El proyecto es financiado por el Conacyt al Instituto de Ciencias Naturales, el que contactó a habitantes de Xalitla, municipio de Tepecoacuilco, para desarrollar ahí la investigación
Texto y fotografía: Itzel Urieta y José Miguel Sánchez
26 de septiembre de 2021
Xalitla
Un equipo de biólogos de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) a través de un proyecto financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), busca preservar el conocimiento herbolario, y la ornitología de las comunidades indígenas.
Natividad Herrera Castro y Elvia Barrera Catalán son las responsables del área etnobotánica del proyecto. El objetivo es generar un vínculo entre la ciencia y los conocimientos tradicionales indígenas. “El proyecto consiste en servir como interrelación y conservación biológica entre el conocimiento indígena y los saberes de la ciencia”, comenta Herrera Castro.
Con esa premisa, a lo largo de un año un equipo de 10 biólogos adscritos al Instituto de Ciencias Naturales de la Uagro visitó la comunidad de Xalitla para recabar información sobre plantas, aves y murciélagos de la región.
El proyecto lleva por nombre Consolidación del jardín etnobiológico de la Universidad Autónoma de Guerrero, y consiste en realizar un registro físico y digital de las plantas, aves y murciélagos que hay en la comunidad de Xalitla.
Con ese registro, el Jardín botánico de la Uagro con ayuda de la población de Xalitla busca reproducir y preservar en sus instalaciones plantas en peligro de extinción o que sean de mucha importancia para la comunidad, ya sea por cuestiones medicinales, alimenatarias u ornamentales.
“Buscamos tener un registro físico de las plantas y conservarlas en el herbario de la Uagro con todos los datos taxonómicos, geográficos y etnobotánicos”, comenta Herrera Castro.
Como parte del proyecto publicarán un libro con todas las plantas recolectadas con nombre científico y nombre común o tradicional de cada especie, el lugar donde la recolectaron, y el uso medicinal, alimentario u otro que le da la población.
A lo largo de un año se han recolectado 80 plantas las cuales tienen diversos usos para la comunidad.
El comienzo
El proyecto forma parte de una convocatoria nacional que realizó el Conacyt en 2020 para preservar los conocimientos indígenas en los 31 estado de la Republica.
En el estado participaron tres proyectos. El del Instituto de Ciencias Naturales de la Uagro fue el ganador.
En junio de 2020 comenzó el proyecto dirigido por la Maestra en ciencias Angelica Catalán Neria, junto con sus compañeros buscaron comunidades indígenas para la investigación. En la búsqueda dieron con Xalitla, una comunidad nahua de la zona norte del estado y cuyo clima es parecido al de la región centro, donde se ubica el Jardín Botánico, lo que les facilitará reproducir y conservar las plantas de la zona.
El equipo está conformado por 10 biólogos investigadores con distintas especialidades como antropología, peleontología, arqueología y ornitología, así como recién egresados de Biología de la Uagro.
Epifanio Blancas Calva, Elizabeth Beltrán Sánchez, Laura Itzel Florentino Melchor, Santiago Barrios Matías, Elvia Barrera Catalán, Luis Javier González Almazán, Michel Trigo Diego y Natividad Herrera Castro son los integrantes del equipo.
Diálogo de saberes
Xalitla es una comunidad Nahua ubicada en la zona norte del estado, cuenta con 1500 habitantes, de los cuáles el 54 por ciento habla náhuatl, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estdistica y Geografía (INEGI).
Es una población dedicada a las artesanías y la agricultura. En los últimos años muchos jóvenes han migrado debido a la falta de oportunidades que hay en la zona, esto trajo como consecuencia, la disminución de la población y de actividades agrícolas, de acuerdo con el comisario de la comunidad, Rafael Dámaso Mendoza.
“Muchos de nuestros jóvenes salen a vender artesanías, otros a buscar empleo a ciudades cercanas como Iguala o Chilpancingo y en última instancia a Estados Unidos”, comenta Dámaso Mendoza.
Para Herrera Castro, quién tiene un doctorado en antropología, una de las desventajas de la migración es que cuando los jóvenes se van de su lugar de origen se pierden de un conocimiento ancestral que sus antepasados han conservado por cientos de años.
El proyecto pretende que ese conocimiento ancestral sobre plantas; con usos medicinales y alimentarios entre otros no se pierda por la migración.
