Desaparece desde hace un año programa de Escuela de Tiempo Completo en Chilpancingo

Desaparece desde hace un año programa de Escuela de Tiempo Completo en Chilpancingo

Padres de familia de escuela Gregorio Torres, están inconformes por la desaparición de este programa que les facilitaba alimentación a sus hijos


Texto: Beatriz García

Fotografía: Amílcar Juárez

21 de marzo del 2022

Chilpancingo

 

En 2012 el programa de Escuelas de Tiempo Completo llegó a la escuela federal Gregorio Torres Quintero, de la colonia La Trinchera ubicada al este de la capital, en la periferia.

Con la llegada del programa los padres de familia, la mayoría migrantes de la región Montaña, obtuvieron el almuerzo y la comida de sus hijos. El Programa brinda gratuitamente desayunos calientes y la escuela resolvió algunas cuestiones de insumos de limpieza e infraestructura.

Sin embargo, Escuelas de Tiempo Completo terminó para esta comunidad estudiantil desde hace un año, aunque oficialmente desapareció el 28 de febrero pasado.

El 28 de febrero, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) las autoridades federales anunciaron que la Secretaría de Educación Pública (SEP) eliminaba el programa de Escuelas de Tiempo Completo
Este programa inició en 2007 en escuelas de educación básica, con 441 de ellas, muchas localizadas en zonas de alta marginación, y con el tiempo aumentó el número de planteles en el programa.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2018 contabilizó 27 mil 063 escuelas dentro de este programa. En Guerrero mil 361 instituciones estaban dentro del programa, de acuerdo con la información que dio recientemente el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Javier San Martín Jaramillo.

La primaria federal Gregorio Torres Quintero, perteneciente a la zona 03 del sector 21, era una de las 1,361 escuelas en Guerrero con el programa, aunque desde hace dos años que inició la pandemia de la Covid-19 los beneficios del programa disminuyeron y hace un año dejó de llegar por completo el recurso económico y las despensas correspondientes, informó la directora, Evangelina Flores Germán.

La escuela tiene aproximadamente 30 años desde su fundación, cuenta con seis aulas, una para cada grado, una biblioteca y una dirección, además de una cancha techada y el comedor hecho con el programa, todo ha sido por gestiones de la directora y los padres de familia durante estos años.

Actualmente hay una matrícula de 81 alumnos, pero hace falta un maestro, porque uno se jubiló y las autoridades educativas no lo han repuesto.

Los niños la mayoría son hijos de migrantes de la Montaña y quienes además suelen irse como jornaleros, y que provoca que la matricula cada año disminuya en la escuela, pues los niños y niñas se van con sus padres, a esto se suma la deserción de 10 alumnos por la pandemia.

En esta escuela asisten alumnos y alumnas no sólo de la colonia, sino de colonias aledañas como San José, Niños Héroes, Linda Vista y La Herradura.

La escuela está ubicada en la parte alta de Chilpancingo, en una falda de un cerro al este de la capital.

Aquí no hay agua entubada, los caminos son estrechos y de terracería, que en temporada de lluvias el transporte público no va, entonces los maestros tienen que caminar para llegar al asentamiento, y los taxistas no quieren ir al lugar por los malos caminos y si van cobran 70 pesos el viaje.

“Yo llegué a esta escuela en el 2010 y como a los dos años gestionamos para que el tiempo completo llegara. Lo teníamos primero por jornada ampliada; es decir, salíamos 2:30 de la tarde, solamente se le pagaba un apoyo a los docentes y llegaba un recurso para la escuela, para algunas necesidades que se pudiera cubrir, porque hay lineamientos, podíamos comprar equipo de cómputo, un poco de material de limpieza, para algunos arreglos de la escuela, pero el recurso era poco”, cuenta la directora.

Dice que los gastos siempre fueron en presencia y decisión de los padres de familia en beneficio de los niños, dinero que comprobaron.

La directora y los maestros gestionaron para que a la escuela llegara el beneficio de alimentos para los alumnos, esto dentro del mismo programa de Escuelas de Tiempo Completo. Al lograr el beneficio la salida de los alumnos se amplió a 3:30 de la tarde, porque ahí desayunaban y comían.

El apoyo adicionado a la escuela fueron recursos económicos para comprar alimentos perecederos como verduras, frutas y carnes, y además llegaban despensas en tres periodos por año como: frijol, pastas, aceite, arroz. Para el funcionamiento de este comedor la dirección contrató a una madre de familia que cumpliera con los requisitos de higiene y buen trato a los alumnos.

La última vez que llegaron los beneficios del programa a la escuela fue durante el primer año de la pandemia, pero sólo llegó para alimentación, ya no para el pago de los maestros que trabajaban horas extras.

Los integrantes del Comité de Participación Social, conformado por padres de familia y maestros repartieron las despensas entre todos los alumnos, pues no había clases presenciales.

