Texto: Beatriz García
Fotografía: José Luis de la Cruz
20 de junio del 2019
Chilpancingo
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que David Enrique Castro Martínez, quien desapareció el viernes pasado, ya está en su casa con su familia desde la mañana de este jueves.
El breve documento enfatiza: “ya se encuentra con su familia sano y salvo”. No se menciona la forma en la que fue encontrado el joven de 27 años de edad.
Sin mencionar detalles, el Club Rotaract, del cual es miembro Kike, agradeció a las autoridades y emitió un escueto boletín de prensa.
“A la Fiscalía General del Estado y a la Fiscalía Especializada en Materia de Búsqueda de Personas Desaparecidas les reconocemos que hayan actuado en la manera que corresponde para encontrar a David Enrique”.
Esta es la historia de Kike:
David Enrique Castro Martínez sonríe mucho. Se percibe su optimismo. Así es él: confía en los demás y los demás confían en él. Kike, de 27 años, es el desaparecido más reciente en Chilpancingo. El pasado 14 de junio, alrededor de las siete de la tarde, salió de la colonia Burócratas, del sur de la ciudad, hacia el mercado central en el norte.
En algún punto de ese trayecto Kike se topó con ese agujero negro en el que se convirtió Chilpancingo, donde desaparecen niñas, niños, bebés, mujeres con todo e hijos y hombres, un delito que la mayoría de veces no se denuncian y no son visibles como el caso de Kike.
Al segundo día de su desaparición, familiares, compañeros y amigos de Kike subieron una publicación a Facebook, pidiendo informes sobre su paradero. Postearon una foto donde describían como vestía el día en el que desapareció: pantalón de mezclilla azul, playera de color verde oscuro, que incluso podía confundirse con la claridad de la luz con azul, tenía una franja amarilla y portaba botas cafés; además llevaba una mochila negra. La última vez tuvieron comunicación con él se dirigía al mercado Baltazar R. Leyva Mancilla.
En la foto que la Fiscalía General del Estado (FGE) ocupa para ubicarlo, parte de la ficha ¿Has visto a…? David sonríe. Se le ven los labios separados, comisuras y una gran sonrisa. Es un joven sonriente de ojos medianos cafés claros, tez avellana que contrasta con su cabello negro azabache, ondulado y corto.
Los integrantes del Club Rotaract son amigos de amigos. Gente conocida que recomienda a otros cercanos. El resultado: una gran familia. La comunidad funciona para fines altruistas. A diferencia de los demás, Kike llegó al club en 2016 sin conocer a nadie.
Pasó filtros de confianza y poco a poco se fue encargando de algunas tareas de la comunidad Rotaract. Su finalidad, como la de sus compañeros, era ayudar a los más necesitados de Chilpancingo.
Kike encontró en el Club Rotaract grandes amigos que tienen presente el corazón altruista que lo acompaña; como César, un compañero con el que logró hermanar su vida en el Club.
“Al Club llegó con mucho entusiasmo, con ganas de unirse. Es una persona muy comprometida con esas cuestiones de ayudar al prójimo. El Club se dedica a ayudar a la humanidad, realiza diversas actividades referentes al Día del Niño, Día de Reyes, ayudar a las comunidades indígenas.”, comparte.
Para los rotaractianos Kike juega un papel importante a la hora de liderar, además de que siempre trata de mantener unidos a los compañeros. Con algunos de ellos consolidó una amistad estrecha, incluso con sus familias.
Para César el Club es un sitio donde haces grandes amigos, y sin conocerlo antes, Kike se convirtió en uno de ellos. Ahora comparten viajes y convivios con otros tres compañeros que lograron ser hermanos. Las familias de cada uno se conocen, hay confianza.
César recuerda que Kike es siempre el que provoca las carcajadas en el grupo, y quien está dispuesto a ayudar si uno de ellos está en aprietos.
La descripción no es exclusiva de César. Luis, otro compañero del Club suscribe a César.
Luis también lo conoció por el Club, en el 2016. Cuando ocupó la presidencia de Rotaract Kike fue el indicado para ser su secretario, luego no hubo duda de involucrarlo con sus círculos de amistades. El Club Rotaract ha participado en campañas de recolección de víveres para comunidades pobres, de rehabilitación de colonias, y de apoyo en desastres provocados por fenómenos naturales: a todo le entraba Kike.
Luis también es parte del grupo de los cinco. Sonríe cuando recuerda los viajes que han compartido.
Para el rotaractiano David es muy cercano a su familia, a sus padres de quien heredó los valores que le ayudaron a formar parte del Club.
Ambos vieron a Kike antes de que le perdieran el rastro. Eran amigos. Se veían siempre. Tanto para Luis como César la incertidumbre del paradero de Kike es dolorosa.
El martes, el Club Rotaract emitió un comunicado en el que manifiesta que sus integrantes están consternados por la desaparición del joven.
Las horas han sido lentas y desesperantes. Desde el viernes la familia y amigos utilizan el Hashtag #TeEsperamosEnCasaKike, con el fin de difundir la desaparición, demandar agilidad en las investigaciones para su presentación pronta y con vida. Chilpancingo está tapizado en las calles y negocios con la cara de Kike. Mucha gente en redes sociales se ha solidarizado.
Por la ciudad decenas de carteles fueron colocados, por si algún vecino lo vio se comunique de inmediato a los números telefónicos que les señalan.
Los globos inundan la escena: son blancos y la gente los porta al igual que ropa del mismo color. Son los amigos, familiares y conocidos de David. Marcharon para exigir su presentación con vida. Con carteles con la fotografía del joven de 27 años de edad, las más de cien personas pidieron justicia. Predominó la siguiente leyenda: “Ayúdanos a encontrarlo”.
Todos marcharon desde la Alameda Francisco Granados Maldonado hasta el monumento de Unidos por Guerrero. Predominó el silencio, y los rostros afligidos y desesperados por saber de su paradero. Pero la gente gritó en momentos, harta por una desaparición más en la capital, que se han vuelto recurrentes entre hombres, mujeres y niños. Guerrero, junto a Veracruz y Tamaulipas es uno de los estados con más número de desaparecidos en México.
Da lo mismo si se trata de una mujer con hijos, una estudiante o un transportista. En Chilpancingo todos están expuestos a esta suerte. Además la mayoría de los casos están en la impunidad: las familias no saben donde están sus hijos, hermanos, primos, sobrinos, madres, padres, abuelos, tíos.
La marcha fue la tarde del miércoles. Ante la amenaza de una tormenta la gente descansó en el zócalo. El cielo gris y los truenos no impidieron al contingente seguir.
Antes de llegar, el silencio se convirtió en una consigna. Después la gente repitió: “¡Somos más los que queremos paz!”, una y otra vez.
La lluvia comenzó. No pararon. Siguieron marchando bajo las gruesas gotas de agua, hasta la glorieta de Unidos Por Guerrero. De regreso pararon otra vez en el zócalo.
Un miembro del Club tomó la palabra, resaltó el hartazgo por estos casos de desaparición y su deseo de que estos sucesos no se repitan, que no queden impunes.
Pidió a nombre de Rotaract que las autoridades investiguen la desaparición de Kike. Exigieron que se realicen los protocolos necesarios para la localización con vida de David Enrique.
Su fotografía descansó en los comercios, las calles principales y las redes sociales. David sonríe, se percibe su optimismo.
Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.