La adolescente clasificada como una de las diez mejores ajedrecistas del país primero probó suerte en el basquetbol
Texto: Beatriz García
Fotografía: Angie García
8 de octubre del 2019
Chilpancingo
La Federación Nacional de Ajedrez de México (Fenamac) tiene ubicadas a las 10 mejores ajedrecistas del país en la categoría sub 18 femenil, y una de ellas está en Chilpancingo. Se trata de Ximena Ortega Beltrán, una estudiante de tercer grado de la preparatoria 9 de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), de 17 años.
Ximena, desde los nueve años, comenzó a interesarse en el ajedrez impulsada por su padre, Hugo Ortega Sánchez.
En realidad, él intentó convertirla en jugadora de baloncesto, pero desistió porque observó poca destreza con la pelota. Entonces optó por enseñarle ajedrez.
Pronto sorprendió a sus padres con las habilidades en el “deporte ciencia”, como llaman al ajedrez.
Sus primeras partidas
La primera vez que Ximena participó en una competencia la ganó. Entonces tenía 10 años y estudiaba la primaria. Fue un concurso entre niños de diferentes escuelas de Chilpancingo.
Esta competencia le dio su pase al Torneo Regional de Ajedrez, donde tuvo una participación destacada, pero fue eliminada. Con esto sus profesores, ahora encargados de una parte de su formación en el juego, contemplaron que debía aumentar su habilidad y fue que le recomendaron inscribirse a las clases del profesor Víctor Trigo.
El profesor es conocido en esta ciudad por su habilidad en el juego, y por dedicarse a formar niños y jóvenes en el ajedrez. Es coordinador del Club de Ajedrez Chilpancingo, del cual formó parte Ximena.
“Él fue mi primer maestro, Víctor Trigo. Él me enseñó lo básico: las aperturas, jugadas básicas. Después, cuando empecé a competir, recuerdo que mi primer torneo fue en Puebla y fuimos todos los del Club de Ajedrez Chilpancingo, fue un nacional. Fue el torneo de una primaria privada”, cuenta la joven.
Ese mismo año, 2012, regresó a Puebla, al Campeonato Nacional Abierto, según sus palabras, su primer gran torneo. En esta competencia quedó en el décimo lugar, suficiente cuando su único objetivo era jugar y divertirse.
Su panorama de las competencias cambió cuando cumplió 12 años y se postuló a un torneo que ocurrió en Taxco durante dos días. Se apuntó en la categoría sub 12, pero la rechazaron para anotarla en un rango mayor.
La niña se enfrentó a un par de jóvenes de 18 años, de quienes recuerda midió su estatura echando la cabeza hacia atrás, como si mirara el cielo.
“La primera partida la perdí y después empecé a ganar, a ganar. Yo en ese entonces era muy impulsiva. Recuerdo que mis papás estaban en el baño, en la esquina, me decían tranquila, tranquila y pues empecé a ganar, la primera, la tercera (partida)”, relata.
Cerró su participación del torneo contra uno de ellos y una partida de dos horas y media. Le ganó. Ximena se quedó con el segundo lugar de toda la justa.
Desde entonces la niña, ahora una adolescente, participa, en promedio, en seis competencias al año en distintas sedes del país.
“El ajedrez es un deporte, porque tiene sus disciplinas. Es un deporte ciencia, porque ocupas mucha estrategia, mucha táctica, eso creo que te ayuda en la vida para razonar, porque para hacer tus planes tienes que analizar todo, pensar todo”, comenta Ximena cuando se le pide describir qué significa para ella el ajedrez.
Dennis Verduga en su vida. Los resultados: El Salvador y Grecia
En la página oficial de la Fenamac hay una esquela dedicada a Dennis Verduga con fecha diciembre del 2014, en el que se le reconoce como un excelente ajedrecista por sus destrezas en las jugadas apertura inglesa y defensa dragón, pero de manera principal por su labor de formador de niños y jóvenes ajedrecistas.
Cuando la niña aún tenía 12 años, el profesor Trigo notó que sus clases quedaban cortas a la destreza de Ximena, ahora él le recomendó clases intensivas de fines de semana en Acapulco con Dennis Verduga.
Verduga formó parte de la Federación Internacional de Ajedrez, era de origen ecuatoriano pero radicado en Durango, desde donde viajaba cada fin de semana hacia Acapulco para impartir sus talleres.
Una muestra de los alcances de este ajedrecista y autor de manuales de ajedrez, es la distinción de haber entrenado a ocho de los campeones en México de esta disciplina.
Durante todo un año, todos los fines de semana, Ximena, acompañada de su madre, asistieron al puerto a clases con Verduga.
Ximena recuerda cómo fue tomando conocimientos y experiencias para mejorar en sus partidas y en los resultados. Ganó torneo tras torneo y subió el nivel de sus competiciones.
En 2017 Ximena obtuvo su pase para participar en los Juegos Centroamericanos celebrados en El Salvador en el ritmo blitz, una partida que dura cinco minutos. Se trajo el primer lugar.
Hace un año sus habilidades la llevaron a competir a Grecia y concursar con adolescentes de países como China, Estados Unidos, Suecia y España. De 150 se colocó en el lugar 80. No ganó, pero sumó otra experiencia que le hicieron avanzar a su posición actual.
En búsqueda de un pase al mundial en Rumania
Por ahora, Ximena está colocada como una de las 10 mejores ajedrecistas del país en su categoría, pero además forma parte del club de ajedrez de la Uagro.
En el club universitario juega partidas con sus compañeros, a quienes aconseja y enseña lo que ella sabe.
En casa, todos los días toma clases en línea (Internet) sobre partidas más complicadas, por ejemplo, sobre qué hacer cuando hay pocas piezas, pues, es el momento más complicado, porque con cualquier mal movimiento podrías perder.
En total, invierte al día en el ajedrez unas cuatro horas, fuera de sus actividades escolares. Con esto apenas y tiene tiempo para sus otros deberes en la escuela, pero aún así mantiene un promedio de 9.5. Para eso sacrifica las salidas con sus amigos.
A la vez se prepara para participar en el selectivo al Campeonato Mundial de Ajedrez que se celebrará en Rumania. El próximo 16 de noviembre partirá a Monterrey, Nuevo León, donde espera lograr el pase.
Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.