Empresario reciclador de Chilpancingo desaparece y familia señala a policías estatales

Texto: Beatriz García

Fotografía: José Luis de la Cruz

24 de agosto del 2021

Chilpancingo

 

El viernes pasado, hombres armados interceptaron y se llevaron a César Ojeda Cano, de 57 años, fuera de su negocio de reciclaje en la colonia Zona Industrial, al norte de la capital, a la vez que amagaban a miembros de su familia con las armas. Hasta este martes, su familiares desconocen su paradero, pero denunciaron que es muy probable que detrás de estos hechos esté la Policía Estatal de la Unidad de Fuerzas Especiales (UFE).

 

César, antes, ha pasado por atentados donde están involucrados tanto policías estatales como civiles armados.

 

Su familia exige su localización pronta y con vida.

 

La hija e hijastras de César, de nombres Carla, Guadalupe y Marisol, en conferencia de prensa denunciaron que el caso lo atienden las autoridades con irregularidades.

 

Guadalupe recordó que su padre lleva 20 años dedicándose al reciclaje de pet, cartón y papel. Contó que el pasado viernes 20 de agosto cerca de las ocho y media de la noche, en su domicilio particular, donde además está la empresa recicladora, ubicado en la avenida Llano Largo de la colonia Zona Industrial, llegó sigilosamente una camioneta Ford con vidrios polarizados.

 

Unos siete hombres armados, todos con pantalón de mezclilla, tenis blancos, sudadera negra con capucha, algunos con pasamontañas y otros con cubrebocas, descendieron y apuntaron con sus armas a todos. Guadalupe recordó que les gritaron: “¡Métanse culeras (a la casa)!”. Después se llevaron a César.

 

Ese mismo día, narraron, los familiares acudieron al Ministerio Público para denunciar el caso, pero les dijeron que ahí no podían tomarles la declaración. Después acudieron a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) y los obviaron con el mismo argumento; en el área de antisecuestro les dijeron que como aún no recibían llamadas de rescate tampoco les competía el caso.

 

El sábado corrieron la misma suerte. El domingo lograron que en la Fiscalía les tomaran la declaración y el caso quedó asentado en la carpeta de investigación 1202251020089220021. Hasta este lunes la FGE difundió la ficha Has visto a de Cesar, protocolo oficial para su búsqueda.

 

Siguiendo la narración de su hija e hijastras se supo que César ha vivido otros atentados.

 

El pasado 28 de abril, dijeron, César y su familia se preparaban para inaugurar una nueva bodega recicladora rumbo a Petaquillas, la comunidad de Chilpancingo más cercana a la ciudad, conocida por la presencia de personas armadas que se hacen llamar policías comunitarios y por todos los hechos violentos, incluidas desapariciones, que ahí han ocurrido.

 

Ese día era un miércoles, entre las nueve y nueve y media lo hiriero en el brazo, herida de la que todavía se recuperaba. Ha tenido dos cirugías en el brazo.

 

Después de que le dispararon a César se le ocurrió ir al cuartel de la Guardia Nacional (GN), que está cerca de la zona, pero los efectivos le dijeron que se fuera porque ellos no podían hacer nada.

 

Desde ese momento surgió la desconfianza de su familia hacia las autoridades; no interpusieron denuncia por esos hechos.

 

Estuvo internado más de una semana por la herida.

 

La noche del sábado siguiente de que le dispararan hubo un incendio en su bodega de Petaquillas. Ese día a César estaba en una segunda operación. La familia tampoco acudió al incendio por temor. Las mujeres se quejaron de que las autoridades nunca les informaron oficialmente del incendio.

 

Días antes de que se llevaran a César, uno de sus yernos sufrió un atentado donde estuvo involucrada la Policía Estatal. Los policías se lo llevaron por portación de armas y drogas, cuando familiares acudieron al cuartel se los negaron, pero después vieron que un policía estatal iba entrando con la camioneta del yerno.

 

Al joven, dijeron, no le hallaron nada, pero sí lo desnudaron, le tomaron fotografías y lo golpearon.

 

Desde ese día, todos los días, fuera de la casa de César pasaban los policías estatales o se estacionaban y vigilaban esa zona.

 

“Por el modo que operaron sabían por quién iban directamente, yo sí siento que fue una autoridad disfrazada quien se llevó a César Ojeda Cano (…). Qué casualidad que viene y se lo llevan. Tenían todas las trazas que venían de una autoridad”, dijo Guadalupe.

 

Lo último que le dijeron a la familia en la Fiscalía es que revisarían las cámaras del C-4 que están en la avenida Llano largo y en cuanto tuvieran el informe les llamarían. No ha sucedido.

 

Este no es el primer atentado contra dueños o trabajadores de empresas recicladores en Chilpancingo.

 

Por ejemplo, de tres trabajadores de una empresa recicladora de plástico que estaban reportados como desaparecidos, el miércoles 11 de agosto hallaron sus cadáveres en el acceso del fraccionamiento Real del Valle, ubicado cerca del cuartel de la GN, al sur de esta ciudad, cerca de la bodega que César inauguraría.

 

Este cuartel de la GN está ubicado a un costado de la carretera federal Chilpancingo-Acapulco. Se construyó ahí como una estrategia para disuadir a integrantes de la autodenominada Policía Comunitaria que tiene instalados dos retenes de revisión al sur de la ciudad, uno sobre la carretera federal y otro en la entrada de Petaquillas, de acuerdo con lo que se documentó aquí en un texto anterior. Este sería el cuarte al que César pidió auxilio cuando le dispararon y donde le negaron la ayuda.