Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Andrew López / Cromática, agencia fotográfica y multimedia
26 de mayo del 2023
Acapulco
La historia de Sergio y Adolfo comenzó hace 56 años en la Ciudad de México. En una época difícil para las poblaciones LGBTI+.
Se conocieron en una fiesta, desde ese momento sintieron atracción. Después de conocerse por unos meses iniciaron una relación sentimental.
Al principio ocultaron su relación porque, para ese tiempo, «la sociedad no los quería reconocer».
«En aquel entonces tenía uno que ocultarse y mantener la relación viva», menciona Sergio.
Para ocultar su relación, ambos optaron por decir que eran primos. «Recurrimos al mejor recurso que había, mi primo, decíamos mi primo y la gente ya no preguntaba», agrega.
Ese recurso les permitió salir sin ser juzgados.
Después de un tiempo, Sergio, originario de Ciudad de México, y Adolfo, de San Luis Potosí, decidieron vivir juntos y se mudaron a este puerto, donde llevan 26 años.
Una de las principales fortalezas para mantener su relación es la compañía y el apoyo mutuo.
Ahora Sergio tiene 85 años y Adolfo 81, en sus 56 años como pareja no habían formalizaban su relación, porque el matrimonio entre personas del mismo sexo es una realidad hasta hoy.
“Nos tardamos un poco en formalizar nuestra relación, ya deberíamos tener hasta nietos», comenta Sergio.
Sergio y Adolfo fueron una de las 15 parejas que formalizaron su relación en la primer ceremonia de matrimonios igualitarios en Acapulco el viernes 26 de mayo. “No nos interesaba hacerlo en otro estado de la República, queríamos hacerlo aquí”, dice Adolfo.
Llegaron de manera puntual al Centro Internacional de Convenciones de Acapulco, sede de estas bodas colectivas, a las 12:00 horas, ambos vestidos con pantalón de vestir blanco, guayabera y zapatos blancos. Sonreían con timidez.
“No queremos fotos”, comentan a los reporteros que cubrían este evento que era muestra de un derecho conquistado por activistas de poblaciones LGBTI+. “Pero les podemos contar nuestra historia”, comenta uno de ellos.
Desde el miércoles prepararon todos sus documentos para tenerlos en orden, entregarlos y que no hubiera ningún problema para casarse.
Sergio y Adolfo tienen propiedades en común. La seguridad social sólo Sergio la posee, por lo que para ellos casarse resolvería una cuestión de derechos.
“Vamos a hacer lo posible para que él (Adolfo) se pueda integrar al seguro social”, explica Sergio. “Ahora sí hay derecho”, agrega Adolfo.
Sus testigos fueron dos trabajadoras del Registro Civil. Los amigos que deseaban fueran sus testigos ya fallecieron.
“Es una cosa muy bonita, una cosa legal. Ya nos podemos presentar en todos lados, ya no nos tenemos que esconder ni ocultar”.
Una deuda histórica con las poblaciones LGBTI+
La lucha por el matrimonio igualitario comenzó hace más de 20 años, con los activistas Orlando Pastor Santos, Quetzalcóatl Leíja Herrera y David Moyao. Ellos fueron los antecesores del activismo a favor de los derechos de las poblaciones LGBTI+ en Chilpancingo. Los tres fallecieron sin ver la cosecha de su siembra.
Guerrero fue el penúltimo estado en aprobar el matrimonio igualitario. Antes de su aprobación, en octubre del 2022, se presentaron otras dos iniciativas para que se permitieran los matrimonios igualitarios.
Una fue el 7 de julio del 2015, el gobernador interino, Rogelio Ortega Martínez, presentó un proyecto de ley para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero no fue aprobado por el Congreso local.
En aquella ocasión, por instrucciones directas de Ortega Martínez, y tras un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la que declaraba inconstitucional negar el derecho al matrimonio a las parejas del mismo sexo, instruyó al Registro Civil casar las parejas de la comunidad.
Esa ocasión se casaron 20 parejas en la playa Hornos, en Acapulco, en las que el ex gobernador interino y su esposa Rosa Icela Ojeda Rivera fueron los testigos.
Después del interinato de Ortega Martínez que culminó en 2015, ni su decreto ni su iniciativa tuvieron un seguimiento por el gobierno venidero del priista Héctor Astudillo Flores.
Fue hasta 2020, durante una mayoría morenista en el Congreso local que ex diputado Moisés Reyes Sandoval presentó la iniciativa de matrimonios igualitarios.
La iniciativa llegó al pleno del Congreso para ser votada el 27 de octubre del 2020, pero fue rechazada por mayoría de votos.
Tuvo que pasar otra legislatura para que, finalmente, los diputados morenistas Yoloczin Domínguez Serna y Jacinto González Varona presentaran otra vez la iniciativa el 15 de junio del 2022.
La iniciativa estuvo cuatro meses en la Comisión de Justicia, hasta que en octubre del 2022 los diputados la aprobaron en el pleno del Congreso.
En votación definitiva los números quedaron así: 38 votos a favor, seis en contra y dos abstenciones.
Para entender mejor: Aprueban el matrimonio igualitario en Guerrero
Max y Julián: la pareja que no puede casarse en Guerrero
La enmienda de una deuda
Durante la ceremonia de matrimonios, el representante del Colectivo LGBTI+ Orgullo Guerrero, Juan Carlos Salvador López, dijo al secretario general de Gobierno, Ludwing Marcial Reynoso Núñez y a la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso (Jucopo), Yoloczin Domínguez Serna, que este logro es sólo el principio de una serie de demandas que el Estado debe a las poblaciones LGBTI+.
“Nuestra venganza es ser felices, hoy en Guerrero se empieza a pagar la deuda histórica que tiene el gobierno con las poblaciones LGBTI+, el matrimonio igualitario ya es un realidad jurídica en Guerrero para proteger y amparar a todas las relaciones, de todas las personas”, menciona Salvador López.
Aclaró que lograr la legalización de los matrimonios igualitarios es sólo el comienzo, “pues, aún falta una ley de identidad de género, tipificar en el Código Penal los crímenes de odio y las terapias de conversión”.