catalogó el “pleito” de Manolín como un asunto político y de “intereses personales”. Lo que no dijo es de quién.