La directora informó que desde que dejaron de percibir los beneficios del programa sostuvo diálogos con autoridades educativas al respecto. La única información que tenían es que el recurso económico del programa se acabó. También dialogó con el entonces presidente de la Comisión de Educación del

Congreso local, Ricardo Castillo Peña, pero nunca les solucionó.

La maestra sabe que sí se aprobó el recurso para el programa para este año pero aun así ya no les llegó el beneficio. Aclaró que aunque no había clases presenciales en la escuela los maestros y ella nunca dejaron de laborar, e incluso iban a las casas de los alumnos o se reunían en el plantel para recibir y dejar tareas, además había niños que enviaban tareas o pedían asesoría por la noche y los maestros los atendían.

Se enteró que había escuelas que seguían con los apoyos del programa, pero en el caso de su zona, donde además de su escuela había otras dos con el programa, se los quitaron por completo.

Los maestros de la escuela han buscado acercamiento con autoridades educativas, porque están preocupados, primero porque a los niños se les quitó el apoyo de alimentación.

La alimentación consistió en sopa, guisado, ensalada, agua natural o agua de fruta, atoles y postre.

La directora ha tenido diálogos con el director general de Educación Primaria de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Nicanor Adame Serrano a indicación del subsecretario de Educación Básica, Ricardo Castillo Peña, para saber qué va a pasar después de que les quitan el programa.

La maestra sabe que el programa lo va a sustituir el programa que impulsa ahora el gobierno federal actual La Escuela es Nuestra, y que espera llegue el beneficio al plantel, que consiste en entregar recursos directamente a los padres de familia pero solo para infraestructura y equipamiento.

En enero comenzaron las clases presenciales en el plantel, pero solo asisten los alumnos tres horas de 8 de la mañana a las 11 de la mañana, y los niños tienen que llegar desayunados y almuerzan cuando salen, en su casa.

La directora no sabe cómo va a funcionar la escuela cuando regresen a clases presenciales con horario normal, cómo va a impactar en los alumnos y sus padres, porque ya no les proporcionarán el almuerzo y comida, ahora las madres y padres les llevaran de almorzar o tendrán que comprar en la escuela.

La maestra recordó un día cuando todavía no llegaba el programa a la escuela, se percataron que había tres alumnos que llevaban tres días sin comer, porque una niña se desmayó.

La directora lamentó que en tres ocasiones se han metido a robar a la escuela y lo que con sacrificio lograron para el plantel como el equipo de cómputo, el ahorro de los niños y los tanques de gas se perdieron por completo.

Los maestros y maestras de la primaria federal están esperanzandos a poder acceder a otros programas o que las autoridades gestionen para mantener los lineamientos de Escuelas de Tiempo Completo, por ahora cumplirán con retomar las clases presenciales y poco a poco intentarán volver a la normalidad.

En gestiones para continuar con el programa: señala secretario de Educación

El secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña, se limitó decir que se está en gestión ante el gobierno federal para ver de qué manera se compensa la pérdida del programa en el estado.

“Nosotros estamos a favor de que continúe el programa, se están haciendo las gestiones ante el gobierno federal para que esto ocurra, en otros estados como la Ciudad de México y Puebla van asumir el programa con sus propios recursos porque tiene ingresos propios”, dijo el funcionario vía telefónica.

Recalcó que Guerrero no cuenta con recursos económicos para asumir lo que correspondía al programa, que tendría que ser con apoyo del gobierno federal.

En tanto, el secretario general de la coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg),

Héctor Solano Torres, reiteró que desde que se anunció el programa de Escuelas de Tiempo Completo, la organización magisterial lo rechazó para las zonas rurales, porque notaron irregularidades.

Dio que desde ese entonces presentaron de manera alternativa el Proyecto Educativo Guerrerense Altamiranista (PEGA) apegada a las necesidades de las escuelas en Guerrero.

Aunque, ciertamente, dijo, algunos maestros aceptaron el programa, sobre todo en la zona urbanas, porque comentaban que sí les ayudaba.

Insistió que la Ceteg luchará porque PEGA se eche a andar en el estado que beneficiará a las zonas más pobres.

El 7 de marzo el secretario general del SNTE y el secretario de Educación sostuvieron una reunión y Rodríguez Saldaña dijo que buscarán alternativas ante el Congreso local y el gobierno federal para presentar opciones respecto al programa.

El 9 de marzo, dos días después, San Martín Jaramillo y una comisión del Comité Ejecutivo Seccional se reunieron con el presidente de la comisión de Educación, Ciencia y Tecnología del Congreso local, Masedonio Mendoza Basurto, para buscar alternativas y rescatar el programa.

Ante autoridades de la SEP anunciaron que posiblemente se podría rescatar el programa en 11 entidades, entre ellas Guerrero.

 

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