Sanzekan Tinemi busca a través de proyectos de reforestación de maguey, de producción del mezcal y elaboración de artesanías con diferentes tipos de palma, crear mejores condiciones económicas para la población dedicada al campo.
Texto y fotografía: José Miguel Sánchez
Chilapa
Sanzekan Tinemi, palabras en náhuatl que significan en español siempre juntos, es una asociación civil campesina que ha establecido un trabajo colectivo, comunitario y sustentable en apoyo, principalmente, a los productores mezcaleros de Guerrero.
Su principal producto es el mezcal, el trabajo es colectivo a través de 32 fábricas ubicadas en la región Centro del estado que se aglutinan en la marca Sanzekan Tinemi con la intención de comercializar y dignificar la tradición del mezcal.
El mezcal y su marca son lo más visible de la asociación, sin embargo Sanzekan Tinemi apoya a los campesinos en la construcción de huertos familiares para garantizar un sistema de alimentación sustentable, sistemas de riego, proyectos de reforestación, talleres para la creación de abono e insecticida orgánico y la conservación de alimentos tradicionales.
“La organización cuenta con 1,200 agremiados a los cuales el apoyo les beneficia directamente, pero cada uno de ellos tiene familia y si lo vemos de esa manera al final resultan beneficiadas 30,000 personas”, explica la presidenta de Sanzekan Tinemi, Sofía García.
Sanzekan Tinemi también apoya en la confección de artesanías con palma: bolsas, tortilleros y sombreros, así como en su comercialización dentro y fuera del estado.
García cuenta que esta agrupación surgió en 1990 con el objetivo de organizar y garantizar a los campesinos de la región los apoyos económicos a los que difícilmente podían acceder, como el fertilizante y productos de Diconsa y créditos.
Ahora, a través de Sanzekan Tinemi, los campesinos se organizan para gestionar fertilizante gratuito, así como de una caja popular, tiendas rurales y la cría de pollos o puercos.
Mezcal en colectivo
Dentro de la marca Sanzekan Tinemi hay 32 mezcales. Todos son diferentes. De entrada porque lo elaboran maestros mezcaleros diferentes. Cada uno lo produce de forma distinta: unos utilizan el agave cupreata (papalote), otros el espadín y unos más los endémicos de la región.
De esta forma se protegen las tradiciones de las distintas familias que desde hace siglos trabajan el maguey, cada una con sus propias recetas.
La etiqueta del mezcal es genérica pero respeta la identidad de cada productor: viene el nombre y firma del maestro mezcalero que lo elaboró, además de nombre de la localidad de origen, la cosecha y el número de hornada de producción, todo eso está escrito a mano en color rojo.
El objetivo es hacer patente que se trata de una elaboración artesanal.
En las oficinas centrales, ubicadas en la ciudad de Chilapa, hay estantes con botellas de todos los tamaños, desde los 100 mililitros hasta los 750.
El precio puede variar, de 300 pesos a granel a 750 y los 950 el envasado, dependiendo de la cosecha y el tiempo de maduración. La cosecha más antigua es del 2007.
Emiliano Cerros Nava es fundador de Sanzekan Tinemi, actualmente dirige el área de producción de mezcal. Explica que los precios fueron establecidos de esa manera porque cuentan con todos los permisos oficiales para su venta al mercado.
Cada maestro mezcalero produce su mezcal, a su gusto y condiciones, a partir de 100 litros se lo vende a Sanzekan Tinemi y la organización se encarga de certificarlo luego lo envasa y lo comercializa.
A las afueras de Chilapa, se ubica la cava de Sanzekan Tinemi, un monumental edificio construido exclusivamente para resguardar alrededor de 1,800 litros de mezcal que producen al año.
La bodega tiene forma piramidal, una altura de alrededor de veinte metros y en la puerta principal recibe una pintura de Mayahuel, Dios del mezcal.
Dentro, la temperatura es de diez grados, “para resguardar las propiedades del mezcal, además de cuidar la temperatura se tiene que tener lo mínimo de luz”, explica Cerros Nava.
El mezcal es almacenado en garrafones de vidrio, en altos estantes, todo tiene un tamaño descomunal, la razón: conservar el frío y la oscuridad
Cada garrafón tiene todos los datos del maestro mezcalero que lo elaboró.
Cerros Nava cuenta que todo el proceso de producción del mezcal es supervisado por los propios agremiados.
Desde la semilla
El maguey que se utiliza para el mezcal tarda en madurar entre siete y trece años, y se reproduce únicamente por semillas, por lo que Sanseka Tinemi cultiva plantas en sus propios viveros y tienen un sistema de reforestación que garantiza su uso sustentable.
“Para su producción utilizamos magueyes papalote silvestres (agave cupreata), esta especie es endémica de la zona y su crecimiento se da entre los 1,400 y los 2,000 metros sobre el nivel del mar, entre encinares pastizales y selvas bajas. El maguey papalote necesita entre siete hasta trece años en madurar y se reproduce únicamente por semillas, por eso aquí en Sanzekan cultivamos plantas en viveros y cuenta con un programa de reforestación”, explica Cerros Nava.
A través de proyectos de reforestación de maguey, de producción del mezcal y para la elaboración de artesanías con diferentes tipos de palma, Sanzekan Tinemi pretende crear mejores condiciones económicas para la población dedicada al campo.
Sanzekan Tinemi agrupa a maestros mezcaleros de Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo y Tixtla.
“Los mezcales de la marca colectiva Sanzekan Tinemi son elaborados de manera artesanal siguiendo la tradición de siglos, la cual se ha ido transmitiendo y respetando de generación en generación”, comenta el fundador.
Sanzekan Tinemi se considera una empresa responsable, apuestan por el manejo racional y sustentable de los recursos naturales.
Cuenta con un programa de reforestación de maguey donde anualmente reforestan 1,5 millones de plantas, construye obras de conservación de suelos y retención de agua, el bagazo que resulta de la producción del mezcal lo utiliza como abono en los campos y cada una de las fábricas cuenta con biofiltros para el tratamiento de aguas residuales.
La esencia de Sanzekan Tinemi es el trabajo colectivo y responsable.