“El día de mañana que un joven regrese a su pueblo y requiera esa información ésta pueda estar debidamente ordenada para su consulta y resguardo”, comenta Herrera Castro
En la comisaría de Xalitla, a unos 45 minutos de la capital, el equipo de biólogos cuelga algunas lonas con información sobre aves, murciélagos y plantas de la región.
Se preparan para el primer conversatorio que tienen con la comunidad, el objetivo, tener una retroalimentación acerca de la información sobre plantas, aves y murciélagos que los biólogos recopilaron a lo largo de un año en todo el ejido de Xalitla.
El equipo de biólogos coloca sobre una mesa larga y blanca el material de trabajo, plantas disecadas y prensadas para su conservación que son el resultado de un año de trabajo recorriendo la zona y las cuales serán parte del herbario de la universidad.
Nombres científicos se leen en las fichas técnicas de las plantas, Basellaceae, Burseraceae, Solanaceae, son solo algunos nombres, los pobladores se acercan curiosos a observar las plantas, “Esa es Pega hueso”, dice una persona al momento de ver la planta, “Eso es Linaloe”, comenta otra.
“Lo que buscamos es una retroalimentación, saber si nuestra información es correcta y es la misma o complementaria a la que los pobladores manejan”, comenta Epifanio Blancas Calva, integrante del equipo de Biólogos.
En una exposición que se prolonga por los comentarios de la población, intercambian experiencias.
“Me pico una araña y los médicos no me podían curar, hasta que un día mi papá me llevó al campo a cortar Temanicatzin, me lo unto y al otro día ya estaba como si nada”, comenta un ama de casa que asistió al taller.
Otra persona comenta el uso que le da a algunas plantas que observó en la exposición, “Esa que traen aplastada en una hojita yo la conozco como limoncillo, y sirve para curar a los animales de alguna herida”.
El diálogo continúa y entre más avanza, más propiedades y nombres de las plantas salen a la luz, “El cascalote yo lo ocupo para engrasar mis huaraches comenta otro asistente”.
Al final del taller se observó cierta desconfianza de parte de la población.»Hemos tenido malas experiencias, una vez vinieron unos estudiantes de Acapulco a recabar la historia de los comisarios, les dimos toda la información y nunca nos presentaron los resultados», comenta uno de los asistentes,
“Es entendible, han tenido malas experiencias en el pasado, cuando revelan toda su información, pero eso nos habla que también están listos para preservar su territorio”, comenta Herrera Castro.
En otro punto de la comisaría trabajan con niños la información relacionada a aves y reptiles.
Se les brindó una explicación de la importancia de estos animales. «Yo sé que algunos se comen la sangre de las vacas», expresó uno de los niños que asistieron al taller mientras se les explicaba las especies de murciélagos que existen en nuestro estado.
De acuerdo con la investigación existen 13 especies de murciélagos en el municipio de Chilpancingo, y 73 especies en el estado. De las especies de murciélagos que hay, sólo el uno por ciento se alimenta de sangre de animales como reces o caballos.
Los niños tuvieron la oportunidad de dar un paseo por el río del pueblo con el apoyo de Blancas Calva, biólogo experto en aves, con algunos binoculares que les prestaron a los niños éstos pudieron observar de cerca las diferentes especies de aves que llegan a Xalitla.
“Es importante que desde temprana edad se inculque a los infantes la preservación de las aves que tienen en la comunidad. Así se genera un ambiente de respeto y cuidado por parte de ellos”, comenta Blancas Calva.
La actividad con la población de Xalitla formó parte varios talleres que incluye el proyecto.
Se realizó otro diálogo de saberes con habitantes de la colonia Emperador Cuauhtémoc donde se les invito a conocer las instalaciones del Jardín Botánico.
Las dificultades
El Conacyt financió el proyecto con un millón 700 mil pesos que depositó directamente a la cuenta de la Uagro. Los investigadores no tienen acceso de forma directa a los recursos.
“Por medio de una gestión administrativa, lenta y inoperante del recurso provoca que el trabajo avance lento”, revela Blancas Calva.
Funciona así el tema de los recursos: cuando necesitan hacer un gasto relacionado con el proyecto, los investigadores gastan de sus propios recursos, comprueban con facturas y gestionan la devolución.
El proyecto finalizado se entregará al Conacyt a mediados de noviembre y esperan les puedan aprobar una segunda etapa para trabajar proyectos productivos con las comunidades.