El periodismo es un actor en el conflicto: Xavier Giró

Xavier Giró

Texto y fotografía: Luis Daniel Nava

1 de agosto de 2022

 

El conflicto revela cosas que no funcionan en la sociedad por lo tanto nuestro relato, como seres humanos antes que periodistas, debe ser a favor de una solución justa y sin violencia, plantea el investigador catalán Xavier Giró.

El periodismo de paz, explica, puede favorecer que los conflictos no evolucionen a un estallido de violencia, que discutan sus causas y posibles soluciones.

“El periodismo se convierte en un actor y hay que asumirlo responsablemente sin panfletos y sin entregarnos ciegamente a ninguna de sus partes”, plantea.

Estos son algunos postulados que ha desarrollado desde hace 30 años como periodista, investigador y profesor Francesc Xavier Giró Martí (Barcelona, 1955).

A propósito de su reciente visita al país, este reportero le preguntó acerca del concepto periodismo de paz en conflictos que instruyó en la Universidad Autónoma de Barcelona y que expuso en el Foro de Periodismo y Construcción de Paz celebrado en la Ciudad de México.

Conflicto desigual

–¿Qué significa “periodismo de paz”?

El periodismo siempre tiene repercusión sobre la sociedad y los conflictos sociales. El conflicto es la materia prima del periodismo.

De él se revelan cosas que no funcionan en la sociedad y eso permite que avance.

Muchos de esos conflictos no son entre partes iguales y empiezan porque la parte con menos poder está explotada, oprimida, marginada.

Nuestro relato como seres humanos antes que periodistas no es neutral, sino que tendrá repercusión a favor de uno o de los otros. A favor de una solución justa e injusta.

Con esa premisa tenemos una obligación moral o política de trabajar para que ese conflicto se solucione de la forma mas justa posible, y para que vaya hacía allá, que no haya violencia.

Si hay violencia en lugar de discutir de los salarios, de la tierra que nos quitan o de la tala de arboles, lo que vamos a discutir es cómo defendernos de la violencia, atacando al otro o pagando con nuestra vida.

Podemos favorecer que los conflictos no evolucionen hacía un estallido de violencia sino que sigan en la lucha, discutir el problema.

El investigador noruego Johan Galtun, citado en el artículo académico de María Isabel Hernández “El periodismo de paz como paradigma de comunicación para el cambio social” (2012), desarrolló el modelo de estudio “el triangulo de las violencias”.

El modelo identifica tres violencias en los conflictos: la física que causa daños visibles (atentados, asesinatos, agresiones, torturas, etcétera); la estructural que impide satisfacer necesidades básicas (desigualdad, racismo, pobreza, esclavitud, etc.) y la cultural relacionada con aspectos simbólicos como religión, cultura, lengua, arte y ciencias.

Para Giró, citado en el mismo estudio, la aplicación del triangulo en conflictos de distintos países y regiones permitió observar una sobre representación de la violencia directa y una escasa atención a las violencias estructural y cultural.

Toma de partido

–¿En ese sentido podría quedar rebasado el periodista neutral, objetivo?

Son dos falacias, dos creencias falsas. Cuando uno dice  ‘Aquí hay tres muertos ‘, no solo está informando el hecho sino el contexto. Aunque no lo escriba hay un contexto de conocimiento.

Es decir ‘Aquí ha pasado esto y no debería haber pasado’. Es una toma de partido.

Cuando hablamos de una vulneración de un derecho humano o un derecho justo, estamos diciendo que ese derecho no se debería haber vulnerado.

El periodismo no es objetivo en la medida en que tomamos partido por una idea, una forma de entender la vida, con los derechos de la gente.

No es neutral, porque tomamos partido a favor de las personas que han visto vulnerado sus derechos.

La filosofía engañosa de la objetividad y la neutralidad tiene dos géneros privilegiados, la noticia y el reportaje.

En la noticia con las seis preguntas (quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo), el “por qué” implica una explicación más allá de la inmediata.

En el reportaje el esquema canónico del periodismo dice que escucha las fuentes de los dos lados con un trato equilibrado.

Pero no solo tienes que consignar lo que dice uno o el otro, tienes que decir quién miente y quién no, o quién exagera, si son los dos, son los dos. Quién reivindica algo que es justo, implícita o explícitamente.

Sin panfletos

–¿Ese postulado lleva al concepto de periodista transformador? ¿Es consecuencia?

El periodismo es una esfera mas de la vida y no puede rehuir a sus responsabilidades. Tampoco puede esconder la cabeza bajo el ala de la neutralidad y objetividad.

Tenemos que asumir que el periodismo se convierte en un actor en el conflicto. Lo que hace influye y hay que asumirlo en todas sus dimensiones, responsablemente, sin hacer panfletos, sin entregarnos ciegamente a ninguna de las partes.

Estamos en el sentido justo de los conflictos, en contra de las marginaciones, de las opresiones, tenemos que estar ahí.

Es una definición ideológica pero la hace todo mundo. Humildemente reconocemos que la hacemos. Hay gente que no lo hace y es cómplice de la opresión.

Pensar la información

–Hay un campo de trabajo en México por la violación sistemática de los derechos humanos, ¿qué recomienda a los periodistas en estos contextos violentos?

Parte de tu pregunta dice ‘vivimos en un contexto de violación de derechos humanos’. Eso ya implica una posición pero después hay que hacer algo más.

Pensar estratégicamente nuestra información, no somos seres aislados en la sociedad, incidimos en el conflicto y eso va a provocar una reacción.

Cuando denunciamos una vulneración de los derechos también decimos quién lo ha hecho y eso es de facto un ataque a ese grupo o esas personas, a esos intereses, por lo tanto es de esperar que ellos se revuelvan contra nosotros.

No podemos andar denunciando violaciones de derechos humanos sin calcular cuál va a ser la reacción o la repercusión.

Si hemos estudiado bien la situación y prevemos que la publicación de la vulneración de un derecho va a provocar que un pequeño grupo salga a la calle y sea reprimido con una nueva masacre debemos pensar si seguir o esperar.

Esperar el momento para que la protesta sea fuerte y no sea reprimida o que vayamos reuniendo elementos para que nuestra acción de denuncia no caiga en el vacío o en una situación peor.

Tenemos que pensar nuestra política informativa de forma coherente y estratégica para tener los mejores resultados, para luchar contra esa vulneración de derechos.

Foro Periodismo y paz

La entrevista se realizó un día después del Foro Periodismo y Construcción de Paz en México en la capital del país. Xavi Giró aún no sistematizaba los apuntes de los participantes y las charlas con periodistas de regiones.

Aunque lo sabía, dice, acudir al foro le dio una visión más realista de su dimensión.

Plantea que la impunidad de los crímenes de periodistas retroalimenta la existencia de más, pero que ese no es el origen.

La causa está en distintos niveles, en la corrupción que nace del dominio, el  abuso de poder donde nace un conflicto.

Tenemos que trabajar periodísticamente sin dejar de denunciar la impunidad, pero armonizando con la lucha por cambiar la sociedad, por transformarla.

Muchos jóvenes acaban en grupos del crimen por necesidad o forzados. Ellos no se plantean grandes teorías, sino plantean ‘de esto puedo vivir y nadie me da otra alternativa’.

La batalla es bestial pero al menos reconozcámosla, no nos engañemos con batallas puntuales y si es larga armémonos de paciencia. Con nuestro trabajo periodístico vayamos reforzando los elementos de la sociedad que empujan esos cambios.

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