Trabajadores de Salud sin certeza laboral en medio de la pandemia por la Covid-19

Texto: Beatriz García

Fotografía: Amapola Periodismo

11 de enero del 2021

Chilpancingo 

 

Emil Palestina Miranda Castellanos tenía ocho años trabajando en el sector Salud en Chilapa como psicóloga. Desde el 31 de diciembre vive en la incertidumbre si será recontratada o no. En esos años de trabajo, la Secretaría de Salud (SSa) no le dio certeza laboral.

 

Trabajó en el programa que da atención a adolescentes en salud sexual y reproductiva. Su horario laboral era de ocho y media de la mañana a tres y media de la tarde.

 

Primero trabajó en el Hospital General de Chilapa, luego la pasaron al centro de salud de la misma cabecera municipal. Con este cambio la psicóloga tenía que salir a las localidades, que bien pueden estar a 10 como a 45 minutos. Los viáticos los solventaba con su salario.

 

Con la pandemia por la Covid-19, la psicóloga se saturó de trabajo. Hubo un aumento de pacientes con padecimientos como ansiedad y depresión. Ella menciona que con su contrato no sólo queda cancelado su trabajo, también el tratamiento a sus pacientes, que ya eran 16.

 

“Cuando nosotros entramos, porque varios de nuestros compañeros tenemos más o menos el mismo tiempo, nuestro contrato era continuo, cada seis meses renovábamos y teníamos un poquito de más estabilidad porque nos daban bonos, nuestro salario estaba mejor nivelado. Después de un año nos recortan el contrato a cinco meses y medio”, comentó.

 

Con esta modalidad de contrato, donde los trabajadores no tiene más que su salario, la Secretaría de Salud se ahorra –por decirlo en su sentido más amable– dos quincenas al año por cada trabajador, sólo les da la mitad del aguinaldo y no les paga las vacaciones. Su salario era de alrededor de 6,000 pesos a la quincena, y de ahí tenía que cubrir sus viáticos.

 

Emil Palestina es parte de los 200 trabajadores del programa que están en esa condición. Aunque calculan que en total son más de 1,000 personas en esa situación.

 

 

La protesta

El jueves pasado, la psicóloga y otros 300 de sus compañeros de diferentes programas del sector Salud que estaban por contratos, los cuales les vencieron, protestaron en las oficinas centrales de la Secretaría de Salud, ubicadas avenida Ruffo Figueroa de Chilpancingo, para exigir su recontratación y mejores condiciones laborales. Como eso no ha ocurrido, este lunes volvieron a protestar.

 

Esta vez, unos 600 médicos, enfermeras, nutriólogos y psicólogos marcharon de Palacio de Gobierno a las oficinas centrales de la SSa, para exigir la contratación y bases para unos mil trabajadores.

 

Los programas afectados con la cancelación de contratos a trabajadores son U-013 (antes Prospera), Derechos Sexuales y Reproductivos, Prevención y Atención de la Violencia, Salud Mental.

 

Los manifestantes portaron pancartas en las que se leían: “Exigimos basificación inmediata, no formalización”, “No más discriminación a contratos eventuales, queremos justicia”, “Respeto a nuestro trabajo digno y justo”.

 

En una lona se leyó: “Hospital general Dr. Raymundo Abarca Alarcón. Jurisdicción 03 Centro. Señor presidente Andrés Manuel López Obrador, el personal de salud de contrato exigimos su intervención urgente para basificación de acuerdo a antigüedad, homologación de salarios, seguridad social, justicia laboral”.

 

Antes de llegar a las oficinas de Salud, los trabajadores hicieron una parada fuera del Congreso local. En el lugar hicieron un mitin pidiendo la intervención de diputados

 

También exigieron al gobernador Héctor Astudillo Flores atender sus demandas.

 

Recordaron que viene una temporada complicada en el estado, el de la vacunación contra la Covid-19, y que es importante que la dependencia tenga personal suficiente.

 

 

El caso del psicólogo Valentín no es distinto

El psicólogo Valentín Antunez Pavón tenía nueve años laborando para la SSa en Teloloapan.

 

Valentín es maestro en Psicología y no entiende por qué, si está preparado académicamente, como sus compañeros, las autoridades no les dan certeza laboral con una base.

 

La situación del psicólogo no es distinta a la de Emil, que se encuentra ubicada en una región y programa distinto.

 

Antes, el trabajador de Salud laboró en un centro de salud de Teloloapan, en programas de desarrollo infantil, atención a mujeres embarazadas en situaciones de violencia y, por cambios de programa, lo enviaron al Hospital Básico Comunitario, donde no dejó de laborar con la pandemia, al contrario aumentó su carga.

 

Laboraba de dos de la tarde a nueve y media de la noche. Su salario depende de un tabulador federal, pero aseguró que en algunos compañeros no se está respetando, ganan menos. El personal de enfermería tiene ese problema.

 

Valentín es originario de Iguala y renta un espacio en Teloloapan, por lo que estaba a expensas del salario.

 

Las necesidades apremian en el hospital comunitario que labora Valentín. Él junto a su otro compañero psicólogo atienden de cuatro a cinco pacientes diarios cada uno. Consideró que a pesar de que era una carga laboral agotadora, sobre todo porque se está desarrollando en medio de una crisis sanitaria, tenía el compromiso con sus pacientes.

 

Los contratos que ha firmado en años anteriores son por tres  o  seis meses, y cada que vence esperan hasta un mes para que los recontraten.

 

El trabajador de salud denunció que el proceso para obtener una base no es trasparente. Los criterios que se deben seguir son la antigüedad y cumplimiento del trabajo. Pero ha visto que personas que apenas comenzaron a laborar obtiene su plaza.

 

 

 

 

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