Gonzalo Molina acusa que se mantiene la colusión del Estado con el crimen organizado

Desde el 2019 que el preso político pudo dejar la cárcel, está en calidad de desplazado y no había regresado a Tixtla, su municipio hasta el día de hoy donde además de rendir homenaje a sus compañeros asesinados visitó a los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa


Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Amílcar Juárez
9 de marzo de 2022
Tixtla

El comandante de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria (CRAC-PC), Gonzalo Molina González, regresó a la ciudad de Tixtla después de tres años, a rendir homenaje a cinco de sus compañeros comunitarios asesinados y para exigir a las autoridades
Fue en la Casa de Justicia La Patria es Primero, ubicada en el barrio del Fortín, donde Molina González dijo que existe una colusión entre el gobierno y los grupos del crimen organizado, por lo que se valora reagrupar a ese grupo de policías comunitarios.

Dijo que reagrupar a la Policía Comunitaria es una valoración de la población. Es el pueblo quien tiene que determinar si continúan con la Comunitaria o con elementos oficiales.

Molina González inició una serie de actividades para exigir a la administración municipal la reconstrucción de la Casa de Justicia, la cual fue desmantelada por presuntos integrantes del grupo delictivo Los Ardillos el pasado 16 de enero de 2021.

Otra exigencia es gestionar apoyos para las viudas e hijos de los cinco policías comunitarios asesinados y un retorno seguro para él y para familias que huyeron por los hechos de violencia.

“Nosotros somos desplazados pero sabemos que hay miedo en la población, pero estamos aquí para vencer ese miedo, nosotros tenemos que buscar la justicia y por eso exigimos al gobierno que garantice seguridad a la población”, mencionó.

También hizo un llamado a la sociedad para organizarse y enfrentar la situación de violencia que se vive, pero reconoció que esa alternativa es muy remota.

Llevaron flores y cadenas a las cruces donde se leían los nombres de Javier, Ignacio, Wilber y Alexis, cuatro policías comunitarios que fueron emboscados, de acuerdo a sus acusaciones, por integrantes del grupo delictivo Los Ardillos el 26 de noviembre del 2015.

La agresión ocurrió a tres días de las elecciones extraordinarias en Tixtla, y fueron asesinados cuatro Policías Comunitarios integrantes de la Casa de Justicia Mi Patria es Primero en el barrio del Fortín.

Fue alrededor de las dos de la tarde del 26 de noviembre del 2015 cuando, de acuerdo con los reportes, un grupo de civiles fuertemente armados a bordo de dos camionetas sorprendieron a los comunitarios quienes hacían una ronda de vigilancia en la zona.

Los hechos ocurrieron a pocas cuadras de la Casa de Justicia, donde se colocaron las cruces, por lo que Molina González decidió hacer el recorrido caminando.

Durante el recorrido lo escoltaron sus compañeros de la Policía Comunitaria, vestían playera negra y pantalones con estampado militar y al hombro rudimentarias escopetas.

Los policías comunitarios regresaron acompañados de seis elementos de la Policía Estatal, uniformados de azul marino y portando armas de alto calibre, ello para que Gonzalo Molina estuviera escoltado.

Molina, debido a que cuenta con medidas de seguridad, es escoltado en todo momento por una patrulla de la Policía Estatal.

Cuenta que también pidió el apoyo de la Guardia Nacional pero le fue negado sin recibir más explicaciones.

Durante el recorrido de la Casa de Justicia a las cruces de los comunitarios asesinados algunos vecinos salían de sus viviendas para saludar y abrazar a Molina González.

«Qué bueno que hayas venido, no te olvides de aquí de tus amigos”, le dijo una vecina desde la puerta de su casa.

Durante la ofrenda floral en las cruces, Molina González reconoció el valor de sus compañeros.

“Reivindicamos el valor de los compañeros que perdieron la vida por el prójimo, y donde quiera que estén mi reconocimiento para ellos”, dijo.

Molina González fue preso político. Fue encarcelado en 2013 por cargos de terrorismo, y portación ilegal de armas, tras ejercer acciones para exigir la libertad de Nestora Salgado, quien estuvo al frente de la CRAC en Olinalá y fue detenida por la Secretaría de Marina.

Gonzalo fue encarcelado, a pesar de que sus acciones estaban respaldadas por la Ley 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indigenas del Estado de Guerrero, lo que permite a las comunidades de pueblos originarios tener su propio sistema de seguridad.

Fue puesto en libertad en 2019 donde después de salir fue a Tixtla pero por cuestiones de seguridad está en calidad de desplazado y no había regresado a hasta el día de hoy.

Aprovechó su visita para visitar la Normal Rural de Ayotzinapa donde se reunió con estudiantes y madres y padres de los 43 desaparecidos, la reunión fue a puerta cerrada y no se permitió el acceso a reporteros a la Normal.

 

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