La rehabilitación de perros maltratados y abandonados es un proceso largo, de paciencia y muchas caricias. Esto nos cuentan rescatistas y la “policía de perritos” de la CDMX.
Texto: Sharenii Guzmán / Animal Político
Fotografía: Oscar Guerrero / Archivo
19 de octubre 2023
Cuando Duncan, un pitbull rescatado, sale al área común a que Julia Berenice le de su paseo, se emociona, brinca y se tira al piso para tallarse el lomo.
Se reincorpora y se sienta frente de ella para recibir un premio. Cuenta que antes no dejaba de saltar. “No está mal que salte, pero eso lleva a una mala conducta. Duncan es un perrito muy agradecido, siempre está hiperventilado, eso hay que regular”.
Para Julia Berenice Chaga Pérez, guía y cuidadora en la Fundación Toby, los perros rescatados son muy agradecidos. Tienen un corazón muy noble, muy sincero, dócil y son entregados, aunque hayan sufrido mucho.
“Se nota en su carita esa expresión de agradecimiento, de que nunca habían tenido este tipo de interacción con alguien o ese tipo de atención. Su comportamiento es distinto y aprenden a disfrutar cada momento”, señala Berenice.
Al inicio de su rehabilitación pueden mostrar comportamientos que reflejan trauma como miedo, desconfianza, incluso, agresividad de tanta violencia o abandono que sufrieron.
Julia comenta que en estos casos hay que trabajar para restablecer la confianza hacia los humanos, eso se llama contracondicionamiento o desensibilización.
“Primero que tengan confianza, que sepan que no les vas a quitar la comida, que no les vas a pegar y que pueden confiar en ti”, relata Berenice, quien trabaja con animales rescatados del maltrato extremo.
“Si ellos saben que no les vas a quitar la comida entonces poco a poco van a dejar que tú te acerques y si saben que va a haber más comida se empiezan a desensibilizar y dejan de tener esta conducta de agresividad de desconfianza o de ser territoriales
Cómo se presenta el maltrato animal
Mariana Boy Tamborell, titular de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), explica que el maltrato no solamente es perceptible de manera física, como lesiones o laceraciones, sino también tiene consecuencias y se manifiesta a través de la conducta de los animales.
“Las conductas ansiosas o agresivas también pueden denotar cierto maltrato que está afectando sus estados mentales y que no es perceptible de manera física”, indica Boy.
Por ejemplo, Pirata se acerca y busca que lo acaricien. Es un perrito que lleva en el rostro la marca del maltrato. No tiene un ojo y en su lugar una cicatriz.
Durante la entrevista, Pirata encuentra la mano del jefe Andrés Martínez, quien no duda en hacerle cariños. “¿Sabes cuál es la mejor rehabilitación para un perrito que fue maltratado?”, pregunta el policía y responde en seguida: “la caricioterapia”
Bailarina, por su parte, es una perrita con secuelas de moquillo y por eso fue abandonada. Corre y juega con otros perros. Pirata y ella son residentes en la Brigada de Vigilancia Animal, ubicada a un costado del Parque Ecológico de Xochimilco.
“Una de las actividades que tenemos en primera instancia es responder a situaciones de peligro por agresión animal (…) Cuando el animal es maltratado y abandonado le toca totalmente a la Brigada porque se está cometiendo el delito de maltrato”, expresa García Valdés.
En la CDMX el maltrato animal es considerado delito y es castigado con entre dos y 10 años de prisión. Esto por causarle lesiones incluso la muerte a una mascota, de acuerdo con el Código Penal Local, la Ley de Protección a los Animales y la Ley de Cultura Cívica locales.
La Brigada trabaja en conjunto con la Fiscalía General de Justicia de la CDMX.
“Es una área que le pertenece a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y en palabras resumidas somos la policía que protege a los animales”, dice Ismael García Valdés, director operativo de la Brigada de Vigilancia Animal.
Este grupo comenzó en 2005 como un programa de prevención del delito que operaba con 50 elementos. Hace 10 años se cambió a las instalaciones de Xochimilco, donde actualmente mantienen bajo resguardo a 220 perros y gatos, además de fauna silvestre.
Todos ellos son animales que se encontraban en condición de maltrato y que derivado de una denuncia ciudadana fueron rescatados.
Cómo actúa la Brigada Animal de la CDMX
Luego de que llegan al domicilio donde se levantó el reporte realizan una verificación y en caso de que no les permitan la entrada se levanta una carpeta de investigación para que se autorice una orden de cateo para rescatar a los animales que se encuentran al interior del inmueble.
“Esto es cuando ya tenemos toda la información casi un 95% garantizado de que sí está sucediendo el maltrato y que se necesita con urgencia rescatar a los animales”.
La Brigada, además de trabajar con personal de la Fiscalía CDMX, también colabora de cerca con la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), y otras áreas de la SSC-CDMX.
Tanto la PAOT como la Brigada, están en constante comunicación con una red de rescatistas independientes y fundaciones.
Para poder actuar:
La PAOT debe de recibir la denuncia.
Junto con la SSC acuden al domicilio para realizar una valoración física y emocional del animal de compañía.
Depende de eso, se van o pueden pedir una orden de cateo, la cual la debe de realizar la Fiscalía y un juez de control del tribunal la emite.
“Muy importante decir que pues que nuestras facultades para rescatar a los animales más bien son entregas voluntarias. Nosotros así como solicitamos que nos permitan hacer una valoración de los animales voluntariamente también el rescate los animales lo hacemos a través de entregas voluntarias, es decir, hay un trabajo de convencimiento por parte de la PAOT para que nos entreguen a los animales”, explica Mariana Boy.
“No es lo mismo rehabilitar a un perro que fue utilizado para peleas”
Rodrigo Estrella maneja una camioneta tipo ambulancia que por fuera dice con letras grandes Rescate Animal. Este vehículo no trae torreta, pero los ladridos se escuchan a lo lejos como si fueran una chicharra. Adentro van en su transportadora perros que han sido rescatados o encontrados por él.
Como etólogo conoce el comportamiento animal no sólo por lecturas que ha hecho, sino porque lleva 30 años en contacto con animales.
Al llegar al lugar, donde previamente fue contactado por vecinos, desciende de su camioneta con una cuerda en la mano y en la otra trae un puño de croquetas. Es la tercera ocasión que acude. La primera y segunda fue para hacer reconocimiento del lugar y analizar a los dos perros que andan deambulando por una colonia de la alcaldía Álvaro Obregón. La idea es establecer confianza con ellos por medio de la comida.
Estrella asume que los dos perros son madre e hijo, por lo que intenta capturar primero al macho.
Dice que en estos casos cuando los perritos tienen mucha hambre se acercan a comer en la mano y ahí es cuando les coloca en el cuello, con un movimiento rápido, la correa. Es probable que se asusten y se muevan agitados, por lo que deben de introducirse de inmediato en la transportadora.
Cada rescate es distinto, depende del animal y del impacto que tuvo la agresión.
Rodrigo reitera que es importante analizar el contexto: tanto el lugar donde se encuentran como las condiciones físicas y emocionales -como si están temerosos o a la defensiva- y con base en eso actuar.
“No es lo mismo rehabilitar a un perro que fue utilizado para peleas a un perro que simplemente peleaba su comida. Es muy diferente, entonces cada uno tiene un tratamiento distinto y a cada uno hay que tratarlo de manera independiente, y determinar qué es lo mejor para ellos”, destaca Estrella.
También la rehabilitación en cada caso es personalizada.
Si bien hay técnicas, se debe seguir conforme a la agresión y cómo va respondiendo el animal de compañía.
Primero se debe brindar atención veterinaria si la requiere, cumplir un periodo de cuarentena, y luego trabajar en el comportamiento y el aspecto psicológico.
“Después viene un proceso de cuarentena, desparasitación, vacunación, esterilización y ya que su salud es óptima entramos en el aspecto psicológico del animal para que pueda recuperarse y determinar si es adoptable o no”, apunta.
¿Por qué existe el maltrato animal?
Para las personas consultadas, la razón de la violencia en contra de animales es multifactorial y no sólo es cultural ni socioeconómica.
Las causas son complejas y contradictorias y la respuesta en cómo combatirla tampoco está en una sola receta ni en endurecer las leyes. Va desde la educación temprana hasta acciones concretas como la esterilización masiva.
Para Rodrigo Estrella en el abandono animal interfieren diferentes motivos. Uno es que cuando la gente atraviesa una crisis económica en el hogar, el primer afectado es la mascota. Otro es que cuando adquieren a un perrito por impulso lo terminan dejando en la calle. Y una de las razones más comunes es por la falta de educación.
“Hay quien cree que los animales no son seres sintientes y que puede hacer con ellos lo que sea, por eso en México tenemos un rezago de más de 30 años en la cuestión animal”.
Las leyes ayudan, pero para Estrella dónde se verá el cambio en la sociedad es en la educación y cultura de respeto.
Por su parte, Tehila Catán considera que en los últimos años han aumentado los casos de maltrato, pero también la visibilidad de esas historias gracias a las redes sociales.
“Mientras no haya realmente castigos. Creo que esto nunca va a parar. La calidad humana está desapareciendo. Yo mi fe en la humanidad al menos en mi caso quizá por lo que vivo a diario es nula. Yo veo cada vez esto en mayor decadencia. Por eso la importancia de aplicar las leyes, porque leyes sí hay pero que haya quien las aplique que la gente entienda que todo ser vivo merece respeto que no se puede maltratar”.
El suboficial Ismael García Valdés relata que en su experiencia como policía ha observado que el maltrato animal ocurre en todos los niveles sociales y no es una cuestión socieconómica.
También ha visto que los maltratadores pueden ser de todas las edades: niños, adolescentes, adultos jóvenes, adultos maduros, adultos de la tercera edad.
“Cuál sea el origen al menos desde mi punto de vista como policía no lo he encontrado, porque he visto que es en todas las edades, todas las clases sociales y no sé si sea porque (las personas) acumulan demasiado sentimientos, energía, no sé, pero agredir o maltratar un animal yo creo que lo hacen como una válvula de escape”.