Texto: Jesús Guerrero
Fotografía: Duilio Rodríguez / Pie de Página
7 de mayo del 2020
Anselmo Martínez Cortés, migrante oriundo del municipio de Alcozauca, cuenta que con esta pandemia de Covid-19, él y muchos de sus paisanos la están pasando tan mal que, a veces no tienen ni qué comer.
Desde hace cuatro años el guerrerense vive en la ciudad de Kansas, en la región medio Oeste de Estados Unidos. En entrevista telefónica comparte que la situación económica es precaria y el gobierno de ese país sólo ayudará a migrantes con residencia legal.
Anselmo es cocinero en un restaurante, al que no asiste por la pandemia. Cuenta que para paisanos como él que no tienen documentación que avale su estancia en el país vecino no habrá ayuda.
Martínez Cortés quien es originario de la comunidad de Lomatzoya, del municipio de Alcozauca, en la Montaña Alta de Guerrero, narra que los que lograron juntar un ahorro de dinero con eso se mantienen, al menos les alcanza para comer.
«Pero muchos que no tenemos lo suficiente vamos a las iglesias para que ahí nos ayuden con algo», comparte.
Cuenta que él vive con una pareja que tiene cuatro niños y comparte la renta con otros dos hombres con quienes rentan una casa.
La situación que viven en este momento es apremiante. No han podido juntar mil 500 dólares para pagar la renta de un mes de la casa donde viven.
«Estamos juntando ese dinero para pagar la renta en estos días y hay que pagarla para no estar expuestos a que nos saquen», dijo.
El migrante guerrerense dicen que ellos cumplieron cuarenta y cinco días sin trabajar y encerrados en la casa que rentan en donde no salen para evitar un contagio.
Tiene el temor de que una vez que concluya la emergencia sanitaria ya no le den el trabajo en el restaurante, pero confía que si lo admitan de nuevo.
Muchos migrantes de Guerrero que se quedaron sin trabajo optaron mejor por regresarse a sus comunidades.
Dice que la semana pasada seis de sus paisanos de comunidades de la Montaña alta, se salieron de Estados Unidos.
Martínez Cortés hizo un llamado a las autoridades mexicanas a que brinden apoyo a los migrantes mexicanos que están sufriendo una situación muy crítica.
«Muchos se han muerto, otros están enfermos y miles se han quedado sin empleo», reclama.
Desplazados de la Sierra sin trabajo en EU
Crescencio Pacheco, es desplazado por la violencia en la Sierra junto con su familia. Ellos lograron entrar en territorio estadounidense, pero sin documentos, desde hace más de un año. Con la pandemia la está pasando mal, dice desde el su exilio obligado.
Vive en el estado de Utah y allí la situación es un poco relajada en comparación con estados como Nueva York, donde hay más número de casos de la Covid–19. Allí las personas pueden ser contratadas para trabajar un día a la semana, pero aún con ese permiso no les alcanza para mantener a su familia.
Pacheco González junto con otras 43 personas que se introdujeron sin documentos a Estados Unidos desde hace un año, se refugiaron el 18 de noviembre del 2018 en Chichihualco, municipal de Leonardo Bravo, en la Sierra, luego de ser expulsados de sus comunidades por supuestos policías comunitarios.
Estas familias que en total suman 44 personas, entre adultos y niños, están diseminados en los estados de Utah, Washington, Virginia y California, a la espera que un juez resuelva si les otorgan o no el asilo político.
Sin embargo, en estos momentos estas familias están viviendo una nueva tragedia: no tienen trabajo y además corren el riesgo de ser contagiados de Covid-19.
Pacheco González, cuenta que este miércoles, realizó trabajos de albañilería a una casa particular. Si lo contratan ocho horas, gana cien dólares.
«Si me gano esos cien dólares, con eso podré comprar comida y otras necesidades básicas para una semana», afirma Pacheco quien aquí en Guerrero fue comisario de la comunidad de Campo de Aviación.
Menciona que en el estado de Virginia donde están varios de sus paisanos de la Sierra, no tienen trabajo porque todas las empresas están paradas.
«Aquí en el estado de Utah, hay poca actividad productiva, pero la mayoría de las empresas están paradas», señala.
Pacheco asegura que en esta crisis que derivó por la pandemia del coronavirus, ellos están viviendo la escasez de agua, papel higiénico ni siquiera cuentan con cubrebocas.
Hasta ahora ninguno de los desplazados que viven en Estados Unidos, han contraído la enfermedad Covid–19.
«La verdad hasta ahora Dios nos ha protegido y esperamos que lo siga haciendo porque si alguien se enferma por ese virus, no sabemos que haremos porque aquí el gobierno no nos ayuda ni tampoco las autoridades mexicanas», señala.
Pero lo paisanos de Guerrero que si están sufriendo una situación muy delicada son los que viven en Nueva York, reitera.
Debido a la emergencia sanitaria que se vive en Estados Unidos, un juez de migración aplazó la audiencia en la que se definiría si aceptan o no la solicitud de asilo político a estas familias desplazadas por la violencia.