Texto: Beatriz García
Fotografía: Cortesía
11 de septiembre del 2019
Chilpancingo
A las 8:30 de la mañana del 4 de septiembre, Bedelia Duarte Salamanca llegó a Chilpancingo proveniente de Huayaquil, Ecuador. No perdió tiempo. A la mañana siguiente entrenaba en el dojo del Club Karate-Do Águilas de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro). Lo tenía claro: las medallas no se ganan solas.
Los últimos días de agosto y los primeros de septiembre, Bedelia participó en los Juegos Panamericanos Infantil y Juvenil, en Huayaquil, Ecuador, el resultado no fue el que esperaba: no logró ninguna medalla, en su primer combate quedó fuera.
Estos juegos fueron su primera participación internacional, formó parte de la selección mexicana en la que sólo dos guerrerenses estuvieron incluidos, ella y Saúl Grande García, un adolescente de 13 años.
“Íbamos con la esperanza de traernos una medalla; íbamos con toda la actitud, lo más positivos que se podía. Lamentablemente las cosas no se pudieron dar. Regresé con buen ánimo de seguir entrenando, de exigirme más, porque sé que es el comienzo y vienen cosas mejores”, cuenta.
Ya pasaron unos días de su regresó de Ecuador, Bedelia y su sensei, Ernesto Guzmán tienen clara la película de lo que pasó en la competencia. Tienen claro los errores, dónde deben corregir pero, sobre todo, saben que no pueden parar, que no pueden dejar de entrenar. Lo más visible de la participación de Bedelia en Ecuardo fue su inexperiencia.
Huayaquil, Ecuador
El 31 de agosto, Bedelia combatió contra la karateca salvadoreña, Gabriela Izaguirre, campeona en los últimos Juegos Centroamericanos.
Al principio, Bedelia llevaba la ventaja, comenzó ganando: los primeros golpes los asentó la guerrerense, cuenta el sensei.
Ambas tenían el peso y la edad similares, pero en estatura Gabriela rebasaba a Bedelia. La salvadoreña aprovechó su estatura, lo largo de sus brazos y sus piernas, pero su experiencia fue determinante para imponer a Bedelia.
La derrota entristeció a la guerrerense, aunque el buen ánimo que la caracteriza pronto hizo que se pusiera en pie. Siempre tuvo presente lo valioso que significó estar en Huayaquil. Estar en ese combate con la karateca salvadoreña era fruto de su esfuerzo, de mucho esfuerzo, de mucha disciplina. Estar en Huayaquil, dice Bedelia, le amplió el panorama de su deporte. Bedelia quiere llegar más lejos.
Ecuador, un logro de dos
Estar en los Juegos Paramericanos de Ecuador no sólo fue una experiencia para Bedelia, también para su sensei. En esta competencia, Ernesto se estrenó como juez internacional.
Ernesto había aprobado todos los exámenes para estar como juez en la competencia internacional. Bedelia entrenaba por las mañanas y las tardes en el dojo; Ernesto se preparaba para responder esas cincuenta preguntas que lo convertirían en juez internacional.
El resultado de Ernesto fue inmejorable: obtuvo noventa y seis puntos, es decir contestó correctamente cuarenta y ocho de las cincuenta preguntas del examen que lo convirtió en Juez C internacional.
“Yo he estado participando de juez a nivel nacional. Entones me dan la oportunidad de presentar ese examen. Es un examen difícil, teórico y práctico. Cincuenta preguntas todo en relación al reglamento”, cuenta Ernesto en el dojo del Club Karate-Do Águilas UAGro.
Bedelia se enteró que Ernesto sería juez hasta que llegaron a Ecuador. Fue una sorpresa para ella.
El karate para Ernesto es una pasión que comenzó hace muchos años con sus cuatro hermanos cuando llegaron a Chilpancingo de su pueblo, Zihuapoloya, municipio de Cuautepec, en la Costa Chica.
De los cuatro hermanos el único que continuó fue Ernesto.
El karate, dice Ernesto, es parte de su vida, de la historia de su vida y, sobre todo, de su presente: sus cuatro hijos lo practican y una de ellos, Meritxell Guzmán Morales, este año ingresó a la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos, en el área de karate.
Con Bedelia, Ernesto también cumple sus sueños, como el que logró en Huayaquil.
Esto apenas comienza
La derrota en Ecuador desmotivó por un momento a Bedelia. Un día antes era su cumpleaños y pensaba festejarlo con la medalla. Después reflexionó: este camino en el karate apenas comienza. Así que se animó y como lo hizo antes de partir a Ecuador, entrena cada vez que puede.
Su objetivo sigue siendo el mismo, ser una mejor deportista y, también, ganar medallas.
Estar en una competencia internacional a dos años de entrenar karate es el reflejo de todo el empeño que le ha puesto y, sabe, que pronto vendrán los resultados. Enfrentarse con competidoras de once país es una de sus experiencias más enriquecedoras.
En este camino, Bedelia no está sola, su familia está muy cerca de ella, siente su apoyo y también el de su sensei, que son sus pilares más importantes para no caer y avanzar.
El día que partió a los Panamericanos, su madre, sus hermanos y su cuñada la acompañaron sólo a la central de autobuses en Chilpancingo. Ahí le dieron una sorpresa: “Mis hermanos me estaban esperando ahí con una cartulina, con playeras que se mandaron a hacer: era una imagen mía donde decía Ecuador y una banderita de México y otra de Ecuador. Pues es una alegría grande, es algo increíble, que solamente la familia creo que siempre va a estar ahí”, recuerda emocionada Bedelia.
A pesar de los resultados, su familia recibió a Bedelia con una celebración. Con engaños, para que no se percatara de la sorpresa, Bedelia fue llevada hasta casa de su tía, donde le tenían preparado un pastel, mole verde con tamales y unos juegos para amenizar el festejo. En la pared colocaron globos y una cartulina que decía: feliz cumpleaños campeona. Bienvenida. Lucha por tus sueños #TequeremosBede.
Para ellos, Bedelia era una campeona.
Al siguiente día de su llegada, Bedelia comenzó sus clases de tercer grado en la preparatoria. Al entrar, sus compañeros la recibieron con porras, felicitaciones.
“Son detallitos que a mí me llenan el corazón de mucha alegría y de motivación para seguir entrenando más duro. Creo yo todavía tengo un futuro por delante dentro del karate vamos a trabajar más duro”, dice Bedelia con una sonrisa.
El Mundial de Karate, en la mira
“Venimos con el propósito de entrenar más, corregir esos errores que tuvimos allá. Creo yo que fue un problema de colmillo, de experiencia”, dice Bedelia.
Para Ernesto Guzmán, los Juegos Panamericanos sirvieron para identificar debilidades y fortalezas y en ello están trabajando.
El objetivo de ambos está en la siguiente competencia que se celebrará en Monterrey, Nuevo León, el próximo 27 de este mes, el mundial Outh League 2019 WKF y el Abierto Mexicano de Karate.
En esta ocasión, Bedelia no irá sola, estará acompañada por otros dos compañeros, Abraham Antonio Solano y Francisco Emanuel Ojeda Martínez, ambos de 16 años, también estudiantes de la preparatoria número 9 de la Uagro.
En los últimos días los entrenamientos son intensos.
Ernesto, el sensei, dice que Bedelia tiene fortalezas de sobra, principalmente la actitud de entrega que, se nota, cuando entrena.
“Yo le decía a Bede, cerramos un ciclo, un ciclo que inició cuando empezamos las participaciones con ese evento internacional. Ahorita iniciamos otro con lo de Monterrey. En enero vienen los procesos clasificatorios otra vez, los Centroamericanos, Panamericanos, hay que estar ahí en todos”, señala el sensei.
Este trabajo fue elaborado por el equipo de Amapola. Periodismo transgresor. Se autoriza su reproducción siempre y cuando se cite claramente al autor.