Marzo: violencia en Iguala se duplica con todo y GN

Texto: Margena de la O

Fotografía: José Luis de la Cruz

5 de abril del 2021

Chilpancingo

 

Alfredo salió de su casa el jueves 4 de marzo alrededor de las cuatro de la tarde. Tenía consulta con el dentista para cambiarse las ligas de sus brackets. Para llegar allá debía circular por la calle Altamirano, ubicada en el centro de la ciudad de Iguala. Aún no hay claridad hasta dónde la transitó, porque, en realidad, lo último que se supo de él es que iría a su cita médica.

 

Su cadáver lo hallaron a la mañana siguiente en el andador dos de la colonia Primero de Mayo de Iguala, pero nadie sospechó que se tratara de él. Cómo se hace, cómo se acepta, sólo era un adolescente de 17 años.

 

Las noticias publicadas por los medios de comunicación dieron cuenta de que en ese lugar estaba el cadáver de un joven, a quien le calcularon unos 25 años, con huellas de que fue torturado; estaba maniatado y amordazado. También, basados en los reportes policiacos, los reporteros adelantaton que lo asfixiaron con un alambre.

 

Esa mañana apenas tomaban fuerza las publicaciones en redes sociales que hicieron familiares y sus amigos reportando la desaparición del adolescente y pidiendo ayuda para localizarlo. Es decir, el reporte de su búsqueda se topaba con la noticia de su asesinato sin ninguna relación de por medio. No había elementos para relacionarlo.

 

Por la tarde, los posteos fueron modificados en las redes sociales de #Ayuda a #JusticiaParaAlfredo. Fue a través de esas publicaciones que se conocieron más detalles sobre Alfredo, como su edad y el plan que tenía la tarde que desapareció. También que era un buen hijo y un buen alumno.

 

“Mamá si un día desaparezco, por favor, no creas todo lo que van a decir de mí las personas, la TV, la radio o las redes sociales… No era mala persona, no era interesado, no tenía vicios, no andaba en malos pasos y no le debía nada a nadie. Era una persona normal, con sueños, con metas y con querer superarme”, se lee en un posteo donde le atribuyen a Alfredo la primera persona, al parecer como una manera de evitar los enjuiciamientos contra el joven. En Guerrero, como en muchas partes de México, las víctimas terminan como responsables de sus propias muertes.

 

Alfredo es una de las víctimas de homicidio de marzo en Guerrero, en particular de Iguala, municipio de zona Norte que este mes incrementó en un 100 por ciento los asesinatos. En promedio asesinaron a una persona por día.

 

 

Marzo: 111 homicidios

Durante marzo asesinaron entre tres y cuatro personas diarias en Guerrero. En el mes se contabilizaron 111 homicidios, donde Acapulco e Iguala destacan con más casos: 46 el primero y 29 el segundo.

 

El recuento de este mes supera al pasado por dos casos, y con 17 al mismo mes del año pasado. En febrero pasado se registraron 109 homicidios y en marzo del 2020, 94, de acuerdo con el recuento que construye a diario Amapola. Periodismo transgresor a partir del monitoreo de las publicaciones periodísticas.

 

Los días con más personas asesinadas fueron el 4, con siete casos; el 25, con 12 casos, y el 26, con seis. Sólo en esos tres días suman 25 muertes.

 

Durante marzo fueron 18 los municipios donde ocurrieron homicidios. Después de Acapulco e Iguala, que son los municipios con más asesinatos, le siguen Marquelia y Tecpan con cinco casos cada uno, Chilpancingo con cuatro; Chilapa, Cocula, Taxco y Copala con tres casos cada uno, y Huitzuco con dos. Los nueve restantes tiene un caso cada uno.

 

El recuento también nos indica que durante marzo mataron más hombres, 95 en total, y otras 11 son mujeres. La cifra de 111 víctimas en el mes se debe a que se contabilizaron los hallazgos de restos humanos en cinco fosas clandestinas, a quienes aún falta que se les apliquen pruebas periciales.

 

 

Con todo y GN, Iguala incrementó homicidios 

Desde que comenzó 2021, Acapulco e Iguala encabezan la lista de muertes mensuales. Pero este marzo, Iguala registró dobló la cifra. En febrero se documentaron 15 personas asesinadas y ahora, 29.

 

“Matan a dueño de un negocio en Iguala”, “Asesinan a otro en Iguala”, “Asesinan a ex comisario ejidal de Iguala”, “Era un policía municipal la víctima desmembrada en Iguala”, “Hallan el cuerpo de otro hombre en la carretera de Iguala”, “Matan a otro en Iguala, suman dos este viernes”, son algunos de los encabezados que dan cuenta de los asesinatos en este municipio de la zona Norte.

 

Para nadie es un secreto que la violencia en Iguala se mantiene o sube. Además de que es una muestra de cómo los grupos criminales o ilegales tiene una asociación con los grupos legales, en las que están policías municipales y servidores públicos. La noche del 26 de septiembre del 2014 en que mataron a tres normalistas y desaparecieron a otros 43 se evidenció lo que pasaba desde tiempo atrás.

 

Si dividimos marzo en tres bloques, dos segmentos de 10 días y uno de 11, los datos indican que el último es el más violento en Guerrero; se registraron 51 homicidios. Esto no sólo porque tiene un día más que los otros, debe haber otras implicaciones, porque la diferencia es amplia. Por ejemplo, del 11 al 20 de marzo se contabilizaron 22 homicidios, y del 1 al 10 sumaron 38.

 

Centrémonos en Iguala, por ser el municipio que dobló sus cifras en el mes. En el primer segmento se contabilizaron ocho muertes, en el segundo nueve y en el tercero 12.

 

Desde el 17 de marzo, es decir, a finales del segundo segmento del mes, la Guardia Nacional y la Policía Estatal asumieron la seguridad de Iguala por otro repunte de violencia, informaron las autoridades municipales.

 

“La verdad, la violencia en Iguala está a todo lo que da, porque hay una guerra de los grupos de la delincuencia”, dijo a Amapola. Periodismo transgresor el síndico procurador del municipio, Frumencio Ramírez Cardona, y está documentado en una nota publicada el 18 de marzo. En realidad, es la misma explicación que comentan las autoridades de diferentes niveles en la mayoría de los casos de exacerbada violencia.

 

El síndico también informó que otra vez la Policía Municipal sería evaluada. Desde la llamada noche de Iguala, es decir el 26 de septiembre del 2014, la corporación es observada. Los 60 policías y los 50 agentes viales actuales fueron enviados a Tlaxcala a una capacitación y para la aplicación de exámenes de confianza.

 

El asunto es que aun cuando la seguridad de Iguala está a cargo de mandos, se supone, más efectivos y especializados, la violencia no sólo se mantuvo, subió. Al menos esto es lo que dice el recuento de homicidios basado sólo en lo que publican los medios de comunicación.

 

La pregunta es obligada: ¿cuál es la verdadera efectividad de las operaciones policiacas?

 

 

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