Desaparecer

Huir, desplazarse, deprimirse, desaparecer: la tragedia de los que huyen 

En octubre se registraron 74 desapariciones en Guerrero, uno de los desplazados internos que huyó de la violencia es una de las víctimas. Desapareció junto a un funcionario de la Comisión de Derechos Humanos y por esa razón su caso fue público


Texto: Marlén Castro

Fotografía: Oscar Guerrero

9 de noviembre del 2022

Chilpancingo

 

El 28 de octubre pasado, Pedro Romero Sotelo, de 64 años, avisó a su esposa que iría con unos amigos a buscar trabajo. La posibilidad de tener empleo le dio algo de felicidad.

El 2021 fue un año difícil para Pedro. Tuvo depresión y para salir recibió atención psicológica. Pedro estuvo deprimido porque perdió, de un día para otro, su casa, su parcela, su huerta. Su pueblo. En resumen: toda su vida.

Pedro tenía cuatro años en desplazamiento interno forzado. Se llama así a la situación límite que obliga a cientos de miles personas a abandonar sus hogares y desplazarse dentro del mismo país debido a situaciones de conflicto, violencia, violaciones de derechos humanos y catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, de acuerdo con la ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados.

Los desplazados huyen para salvar la vida. En noviembre del 2018, Pedro, su esposa y sus dos hijos huyeron de su hogar en Campo de Aviación, municipio de Leonardo Bravo, en la zona Centro de Guerrero, a causa de la violencia generada por el choque entre Los Tlacos y el Cártel de la Sierra, dos grupos del crimen organizado coludidos con intereses económicos y políticos de la región.

Fuera de su hogar y su huerta de aguacates en Campo de Aviación, Pedro entristeció a tal grado que dejó de sentir interés por la vida. Es uno de los impactos psicológicos que enfrentan las personas que se desplazan cuando se dan cuenta que no recuperarán su vida anterior. El Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón gestionó ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) apoyo psicológico para Pedro, su familia y las demás personas desplazadas en la cabecera de Leonardo Bravo, Chichihualco.

Pedro buscaba trabajo para ocuparse en algo y para llevar dinero a su casa.

La mañana del 28 de octubre dijo a su esposa que ya había hallado algo, indicó que iría con dos amigos a donde lo emplearían.

Alcanzó a decirles que ese trabajo sería en un aserradero. No dijo más. Sus familiares lo vieron emocionado ante esa posibilidad. Salió de casa con entusiasmo.

Ese rostro, con una sonrisa, es la última imagen de Pedro en la mente de sus familiares.

Octubre: 74 desapariciones

Este décimo mes del año fue uno de los más violentos en Guerrero de este 2022, fue el mes de la masacre en San Miguel Totolapan, en la región de la Tierra Caliente, y de tres personas desaparecidas en un mismo evento. Ese 28 de octubre que desapareció Pedro, fue el mismo día que desapareció Efrén Barrios Cárdenas, de 55 años, y a Adolfo Aparicio Bello, de 34.

Pedro, Efrén y Adolfo iban juntos cuando sus familiares perdieron rastro de ellos.

Este octubre, los casos de desapariciones incrementaron 25 por ciento, con respecto al mes anterior. Septiembre cerró con un registro de 59 personas desaparecidas, de los que 29 fueron localizados. En octubre se registraron 74 desapariciones, de las que se reportó que 26 fueron localizadas, tres sin vida. Estas tres personas halladas sin vida son Pedro, Efrén y Adolfo.

Las familias de las víctimas de desaparición tienen diferentes formas de dar a conocer que dejaron de ver a un ser querido. En Guerrero hay tres tipos diferentes de alertas. Para que la autoridad emita una alerta hay una denuncia del hecho.

Otras familias no tienen la opción de hacer una denuncia ante una autoridad y sólo dan cuenta de lo que viven mediante redes sociales, a veces ni eso.

La familia de Pedro es un ejemplo. Huyeron de la violencia en Campo de Aviación y, en Chichihualco, en donde se refugiaron, viven con miedo.

Por la desaparición de Pedro no se emitió ninguna alerta. Por los casos de Efrén Barrios Cárdenas y Adolfo Aparicio Bello, se emitió la ficha de búsqueda Has visto a.

De las 74 desapariciones registradas este octubre se emitió una alerta Alba (para los casos de mujeres mayores de 18 años), ocho alertas Amber (para niñas y niños menores de 18), 32 alertas Violeta (para mujeres sin distinción de edad cuyas familias denuncien a un número telefónico exclusivo para este fin), 19 alertas Has visto a (generalmente es para casos de hombres mayores de 18 años), cinco mediante la Comisión Estatal de Búsqueda, seis por Locatel y tres solamente en redes.

Bloquear, gritar, exigir…

Por la denuncia de los familiares de Adolfo Aparicio Bello, la familia de Pedro Romero Sotelo supo que esa mañana del 28 de octubre Pedro se fue a Quechultenango y que el trabajo que había hallado, como dijo a sus familiares, sería en Mochitlán.

Pedro, Efrén y Adolfo fueron vistos por última vez en la comunidad de San Martín, municipio de Quechultenango, alrededor de las siete de la noche.

Estas tres desapariciones fueron abiertamente públicas porque Adolfo era funcionario de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG) y salieron a exigir, primero con denuncia ante los medios, la búsqueda de su familiar y el organismo de derechos humanos se pronunció para que la FGE los buscara.

Adolfo Aparicio fue precandidato a la alcaldía del municipio de Copala, región de la Costa Chica, por parte de Morena y diputado suplente por ese mismo partido en la 62 Legislatura. En 2021 lo nombraron encargado de despacho de la Dirección de Recursos Humanos de la CDHEG.

Hace cinco meses, falleció el papá de Adolfo, quien tenía una maderería en Chilpancingo. El ex precandidato se hacía cargo del negocio familiar y a Quechultenango fue a acordar la compra de madera, de acuerdo con lo que compartieron integrantes de la familia.

Cuando los pronunciamientos no fueron suficientes, las familias bloquearon la Autopista del Sol para exigir la búsqueda. El lunes 31 de octubre, los familiares de los tres desaparecidos cerraron el carril Norte-Sur de la Autopista del Sol, a la altura del punto conocido como Parador del Marqués, alrededor de tres horas. Ese punto es estratégico en la vía, cuando se bloquea, se ahorca la circulación de los automovilistas hacia Acapulco, ya sea por la Autopista o por la vía libre, situación que se complica cuando se trata de los puentes vacacionales, como fue el caso, ya que ese lunes 31 era la mitad del puente por Día de Muertos. Así que les hicieron caso.

Las familias fueron atendidas a las tres horas del bloqueo y la FGE reanudó la búsqueda iniciada el día anterior, dos días después de la denuncia de las desapariciones.

En octubre, 23 personas sin aparecer o no localizadas

De las 74 desapariciones registradas en octubre, 48 personas fueron localizadas, aunque la FGE nunca informa las circunstancias en las que regresan a sus hogares. Sólo cuando se trata de casos mediáticos como los de Pedro, Efrén y Adolfo se saben las circunstancias de la localización, algunas de esas veces, las personas reportadas como desaparecidas, son localizadas sin vida.

Las personas que siguen sin ser localizadas este mes, de las 74, son 23. Las otras regresaron a sus hogares.

23 familias sin conocer el paradero de un integrante son muchas en un mes y ese dolor a veces es perpetuo. En México hay una crisis por la cantidad de personas desaparecidas desde el 2007, año en que el presidente panista Felipe Calderón decidió declarar una supuesta guerra al narcotráfico. Esta crisis de la que se pronunciaron organismos internacionales originó la creación de una Comisión Nacional de Búsqueda y la integración de un sistema único de información para registrar y contar a las y los desaparecidos.

