Pandemia y “austeridad” deterioran la seguridad social: testimonio desde el DIF de la Ciudad de México

“Nosotras ya vivíamos en austeridad”, es lo que afirma Ameyali Mancilla, trabajadora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la Ciudad de México (CDMX) al criticar las medidas de “austeridad republicana” establecidas por la administración federal.


 

Texto: Arroyo y Andrés de la Peña / ZonaDocs

9 de septiembre del 2020

 

La “austeridad” tocó al DIF de la CDMX

En 2018, junto con otros más de 300 trabajadores, Ameyali, fue despedida del DIF por el programa de austeridad del gobierno federal. Sin embargo, después de una larga disputa desde la organización “Queremos trabajo Digno”, a la cual pertenece, fue reinstalada junto con otras dos de sus compañeras a finales del 2019.

 

“En el DIF nunca nos daban materiales, siempre teníamos que poner de nuestro bolsillo. Ni siquiera teníamos seguridad social […]”. Esto menciona Ameyali respecto a las condiciones de trabajo en el DIF de la Ciudad de México incluso antes de que llegara la llamada austeridad republicana.

 

El DIF es una de las instituciones públicas más importantes en el país para el cuidado y asistencia de niñas, niños y adolescentes en situación vulnerable. En los tres niveles de gobierno y en todo el territorio nacional, el DIF es una pieza clave en la aplicación de políticas públicas de seguridad social. Sin embargo, tanto la austeridad como la pandemia por coronavirus han afectado su operación.

 

“Tenemos contratos simulados, más del 60% de los trabajadores y trabajadoras, estamos contratados por el régimen de servicios profesionales”, refiere Ameyali. El régimen de servicios profesionales aplica a la contratación de proveedores externos a la dependencia (capítulo 3000 del clasificador del gasto público). La instancia que los emplea ? en este caso el DIF ? simula que son “proveedores de servicios” en lugar de empleados (que se consideran en el capítulo 1000 del clasificador), a pesar de que tienen horario, oficina, y varios años trabajando ahí: “Eso es en todos lados […] en la Secretaría de la Mujer de la Ciudad de México, en las alcaldías. Es un hecho generalizado”.

 

Esta simulación permite a los empleadores negar la relación laboral con los empleados. Así, el empleador puede evitar el pago de prestaciones y los aportes patronales al fondo de retiro. También se facilita la renovación anual de contratos con tal de evitar la acumulación de antigüedad y de derechos. Esta condición es similar a la del personal médico “eventual” de Jalisco, que protestó durante el fin del mes de julio para demandar su basificación.

 

Esta práctica, común en la administración pública, no es completamente legal conforme a la Ley Federal del Trabajo ? específicamente el artículo 5, fracción decimocuarta y el artículo 20. Sin embargo, un proceso de arbitraje puede tomar meses, y las Juntas de Conciliación y Arbitraje tienen un atraso considerable por la pandemia; apenas reanudaron sus actividades a finales de julio. Al menos en el caso de Ameyali, la vía legal no fue una opción:

 

? La clave fue la organización, sin ella no hubiéramos podido conquistar las reinstalaciones y […] echar atrás el amedrentamiento político. Nos hemos organizado con la asamblea de profesores de la UACM, […] Notimex, hemos construidos redes […] hicimos acopio de víveres para entregarlos a la luchas que están en pie ?

 

Aún así, la precariedad laboral es evidente: muchas de las trabajadoras, según comenta Ameyali, venden productos por catálogo para complementar sus escasos ingresos. Estos ingresos se ven particularmente amenazados ahora, pues el contrato más reciente que firmaron es de dos meses en lugar de un año, y solo garantiza el empleo hasta finales de septiembre de 2020.

 

 

La pandemia transforma los servicios sociales:

 

? Sí hay un montón de diferencias en los tipos de servicios que requiere la gente. El DIF intentaba tener un modelo distinto [al asistencialista]. Por ejemplo, se le puede dar una beca a un niño, pero eso no resuelve su condición social, económica o psicológica; el entorno o lo que va relacionado con los entornos donde se desarrolla ?

 

Ameyali describió los cambios recientes en los servicios del DIF: los beneficiarios buscan empleo y servicios de apoyo más que nada, pero el DIF y otras dependencias cada vez tienen menos qué ofrecer aparte de “becas” y transferencias.

 

? Muchos son gente que está viviendo en el ambulantaje, trabajadores informales, trabajadores, incluso, que trabajan a destajo: por pedidos y demás. […] Llegan y tocan la puerta y dicen: “oye, no tengo nada de empleo. ¿Ustedes me pueden ayudar?” y pues en realidad eso es lo que no hay. Al contrario, ¿no? Nos están despidiendo más y la carga de trabajo está aumentando. ?

