Gonzalo Molina estuvo más de cinco años en distintas cárceles. Fue acusado de privación de la libertad, robo y terrorismo. En entrevista, asegura que su encarcelamiento buscó inhabilitar a las policías comunitarias. La delincuencia, acusa, busca causar terror e inhibir la oposición a los megaproyectos
Texto y fotografía: Daliri Oropeza / Pie de Página
8 de octubre del 2019
Gonzalo Molina González es promotor y vocero de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias originario de Tixtla, Guerrero. Después de haber sido preso político por su actividad como policía comunitario, continúa con su labor y actualmente se encuentra en un trabajo de reoganización del proyecto de la CRAC-PC en el estado.
—El gobierno de AMLO no quiere autodefensas y asegura que con la Guardia Nacional es suficiente para garantizar seguridad. ¿Puede desmovilizar a las policías comunitarias?
—No pueden quitarles un derecho que tienen los pueblos y comunidades indígenas, estipulado en la Constitución en el artículo dos. También está el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que está a la par de la Constitución. Son tres leyes que amparan a nuestros pueblos y comunidades indígenas. Nadie, ningún poder puede quitárselo, porque ya está estipulado y se tiene que llevar a cabo como leyes. ¿Qué tengo que hacer aquí? Hacer uso de los derechos; quien quiera violentar las leyes estaría cometiendo un grave error, porque no es a una persona a quien le quitaría ese derecho es a los pueblos y comunidades indígenas.
—¿Por qué es importante que en Guerrero haya nacido la CRAC?
—Bueno, la CRAC es una organización ya reconocida. Es legal y legítima, a diferencia de otros grupos de autodefensa. Algunos grupos de autodefensa están coludidos con la delincuencia organizada; otros siguen intereses del gobierno y del Estado para sus propios fines e intereses. Hay intereses económicos muy fuertes que se pretenden llevar a cabo como megaproyectos, que no consideran que van a destruir nuestro entorno, nuestros territorios comunitarios y que por lo tanto no pueden permitirlo. Argumentan ellos que es por el progreso. Yo no sé ¿Qué intereses están persiguiendo? ¿Qué realmente estaría sirviendo a estos grandes proyectos?
—¿Y también de la delincuencia organizada?
—La delincuencia es parte de una estrategia para poder llevar acabo esos megaproyectos. No podemos cerrar los ojos ante eso. No hay tal lucha entre cárteles. No hay. Es producto de esa estrategia ¿Para qué? Para causar terror en los pueblos. Para que no se unan, para que no se puedan organizar. Esa es la estrategia que están llevando a cabo, por eso utilizan la delincuencia, incluso meten a grupos paramilitares. Lo pudimos constatar cuando emboscan a nuestros compañeros en la Base del Fortín. [El entrevistado se refiere a una emboscada que sufrieron policías comunitarios el 26 de noviembre de 2015, en el barrio Fortín, en la ciudad de Tixtla. En aquella ocasión fueron asesinados seis miembros de la PC. Ahí podemos ver cómo operan los grupos paramilitares al servicio del Estado.
Antes de la cárcel, podíamos contra el crimen organizado
—Tú estuviste en la cárcel por más de cinco años por tu labor en la CRAC, ¿cómo ves el Estado de Guerrero antes, dentro, y ahora que estás libre?
—Cuando soy detenido, no estaba fuerte la delincuencia organizada, no estaba posicionada todavía. Podíamos nosotros hacerla a un lado, arrinconarla. Luego, caigo, salgo, y me encuentro con que la delincuencia está posicionada en varios pueblos, ciudades. Porque el Estado mismo lo ha permitido. Lo vuelvo a repetir: porque es parte de esa estrategia; se le permite hacer esas cosas. Entonces cuesta trabajo que los pueblos puedan organizarse para su defensa. Por ese terror, por ese miedo. Sin embargo, ante la situación de miseria, de pobreza, de inseguridad, va la gente, pues, quitándose ese miedo, ese temor. Y lentamente se va organizando y reorganizando. Hay lugares donde se ha perdido totalmente [la seguridad] por falta de continuidad al trabajo que nosotros habíamos dejado. Ahora tenemos que retomar lo que nos cuesta mucho trabajo. Sin embargo, ahí vamos, así de esa manera.