Este registro debería diferenciar entre personas desaparecidas y no localizadas. Una persona no localizada es aquella cuya ubicación es desconocida y una persona desaparecida es aquella de la que se desconoce su paradero y su ausencia podría estar relacionada con la comisión de un delito. En Guerrero, la FGE no hace ninguna distinción en el registro, todas son personas no localizadas. Las personas no localizadas podrían estar en esa condición por su propia decisión, no por un posible delito cometido por alguien. La presunción de desaparición eleva las estadísticas sobre delitos.

Esa podría ser la causa de que la FGE llame a todos no localizados.

Otras víctimas de desaparición en octubre

En octubre, los casos de personas desaparecidas aumentaron 25 por ciento, con respecto al mes anterior. Una de esas desapariciones fue la de Melisa Abigail Patiño Campos, de 19 años, de quien se reportó su desaparición mediante la alerta Alba.

Melisa fue reportada como desaparecida el 15 de octubre, en Iguala, y localizada seis días después en Cuernavaca, Morelos. El padre de Melisa comunicó en las redes sociales que la joven se ocultó en Morelos para huir de quienes la perseguían, pero no dio detalles de quiénes la perseguían y por qué.

Melisa reportó a sus familiares la noche del sábado 15 de octubre que alguien la perseguía. Después no supieron de ella. Hicieron la denuncia y la autoridad publicó la alerta Alba. La joven fue entregada a su familia la madrugada del 21 de octubre. El padre de la joven afirmó que la vida de Melisa estuvo en riesgo. Cuando Melisa reapareció, la FGE colocó sobre la ficha de esta desaparición la leyenda localizada. Es un claro ejemplo de que Melisa podría ser víctima de la comisión de un delito, sin embargo, los días que no supieron de ella, se reportó como no localizada.

De los 74 desaparecidos de octubre, 42 son mujeres y 32 son hombres. En este delito, a diferencia de los asesinatos, siempre la mayoría de víctimas son mujeres.

De las 42 mujeres que se reportaron como desaparecidas o no localizadas (algunas fueron localizadas como es el caso de Melisa) 27 son menores de 18 años y 15 mujeres adultas.

En el caso de los 32 hombres que se perdieron en octubre, 29 son hombres mayores de 18 años y tres menores. Se trata de los casos de Máximo Tinoco, de un año, desaparecido en Acapulco; de Yael Armando Vargas Orbe, de 16 años, en Chilpancingo y de Tristan Gael Navarro Reza, de 16 años, también en Chilpancingo.

Pedro, Efrén y Adolfo

Los tres hombres desaparecidos el 28 de octubre: Pedro, Efrén y Adolfo, fueron hallados el 1 de noviembre, en la comunidad de San Martín, el mismo lugar donde la última vez se supo de ellos, presuntamente, tuvieron un accidente que ocasionó que se fueran al fondo de un barranco de 300 metros de profundidad.

Las maniobras para rescatar los cadáveres fueron difíciles por la profundidad del barranco. La autoridad ministerial aún no informa las causas de muerte de las víctimas.

En redes sociales se especuló sobre un homicidio múltiple, por la zona en la que ocurrió el supuesto accidente.

En Quechultenango, municipio de la región Centro, hay un control férreo del territorio por parte de Los Ardillos, un grupo del crimen organizado con ramificaciones en grupos económicos y políticos regionales.

Un accidente automovilístico en ese territorio no hubiera pasado inadvertido para los hombres de Los Ardillos, los que a bordo de camionetas y con armas de grueso calibre, vigilan el territorio.

Cuando se llega a ese municipio, desde el acceso, policías municipales hacen un registro minucioso de quienes ingresan. Anotan nombres, edades, placas de los vehículos y razones de la visita. En el siguiente punto, otro grupo de policías municipales, hace un nuevo registro sólo para confirmar los datos reportados por los primeros policías.

No hay manera de que ese grupo criminal no supiera que tres hombres estuvieran desaparecidos en su territorio y se hubieran accidentado.

En la imagen, familiares de desaparecidos bloquean la Autopista del Sol para exigir a la autoridades la búsqueda inmediata. Foto: Oscar Guerrero

 

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