Texto: Itzel Urieta
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Esta mañana fue reanudado el transporte público en la capital entre el miedo de parte de los usuarios y los choferes, después de una serie de hechos de violencia donde los transportistas fueron asesinatos y sus unidades quemadas.
Fueron dos días seguidos que la capital de Guerrero estuvo sin transporte público por el asesinato de tres trabajadores del volante y la quema de una unidad de la ruta Los Ángeles-Mercado.
Camionetas Urvan de todas las rutas comenzaron a circular por las calles y colonias de la ciudad; todo parece estar en orden, pero los usarios y choferes de las unidades tienen miedo de más ataques o sucesos violentos.
Elizabeth Cortés Gómez espera una unidad del transporte en la parada del centro de la ciudad, necesita llegar a su centro de trabajo, una tienda departamental ubicada al sur de Chilpancingo.
Mientras espera una unidad dice: «Al parecer ya todo está bien, pero todavía hay miedo de que pase algo malo, qué tal si le toca la mala suerte a una de ir en una combi que es atacada. Nos subimos por necesidad, pero sabemos que hay riesgos».
Ayer Elizabeth caminó desde el centro de la ciudad hasta su trabajo, donde a pesar de la falta de transporte y los hechos violentos no hubo suspensión de labores.
«El asunto está en que muchos de los que van a la tienda van en carro, ahí parecía que nada pasaba, el problema es para nosotros que no tenemos como movernos», comenta.
Después de esperar un rato hoy abordó una unidad de la ruta Mercado-Río Azul, y antes de que suba ella y otros usarios el conductor hace una aclaración: «Sólo llego hasta el retorno de la Guardia Nacional».
Aún con la advertencia unas cinco personas abordan la unidad.
Elizabeth bajará mucho antes de entrar al corredor del Circuito Azul y los demás usuarios sólo buscan que los acerquen a sus destinos.
Esta unidad con normalidad recorrería otras tres colonias después del punto donde ahora retorna; el conductor por precaución dice no cubrirá toda la ruta.
«Sólo llego hasta el Cuartel (de la Guardia) porque ahí hay seguridad, ahorita hay retenes y hay mucha gente que llega de las rutas foráneas», dice el conductor.
El corredor Circuito Azul es la zona de acción que le atribuyen a Los Ardillos, grupo criminal que el gobierno federal nombró como el generador de acciones violentas que anteceden y suceden a los ataques del 8 de julio contra transportistas.
Ante la falta de transporte público, ayer muchos usuarios tardaron de 40 minutos hasta una hora para abordar una unidad.
Las pocas urvans pasaban llenas y hasta con pasajeros parados. Al ver esta situación, los usuarios optaban por caminar.
Los taxis que estaban en circulación eran pocos; también pasaban ocupados y subieron sus precios.
En días normales la cuota mínima es de 60 a 70 pesos, ayer los precios subieron a 80, 100 y hasta180 pesos, se quejaron algunos usuarios.
La noche de ayer, en una reunión entre el secretario General de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez; el secretario de Seguridad Pública del estado, Evelio Méndez Gómez, y líderes transportistas aglutinados en la asociación Movilidad Unión de Transportistas y Organizaciones del Estado de Guerrero (MUTOEG) acordaron restablecer el servicio del transporte público en Chilpancingo.
El acuerdo fue que colocarían filtros de seguridad en las entradas de Chilpancingo y en las bases de urvans más importantes para garantizar la seguridad a transportistas y usuarios.
En dicha reunión, Méndez Gómez dijo que se implementarian operaciones de seguridad en las zonas más transitadas de la ciudad, con la participación de policías estatales, y el respaldo de Guardia Nacional y Ejército.
Las agresiones contra transportistas comenzaron el 8 de julio pasado, con el asesinato de cinco choferes y la quema de cuatro taxis, en Chilpancingo y Tixtla.
Desde entonces la violencia se desató contra este sector de la población.
Las autoridades, en lo que parece una manera de evadir su responsabilidad, expusieron que esta ola de violencia es porque dos grupos armados con presencia en Chilpancingo pelean territorio.
Estos grupos tambien han exhibido relaciones políticas con ellos, como el caso de la alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, quien apareció en un video reunida con quien presuntamente es Celso Ortega Jiménez, lider del grupo criminal Los Ardillos.
Estas acusasiones contra la alcaldesa han sido a la par de la violencia en Chilpancingo.