El Estado contra las policías comunitarias
—¿Cuál es la estrategia directa del Estado para inhabilitar a las policías comunitarias?
—Primero es la cooptación de gentes para mantenerlos, para mantenerlos inestables, por un lado. Por otro, para darles línea de lo que van a hacer, es una acotación. La otra es el desprestigio de aquellas personas que realmente estén luchando. La otra es el encarcelamiento, fabricándoles incluso delitos, como a mí. La otra es el asesinato, es a lo que puede llegar el Estado para llevar a cabo su estrategia.
Nuestros compañeros fueron emboscados en la CRAC. Hay dirigentes que están trabajando, cuando están se hacen de la vista gorda, el avance de esos grupos que están coludidos con el Estado.
—¿Es evidente?
—Es evidente.
—¿Qué te lleva a seguir en la CRAC-PC después del encarcelamiento, y de no aceptar la amnistía que te querían dar?
–Cuando yo caigo, tengo suficiente tiempo para analizar las cosas, para meditarlas, para prepararme en todos los sentidos. Y encuentro que hay que rescatar una cosmovisión. Esa cosmovisión de nuestros pueblos y comunidades indígenas; tenemos que rescatarla, está viva, pero está oculta. Nadie trata de rescatarla, es ahí donde yo visualizo que tenemos que rescatar esa cosmovisión, esa forma de ver el mundo, esa forma de ver el desarrollo para nuestros pueblos. No es el desarrollo de una pavimentación de una calle, de luz eléctrica, de computadoras; ese no es el desarrollo. Así lo ve el sistema capitalista, un desarrollo de ese tipo.
Nuestro desarrollo
“El desarrollo nuestro es ¿cómo interactúas con este cosmos viviente que está ahí?, porque tú eres parte de ése. Eso no lo entiende el sistema. El sistema y esas personas voraces, ambiciosas, no viven. Quieren encontrar la felicidad con riqueza. En nuestros pueblos es: cómo se relacionan con el medio, con la lluvia, con toda la naturaleza. Esa cosmovisión es la que tenemos que rescatar. Que esa energía que está en este cosmos, que nosotros también tenemos en el interior genera algo bonito. Generar lo más hermoso que es el amor, el amor a nuestro pueblo, a nuestro prójimo, el amor a todo lo que existe, porque somos parte de eso.
“Ésa es la reflexión que yo hice y por eso ahora hay un proceso de reorganización de la policía comunitaria en la región, y a través de eso tengo que luchar para rescatar esa cosmovisión. Va a costar, va a costar vida, va a costar sangre, pero tenemos que hacerlo porque el ser humano se ha retrasado.
“Para mí más importante eso, que la persona sienta más, que aprenda, que sienta que puede entender y comprender: eso es lo más importante.
“Es una necesidad prioritaria. Nuestro país cuenta con la mayor parte de los pueblos originarios. Y los pueblos y comunidades indígenas están en peligro de exterminio siempre, todo el tiempo. Pero en este momento más, porque los gobiernos no se atrevían a hacerlo. Este gobierno de López Obrador lo está haciendo, camuflando las cosas, queriendo confundir a la gente, a los compañeros. Por eso veo la necesidad de unirme con fuerzas como el Congreso Nacional Indígena (CNI) para buscar un acercamiento real de rescatar esa cosmovisión de nuestros pueblos y comunidades indígenas”.
Gonzalo busca transmitirle al CNI sus ideas, sus experiencias e invitarlos, para poder llegar a una unidad, no de una persona, de unas personas, el bien de todos nuestros pueblos y comunidades indígenas, que dará como fruto, poco a poco, a transformación de esta sociedad; ésa es la tirada.
Este trabajo fue elaborado por el equipo de Pie de Página y lo reproducimos como parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie