Mujeres insumisas: historias de fortaleza y matrimonios forzados en Guerrero

Angélica, a sus 15 años ya vivió un casamiento forzado y el abuso sexual de su suegro, pero tiene el anhelo de estudiar. Grecia, la joven maquillista que no pudo ser


 

Texto: Beatriz García

Fotografía: Tlachinollan Centro de Derechos Humanos de La Montaña

26 de octubre del 2021

Chilpancingo

 

A los 11 años a Angélica le arrebataron su infancia y su deseo de culminar la primaria. La obligaron a casarse con otro niño de su pueblo, La Joya Real, municipio de Cochoapa el Grande, Rafael, de 12 años. Hoy, a sus 15 años, Angélica denunció que vive un calvario para lograr la justicia no sólo por el matrimonio forzado al que estuvo sujeta, también porque fue violada por su suegro; aún así está convencida de que pronto se sobrepondrá.

 

En cuatro años, Angélica, en medio de su adolescencia, sabe qué significa que violen su integridad, su cuerpo, sus derechos y le trunquen sus sueños de niña, de acuerdo con la abogada del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Neil Arias Vitinio, quien le da acompañamiento jurídico a ella y a su familia.

 

Lo que vive Angélica lo han padecido muchas niñas de la región Montaña alta de Guerrero, donde la pobreza y la marginación prevalecen. El padre de Rafael, Rutilio, fue con el padre de Angélica a pedirla para su hijo; pagaron 120,000 pesos por ella, de acuerdo con lo que le relataron la menor y sus padres a la abogada.

 

El caso de Angélica se conoció hace varios días porque en Facebook circuló una fotografía de la Casa de Justicia de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) de Dos Ríos, en Cochoapa el Grande, acompañada de un texto donde se leía que la menor de 15 años fue detenida después de huir de su suegro por no permitir que la violara. La CRAC es una organización de seguridad y justicia comunitaria que se asienta en pueblos originarios, quienes tienen el derecho de crear sus propios esquemas de seguridad.

 

Además porque su madre, Concepción, en Ometepec, sufrió un aborto espontáneo de sus trillizos cuando se dirigía a ver la situación de su hija encarcelada.

 

Hace dos años, Rafael emigró a Estados Unidos y dejó a Angélica en casa de los padres de él. Sólo habían vivido juntos dos años que fueron un ir y venir de los campos agrícolas del norte del país.

 

En realidad, Angélica nunca se casó con Rafael, al ser menores de edad la ley lo prohíbe. Tampoco por alguna religión, aclaró la abogada.

 

Con Angélica fue imposible tener comunicación, primero, porque fue desplazada de su localidad para su recuperación psicológica, servicio que le brinda el organismo defensor de la Montaña, porque las instituciones encargadas, como el caso de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), no se hicieron cargo.

 

Segundo, Angélica es menor de edad y es por esa razón que la abogada de Tlachinollan proporcionó todo la información de su caso. Tampoco se pudo tener contacto con sus padres porque poco hablan el español, su lengua es el tun savi.

 

La abogada, además de conocer el proceso legal del caso de Angélica, sabe parte de cómo se ha sentido la menor con todo este proceso. La menor vivió maltratos físicos y psicológicos de su suegra Hilaria, además del abuso sexual de su suegro Rutilio. Pero la abogada asegura que Angélica tiene muchas ganas de salir adelante.

 

Angélica pasó 11 días encarcelada junto a su abuela Petra porque Rutilio la acusó de haberse robado unos huipiles, para ocultar, denunció la abogada, lo que él había hecho con ella, verdadera razón por la que huyó a casa de su abuela, quien también fue encarcelada.

 

Por su liberación, los policías comunitarios le exigieron 210,000 pesos, casi el doble de lo que pagaron por ella. A los 10 días, ante el llamado de organizaciones feministas, la intervención de Tlachinollan y de autoridades del estado finalmente salió en libertad. Ese día la familia de su esposo huyó de la región.

 

“El caso de Angélica visibiliza las historias de vida de muchas niñas que formalizan sus relaciones a muy temprana edad, regularmente cuando las niñas se van a casa de los suegros o del novio. Cuando van a hacer trabajos a los campos agrícolas, los padres del novio, el padre principalmente, es el que lleva el control, quienes manejan los ingresos de la nuera, de su hijo y de su esposa”, explicó la abogada.

 

Angélica pasó de ser una niña a ser forzadamente una adulta, ni siquiera le permitieron cursar el último año de primaria que le faltaba. Además de servir a Rafael, atendía a su suegra y a su suegro, de lo contrario la golpeaban, porque ya habían pagado por ella, de acuerdo con lo que documentó Tlachinollan.

 

La abogada traduce la situación que padeció Angélica de esta manera: en las comunidades las familias puede tener más de nueve hijos, de manera evidente no le pueden dar la atención necesaria, viven en situaciones de pobreza y marginación, entonces las niñas aunque desean estudiar, tener vestidos, collares, sus padres no lo pueden costear y proceden a acordar sus matrimonios a cambio de dinero.

 

Tlachinollan ha documentado a lo largo de 27 años de trabajo en esta región más de 100 casos similares a los de Angélica.

 

Angélica tenía muchos deseos de estudiar cuando le arrebataron su niñez, tiene una inteligencia sorprendente, porque aprendió a defenderse, maduró obligatoriamente, porque incluso frente a las autoridades ya encaró que no le gustaba lo que le hacían sus suegros.

 

Durante la negociación con las autoridades del estado y la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Guerrero (CDHG) para la liberación de Angélica, se acordó que el papá de ella, Juan Manuel, no cobraría como lo hizo con ella, por sus otras tres hijas.

 

Ahora Angélica, su padre, su madre, sus tres hermanas, su hermano que es bebé y su abuela salieron de La Joya Real, porque de lo contrario hubiese padecido una estigmatización por todo lo que vivió. En su comunidad todo lo que vivió hubiese sido motivo para señalarla como “una mala mujer” o que “ya no sirve”, explicó la abogada.

 

El miércoles pasado, en un comunicado, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que detuvo a Rutilio en Tlapa, municipio de región Montaña, “acusado como probable responsable del delito de violación equiparada”, de acuerdo con la carpeta judicial C-310/2021. “También se encuentra relacionado como probable responsable en la carpeta de investigación diversa, por el delito de trata de personas y lesiones”.

 

Angélica está convencida, aseguró la abogada, de que si sobrevivió a la casa de sus suegros, podrá retomar su vida, y aceptó el apoyo psicológico y legal de Tlachinollan.

 

Sin cumplimiento a las alertas de género

La Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres forma parte de la Red Estatal de Mujeres Guerrerenses por una Vida libre de Violencia, donde se agrupan organizaciones que lograron que en Guerrero se emitieran dos Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), la primera por el incremento de los feminicidios y la segunda por una grave discriminación contra las mujeres y una negación a los servicios especializados de salud.

 

Esta asociación mantiene un monitoreo constante sobre los feminicidios y violaciones desde que se emitieron estas alertas.

 

La representante de la asociación, Marina Reyna Aguilar, expuso que de acuerdo al monitoreo que hacen en la organización sobre los homicidios dolosos desde 2017 que se emitió la primera la alerta hasta el 21 de octubre la organización cuantifica 870 casos documentados, de los cuales las autoridades han clasificado como feminicidios sólo 94.

 

Del 2016 a lo que va del 2021 han abierto sólo 274 carpetas de investigación en la Fiscalía General del Estado (FGE) por acoso sexual.

 

Con el monitoreo, la asociación también ha registrado hasta ese 21 de octubre 519 casos por violación equiparada y 897 casos por violación simple.

 

La feminista insistió que no sólo en los municipios alertados ocurre violencia contra las mujeres, ocurre en todo el estado, como en Montaña alta, de donde es Angélica. De los 81 municipios que hay en Guerrero, en 65 la violencia está marcada, agregó la activista feminista.

 

La representante de la asociación Alidadas por la Justicia, María Luisa Garfias Marín, resaltó que han denunciado en reiteradas ocasiones que estas alertas no se han cumplido con las medidas de prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia.

 

Este nuevo gobierno estatal, el de la gobernador Evelyn Salgado Pineda, y las presidencias municipales tienen la obligación de retomar todas esas acciones que contemplan las medidas de la alerta, para que realmente puedan ser contundentes, de lo contrario se invierte mucho dinero en cursos de capacitación, de programas, pero son acciones que no son contundentes, indicó.

 

La feminista manifestó que para que no sean acciones de simulación se tienen que tocar puertas, exigir a los ministerios públicos y sobre todos en agencias especializadas en violencia sexual, que atiendan con calidad y calidez a quienes fueron víctimas de violencia sexual.

 

 

Grecia, una estudiante de 20 años, otra asesinada

José María, el padre de Grecia, asesinada el domingo 17 de octubre en la capital, sólo busca justicia para su hija. El día que murió discutió con ella, pero quiso remediarlo, limpió su cuarto, le puso un espejo en el baño, pero ella ya no lo vio porque volvió muerta, contó el mismo padre de la joven en el programa de radio Capital Noticias del 97.1 FM.

 

Ese domingo diversos medios de comunicación y por redes sociales, como Facebook, circuló la noticia: una joven fue asesinada a tiros en la plazoleta del barrio de Santa Cruz en Chilpancingo, al parecer ella estaba acompañada de un joven, a quien no le hicieron daño; el ataque fue directo contra ella.

 

El padre de Grecia llegó solo a la radio, contaron los colaboradores de esa estación, con el afán de dejar claro que su hija no estaba en malos pasos, como circula después de hechos violentos contra mujeres, en un evidente acto de criminalización que pone a las víctimas como responsables de esos sucesos.

 

El padre contó que su hija “tenía agallas” pero para trabajar y estudiar. Estudiaba maquillaje y aplicaba uñas.

 

“La muerte que hacen con mi hija Grecia, Dios va a impartir justicia, hoy quiero pedirle a esas personas, a esos sujetos, que no hieran a las damas, que no lastimen a la sociedad, hay otros medios. Es difícil soportar esto, no te puedo explicar el dolor que traigo”, le dijo el padre de Grecia al periodista Rogelio Agustín Esteban, conductor del noticiario principal de la estación.

 

José María dijo que siempre va a recordar a la hija alegre, carismática, inteligente, como era.

 

Sobre este caso, como el de muchos más en Guerrero y en el país, no hay ningún detenido, al menos la Fiscalía no lo ha hecho público, pero lo que sí es evidente y no se detiene, es la violencia hacia las mujeres.

 

Por ejemplo, la tarde del domingo pasado se reportó la desaparición de Celia, una joven que viajaba de San Marcos, Costa Chica, hacia la capital, pero sus familiares perdieron total contacto con ella.

 

La joven fue hallada con vida ayer martes, según informaron autoridades de la FGE, quienes difundieron la foto de la joven del momento de su localización, al parecer en la habitación de un hotel, lo que provocó la estigmatización hacia la joven. Esto generó comentarios contra las autoridades que casi siempre generan estos escenario contra las mujeres violentadas.