 

Ameyali plantea el escenario: la pandemia va generando una demanda de servicios sociales completamente distinta, pero las políticas de austeridad y el cambio de prioridades a nivel federal van haciendo cada vez más difícil atender estas necesidades.

 

? Nosotras estábamos en un proyecto que con la 4T desaparece y se vuelve completamente asistencial de nuevo. Nosotras brindábamos asesoría jurídica, psicológica [y de otros tipos] dependiendo de los perfiles que íbamos identificando y dependiendo de si la gente se iba interesando en esos servicios. ?

 

La Ciudad de México (CDMX) es la entidad con más muertes por Covid-19: más de 10 mil personas han fallecido hasta inicios de este mes. Por tal razón, el DIF de la CDMX ofrece la beca “Leona Vicario” para apoyar a los niños y niñas en situación vulnerable y que perdieron a sus padres a causa del virus. Ameyali toma esta beca como un ejemplo de la nueva oferta de servicios sociales y aporta su opinión al respecto:

 

? Se anuncia como “si perdiste a tus padres, tienes derecho a una beca”. [Esto] no resuelve, al final, una situación que los deja en desamparo. No hay una solución más real […] Se desviaron recursos. ¿Ésos recursos de dónde salieron? De programas sociales, por ejemplo, dirigidos a las mujeres. Porque se dejó de lado el problema de los embarazos adolescentes, que aparte va en aumento; el poder distribuir condones a todo mundo, la educación sexual. Se quitaron ese tipo de programas o les disminuyeron el presupuesto. Entonces de ahí van saliendo este tipo de beneficios como las becas ?

 

El Consejo Nacional de Población (CONAPO) confirmó el 7 de agosto que el embarazo adolescente aumentó en un 20% durante la pandemia. El DIF ha sido una de las dependencias más importantes para combatir este problema en el país, pero, según explica Ameyali, ha tenido que abandonar parcialmente esta labor.

 

 

“Crisis con rostro de mujer”

“Justamente, tanto la precarización laboral como los despidos, están recayendo y tienen rostro de mujeres”; es como Ameyali nos pide prestar atención a la feminización de la crisis.

 

De acuerdo con los datos de 2019 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México la mediana del ingreso para hombres es 18 veces mayor que para mujeres. Al mismo tiempo, el 66.5% de las mujeres tiene empleo de tiempo completo contra 84.1% de los hombres.

 

Eso da cuenta de la brecha salarial y el acceso al empleo, pero otro aspecto crucial durante los últimos meses ha sido la prevalencia del trabajo de cuidados no pagado. La misma base de datos de la OCDE revela que: (1) hombres y mujeres trabajan una cantidad similar de minutos diarios, llegando a un promedio de 609 y 567 minutos respectivamente; (2) de este tiempo de trabajo, el 41% del tiempo de trabajo para las mujeres es remunerado, mientras que los hombres perciben un ingreso por el 78.4% de su tiempo trabajado.

 

Así lo avala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en su informe sobre el Impacto del Covid-19 en el Mercado Laboral (ML): durante el primer mes de confinamiento, abril del 2020, el 91.9% de las mujeres, además de trabajar desde casa dedican más tiempo en cuidados de otras personas ? por su parte los hombres tan solo un 78%.

 

A esto se suma que cerca del 40% de la fuerza laboral femenina quedó desempleada durante la contingencia ? frente a un 23.5% de la fuerza laboral masculina ?, llegando a un total de 9 millones 392 mil mujeres desempleadas frente a 6 millones 281 mil hombres. Esto estuvo relacionado con que los sectores más afectados por la pandemia (comercio y servicios) son también sectores que emplean principalmente a mujeres. Este gran “regreso a casa” de la fuerza laboral femenina también se vincula con un aumento pronunciado en la violencia de género.

 

Ameyali precisó que, en el DIF, el 60% de la fuerza de trabajo está integrada por mujeres.

 

? Entonces tienes que lidiar con eso: con el hostigamiento, tienes que lidiar con salarios bajísimos, tienes que lidiar con que no sabes si vas a tener empleo, tienes que lidiar con el trabajo doméstico y tienes que lidiar con la violencia. [Todos estos] son aspectos que no vislumbramos ? es como concluye Ameyali su reflexión.

 

 

 

 

Este trabajo fue elaborado por el equipo de ZonaDocs y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie.