A 3 años de su creación, la Guardia Nacional es ineficaz contra la violencia y conserva perfil militar: legisladores y expertos

Guardia Nacional

La corporación que comenzó a funcionar en 2019 no ha logrado contener la violencia y está lejos de consolidarse como una instancia civil, como se planteó que ocurriera, advierten diputados, senadores y especialistas en seguridad.


Texto: Sergio Rincón y Zedryk Raziel

Fotografía:

30 de junio de 2022

 

Mientras la Guardia Nacional (GN) cumple tres años este jueves, expertos en seguridad y legisladores consultados por Animal Político coincidieron en que en este periodo la institución se ha consolidado como un cuerpo militar y no como uno civil —como lo ordenaba la reforma constitucional que le dio vida—, así como en que ha fallado en brindar seguridad a la ciudadanía.

Advirtieron que, a pesar del despliegue de elementos de la GN en todos los estados, se han incrementado los números de homicidios y desapariciones en México. Según las cifras oficiales, de julio de 2019 a la fecha se han registrado más de 100 mil asesinatos.

La politóloga y exdiputada federal Martha Tagle consideró que la GN es una fuerza militarizada que no ha transitado a una guardia civil y que no está cubriendo tareas de investigación, inteligencia y seguridad pública.

“Lo único que se está haciendo es aumentar el número de efectivos, pretendiendo que con esta presencia militar se disuada a la delincuencia criminal, pero obviamente eso no va a pasar. No se ha fortalecido las capacidad en seguridad pública, de inteligencia y civiles para atender la inseguridad, que no todo está relacionado con delincuencia organizada (…) Los resultados en cuanto a homicidios nos hablan que esta Guardia Nacional militarizada no está siendo una solución, y además, ha dejado por completo de hacer todas las obligaciones que se manejaron en la reforma constitucional”, dijo.

Para Catalina Pérez Correa, profesora e investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), sustituir a cuerpos civiles por militares no ha ayudado a disminuir la violencia y la inseguridad.

“La militarización no es compatible con un régimen de democracia, porque hay una relación entre lo militar y los ciudadanos que está basada en la amenaza, en el uso y abuso de la fuerza por parte del Estado. Porque eso son las Fuerzas Armadas, y por eso tiene los resultados que ya conocemos. Hay índices de letalidad, por el uso y abuso de la fuerza. Se trata de una fuerza del Estado y es más letal. Me parece que esa es una reflexión pendiente, si esa es la estrategia que queremos como país, en términos del modelo de seguridad”, argumentó.

El 30 de junio de 2019, el gobierno federal dio el banderazo de salida a la GN. Actualmente,  esta institución cuenta  con más de 96 mil elementos. Sin embargo, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene un plan para que en 2023 no haya efectivos civiles, sino que busca que todos sean de procedencia militar, como lo ha documentado Animal Político.

Actualmente, un 70% de los efectivos de la GN son militares uniformados como si fueran policías.

Para la panista Kenia López, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, la estrategia de seguridad con la GN ha fallado, dado que se trata de una institución militarizada que no ha disminuido la inseguridad en tres años.

“La estrategia para combatir la inseguridad que el gobierno ha implementado es una estrategia fallida, hay claramente datos del propio gobierno que demuestran que no hay condiciones de prever que esto pueda cambiar, pueda mejorar para los mexicanos; los datos que tenemos del propio gobierno incluso demuestran que esta administración del presidente López Obrador ha alcanzado más de 121 mil homicidios. Con esta cifra se supera todo el acumulado en toda la administración del presidente (Felipe) Calderón. El número de feminicidios debería de preocupar a la Presidencia de la República, y debería de fijar una posición clara a favor de las mujeres; sin embargo, eso no ha sucedido. Hay un dato que a mí me parece de los más lamentables en esta administración y son las personas desaparecidas, más de 32 mil personas desaparecidas solo en esta administración”, dijo la senadora.

Como este medio ha documentado, pese al despliegue de la GN en las calles, los asesinatos crecieron 9%. Son 8 mil 422 asesinatos por encima de los 92 mil 562 registrados en el periodo previo a que se movilizara a la GN. El promedio diario de asesinatos era de 88.

Para el senador sin partido Emilio Álvarez Icaza, la GN falla en su labor de brindar seguridad porque atiende tareas distintas a aquellas para las que fue concebida.

“Los resultados de la GN son pobrísimos, porque se le está dedicando a lo que no se concibió: hoy la GN reparte libros de texto, acompaña la repartición de tanques de gas, cuida fertilizantes, obras públicas, ayuda a la construcción de aeropuertos, trenes, refinerías, pero nada de lo que era su función principal”, dijo.

El legislador agregó: “No hay una correlación entre delitos y presencia territorial. Claramente, hay una multiplicidad de tareas que limitan su eficacia y el sentido para el que fue creada, que no están entendiendo que la criminalidad y la violencia son problemas, no son enemigos, los problemas se resuelven con factores multidimensionales, con estrategia, con institucionalidad democrática, y eso no es lo que estamos viendo. Si siguen como van, lo que va a pasar en este gobierno es que la intervención de la GN va a ser absolutamente insulsa para detener el narcoestado militarizado y autoritario”.

Bernardo León Olea, especialista en reforma policial y justicia penal, dijo que la GN está realizando tareas que hacen actualmente las policías municipales, pero debería realizar actividades de investigación, como el FBI de Estados Unidos.

“La Guardia Nacional tiene varios errores de origen, pues parte de un análisis muy equivocado de lo que necesita México en seguridad, porque las policías deben investigar los delitos, pero en el caso de la Guardia Nacional, es como tener una policía municipalota, porque las policías municipales hacen patrullaje en las calles, detienen en flagrancias, ordenan el tránsito vehicular, es la enumeración legal de lo que tiene que hacer (…) Lo que necesitamos es una policía de investigación, una especie de FBI que diga cómo se va a desmantelar al Cártel de Sinaloa o al del Golfo, que tenga claro cómo se van a sacar de la jugada”, consideró.

Agentes de la Guardia Nacional han contado a este medio sentirse confundidos, pues muchos de ellos tienen doctrina militar y ahora tienen funciones de policía civil. A esto se suma que las capacitaciones que han tenido han sido exprés.

Por ejemplo, el curso de formación inicial para la GN dura solamente ocho semanas; el curso de combate individual, igualmente ocho semanas, y el curso básico para ser policía militar tiene una duración de un mes.

“Hay una falta de capacitación, un policía tiene una capacitación totalmente distinta a la de un militar, y es evidente; se puede ver ahora a lo largo y ancho del país, los militares hoy terminan teniendo tantos frentes abiertos que lamentablemente no hay una respuesta favorable para la ciudadanía, para los migrantes, para las mujeres”, dijo la senadora Kenia López.

Para el especialista Bernardo León Olea, la GN no está capacitando a sus agentes para ser policías, sino para convertirse en una fuerza militar de ocupación.

“Vemos a los agentes de la Guardia Nacional haciendo tareas de policías municipales, es decir, haciendo rondines, pero la diferencia es que no conocen la zona, a la gente del lugar. Los policías municipales saben de la zona y eso genera cierta estabilidad social, controlar pleitos vecinales, cosa que la GN no tiene idea. No solo es que no los capaciten, sino que no tienen esa proximidad con la comunidad. La Guardia Nacional es una fuerza de ocupación”, agregó.

Para Daniel Gómez-Tagle, consultor especializado en utilización de la fuerza y derechos humanos, los agentes de la GN son expuestos a condiciones que surgen de una filosofía militar, donde tienen que realizar su deber hasta el sacrificio, incluso renunciar a su derecho a la vida, aunque esto solo se puede dar en un contexto de guerra.

“Este sistema militarizado justifica estas condiciones, que no permiten que los agentes se protejan a sí mismos ni el Estado los protege; entonces, la ciudadanía no puede sentirse segura. Es una idea que los elementos tienen que seguir las órdenes sin importar las condiciones en las que se encuentren, no importa si no tienen arma o techo, o si no tienen comida, no importa, porque es su obligación hasta el sacrificio. El problema es que esto se utiliza en la guerra y en el Ejército, pero en la seguridad pública esto no aplica, porque quien brinda esa seguridad pública es un ciudadano que protege a los ciudadanos”, argumentó Gómez-Tagle.

El senador Álvarez Icaza dijo que la GN no está cumpliendo con la seguridad ciudadana y tampoco está garantizando la seguridad nacional, a pesar de la militarización en el país. Por ello, consideró que se debe fortalecer la visión civil.

“Yo creo que se (debe reforzar) la seguridad ciudadana, el fortalecimiento de la seguridad civil, los controles ciudadanos de las fuerzas de seguridad pública y el trabajo del MP, porque hoy por hoy la procuración de justicia no solo está peor, sino que la apuesta que teníamos de hacer una nueva fiscalía ha resultado una gran decepción”, señaló el senador.

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Este texto es propiedad de Animal Político y lo reproducimos con su autorización. Puedes leer el original en este enlace.