Max y Julián: la pareja que no puede casarse en Guerrero

Aunque hace tres meses se aprobó en Guerrero el matrimonio igualitario, la población LGBT tiene que esperar 180 días más para casarse; se tienen que modificar leyes secundarias en materia de registro civil


Texto: Itzel Urieta

Fotografía: Oscar Guerrero/ Archivo 

Chilpancingo

 

Aunque hace tres meses el Congreso local aprobó el matrimonio igualitario, las parejas de las poblaciones LGBT podrán contraer matrimonio hasta dentro de 180 días.

Max y Julián llevan cinco años de relación. Después de que se aprobó el matrimonio igualitario, vieron la oportunidad de casarse.

Decidieron esperar un tiempo para acudir al Registro Civil y así dar oportunidad a que la dependencia hiciera todos los trámites burocráticos para la celebración de los primeros matrimonios igualitarios.

El matrimonio igualitario se aprobó en el mes de octubre. Julián (pareja de Max) decidió ir en diciembre, dejó pasar dos meses, creyó que ese tiempo era suficiente para que el Registro Civil afinara el proceso de este tipo de matrimonios.

Julián pidió información sobre qué requisitos necesitaría para casarse, pero no tuvo la respuesta que esperaba. Al acercarse al Registro Civil de Chilpancingo le comentaron que aun no podrían efectuar el matrimonio porque no tenían información al respecto, además, algunos trabajadores se rieron de su petición.

Realizaron dos visitas más, en las siguientes, les comentaron que no tenían los formatos y que el personal no estaba capacitado para realizar bodas entre personas del mismo sexo.

Aunque el Congreso local ya había aprobado el matrimonio igualitario, el Poder Ejecutivo aún no emitía el decreto para hacerlo realidad.

Fue hasta el 30 de diciembre que se publicó en el Diario Oficial del Gobierno del Estado de Guerrero el decreto que permite el matrimonio igualitario.

Una vez aprobado y publicado el decreto, Max y Julián intentaron casarse nuevamente, pero otra vez les negaron ese derecho.

El Registro Civil de Chilpancingo argumentó nuevamente que no tenían los formatos y que sus trabajadores no estaban capacitados.

Max y Julián se acercaron a un integrante del Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero, quien les brindó acompañamiento y apoyo para presionar a las instituciones para que les dieran una explicación del por qué no se podían casar.

Hasta ese momento todas y todos los integrantes de las poblaciones LGBT desconocían que no podían casarse.

El lunes 23 de enero integrantes de colectivos LGBT de diferentes municipios del estado, se reunieron con la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, Anacleta López Vega, para solicitar una explicación del porqué todavía no se pueden casar.

La explicación que recibieron fue que se deben modificar leyes secundarias en materia de registro civil.

“Las parejas que pretenden casarse tendrán que esperar 180 días más, porque faltan reformar leyes secundarias para que se pueda aplicar la ley”, explicó Efraín De Jesús Arroyo, vocero estatal de la Red de Jóvenes por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Redefine Guerrero), e integrante del Colectivo Lgbti+ Orgullo Guerrero.

Los 180 días se traducen en seis meses en los que el Congreso local tiene que reformar leyes secundarias en materia de registro civil y de divorcio.

Max explicó que le informaron que sí podría casarse pero que su matrimonio no sería válido.

“Me dijeron, se pueden casar pero sería un matrimonio nulo más adelante porque todavía queda ver lo de los códigos para los divorcios”, agregó Max.

La única manera en la que las personas del mismo sexo pueden casarse es a través de un amparo solicitado ante cualquier juzgado de distrito.

El cual es un trámite que lleva hasta ocho meses. En el caso de Max y Julián está descartado, ellos quieren casarse a mediados de febrero porque Max viajará a Estados Unidos, (Max tiene nacionalidad estadounidense) y quiere darle esa nacionalidad a su pareja.

Su idea es irse en marzo ya casado y comenzar el trámite de nacionalidad para que Julián tenga ese derecho al que solo  accederá si se casan.

Esperaban casarse en Chilpancingo, pero no podrán esperar 180 días.

De Jesús Arroyo comentó que no se nota compromiso por parte de las autoridades en agilizar el proceso e incluso recibieron comentarios ofensivos por parte de López Vega.

“Que prisa tienen por casarse los de la comunidad, de todos modos se van a divorciar”, les respondió López Vega en la reunión a los representantes de las poblaciones LGBT.

Además de que les pidieron a ellos que difundieran la información sobre el matrimonio igualitario.

“Eso no nos corresponde a nosotros. Sí, como colectivos podemos compartir esa información pero ellos desde sus páginas oficiales tienen que informar lo que pasa”, expuso De Jesús Arroyo.

Para las poblaciones LGBT esto es un impedimento a sus derechos.

“Estoy seguro de que muchas parejas que se quieren casar ya han esperado mucho tiempo y ahora nos impiden acceder a este derecho”.

Max y Julián se casarán en Michoacán.

Después de la respuesta de las autoridades, Max y Julián decidieron que lo mejor era casarse en otro estado. Se casarán en Michoacán, lugar de donde es originario Max.

“La verdad me sentí mal, yo estaba planeando todo aquí. La familia de mi pareja aquí vive, mi idea era hacer todo aquí pasar un tiempo en Michoacán ya casado y, de ahí, irme a Estados Unidos”, comentó Max.

Para casarse en Michoacán tienen que viajar ocho horas.

La familia de Julián no estará presente en la ceremonia, les es complicado viajar de Chilpancingo a Michoacán por cuestiones laborales.

Aunque Max y Julián no se casarán en Guerrero, Max se siente conforme con que su historia sirva  para que se visibiliza la problemática de los matrimonios igualitarios.

“Siento que todo esto no fue en vano porque habrá más parejas de la comunidad que se van a querer casar después. Se logró todo esto de las reuniones para que le metan mano y ya quedé legal todo esto”.

“Me quedé con las ganas de que fuera aquí en Guerrero, lamentablemente no se pudo”.

 

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