Texto: Jesús Guerrero
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Un estudiante del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) 175 de Huitzuco que desde las nueve de la mañana llegó al zócalo de esta ciudad para tocar con su banda, le daba duro a la tambora.
Son las 13 horas de este jueves y el grupo de estudiantes que integran la banda de música Potro tocan para dar la bienvenida a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
El acto oficial estaba programado a las 12:00 horas, pero Salgado Pineda llegó una hora después.
Los estudiantes del CBTIS arribaron a este lugar cuatro horas antes que la mandataria estatal llegara, quien acudió acompañada por su grupo de guardaespaldas que presumían su arma de fuego colgada al cinto.
“No hemos comido ni un taco”, reprocha el estudiante a otro de sus compañeros que también forma parte de la banda.
“No se escucha a la banda, ¿dónde está?», pregunta al inicio de su intervención Salgado Pineda, quien tiene al frente a alcaldes, alcaldesas, funcionarios y funcionarias de su gabinete, y a decenas de jóvenes que participaron en la jornada de capacitación para el trabajo que organizó el Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Guerrero (Icategro), organismo estatal que nadie conocía, pero ahí dijeron que su fundación fue hace 10 años.
El grupo de músicos del CBTIS, que se colocaron debajo de un árbol para protegerse del sol, fueron conminados por su maestro para que se regresaran a la plancha del zócalo y empezaran a tocar.
“Ya llegó la gobernadora y hay que tocar”, dijo un estudiante.
Pero solamente interpretaron una melodía para no interrumpir el discurso de Salgado Pineda.
Vestida de pantalón blanco y blusa del mismo color, la gobernadora entró a la plaza central por uno de los pasillos de las oficinas de la Secretaría de la Cultura.
Dos horas antes de este mismo jueves, junto con su padre, el senador Félix Salgado Macedonio entregó los premios civiles de la juventud en el auditorio José Joaquín se Herrera, en palacio de gobierno.
Al bajar los primeros escalones para ingresar a la plaza, Salgado Pineda se detuvo para admirar unas artesanías. Le gustaron unas flores y ordenó a uno de sus ayudantes que le pagara a la artesana. El trabajador sacó de entre sus bolsillos un billete de 500 pesos y se lo entregó a la vendedora.
Félix Salgado, no llegó al acto.
Casi al mismo tiempo en que su hija estaba en el zócalo, Salgado Macedonio, desde el patio ubicado atrás de una cafetería, al sur de esta ciudad, hacía una transmisión en vivo en su cuenta personal de Facebook junto con un grupo de seguidores que, en su mayoría, acuden con él para que les dé un empleo en una oficina del gobierno que encabeza su hija. Al parecer, los que acuden con el senador creen que él ejerce poder en el gobierno estatal y no la gobernadora, quien el próximo 15 de octubre cumple un año al frente de la administración.
El estudiante del CBTIS que toca la tambora viste un suéter rojo y pantalón azul de mezclilla. Sus demás compañeros visten el uniforme de gala, camisa blanca, pantalón y suéter color gris.
“Esto está de la chingada”, dice el joven al referirse al fuerte calor del mediodía.
Los que no sufren los rayos del sol son la gobernadora, alcaldes y funcionarios, además de unos 100 jóvenes emprendedores que están debajo de una gran lona.
Este perímetro fue rodeado por vallas metálicas. Un grupo de guardaespaldas impidieron que los fotorreporteros se acerquen a Salgado Pineda para que le tomen fotografías.
Uno de los fotorreporteros se aproxima para captar con su cámara las imágenes y dos guardaespaldas que están a unos cuatro metros de Salgado Pineda le exigen que se retire.
Otro forreportero empieza a tomar fotografías a los guardaespaldas que están hostigando a su compañero periodista.
“A ver tómame fotografías a mí”, le gritó el guardaespaldas al fotorreportero.
Este individuo presumió que antes de formar parte del grupo de la ayundantía de la mandataria estatal era reportero.
Guardaespaldas y trabajadores de la Dirección de Comunicación Social tienen la misión de que cuando haya un acto de Salgado Pineda, a los reporteros le asignarán un espacio para que desde ahí realicen su trabajo informativo.
El lugar donde colocan a los periodistas es rodeado de vallas metálicas. Los encierran, y abren las vallas hasta que la gobernadora se retiró del lugar.
Esta estrategia la diseñaron los asesores de Salgado Pineda para que los periodistas no lleguen hasta donde está ella, y así evitar que la entrevisten sobre diversos temas, sobre todo de la violencia o la injerencia que tiene su padre en las acciones de su gobierno, informaron fuentes gubernamentales.
Al concluir el evento de este jueves en el zócalo, Salgado Pineda salió por la lateral sur de la explanada y caminó unos 10 metros hasta su camioneta estacionada. Solo se tomó unas selfies con algunas mujeres, subió al vehículo y se fue.
Mientras la gobernadora, funcionarios y ediles se retiraban, la gente que se quedó en el zócalo empezó a comer un mixiote de carne de res, arroz y salsa verde.
“Vaya, hasta que vamos a echarnos aunque sea un taco”, dijo un estudiante del CBTIS 175 de Huitzuco que esperó por varias horas a la gobernadora.