Al vincular a proceso a quien fuera el encargado de despacho de la seguridad pública en Chilpancingo, acusado del asesinato del alcalde, la jueza aceptó varios elementos sin prueba que la Fiscalía presentó en su contra, como la supuesta vinculación con grupo del crimen organizado
Texto: Margena de la O
Foto: Especial
Chilpancingo
Martes 19 de noviembre del 2024
Aun cuando la acusación que sostiene la Fiscalía General del Estado (FGE) contra Germán Reyes Reyes como presunto responsable de ordenar el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, depende del testimonio de Cándido Pila Domitilo, quien ya está muerto, la jueza del caso vinculó a proceso al imputado.
De manera pública es conocido que el testigo está muerto. Su cadáver fue hallado en su domicilio el 6 de noviembre pasado en avanzado estado de putrefacción, de acuerdo con lo que está documentado en la prensa. Pero esta información todavía no es planteada como un argumento jurídico y la jueza de Control y Enjuiciamiento Penal, Yolanda Mora Silva, desconoce cuál es la situación actual del entrevistado, según lo expuso durante la audiencia de ayer en la que vinculó a proceso al imputado.
La FGE habría entrevistado a Pila Domitilo, de 69 años, el 27 de octubre pasado, donde expuso que escuchó a tres personas hablar del asesinato del alcalde y mencionaron que Reyes Reyes habría ordenado cometer el crimen en un rancho en Quechultenango. Esto es lo que Fiscalía presentó como datos de prueba de la probable responsabilidad de Reyes en el caso.
Durante la audiencia de ayer, donde fue definida la situación jurídica preliminar de Reyes, la jueza dejó claro que en el proceso de la siguiente etapa, donde quedaría establecida la sentencia del caso, la defensa podría pedir la presencia del entrevistado como testigo para corroborar lo que fue establecido por la FGE como elementos de prueba en esta fase preparatoria. Lo que resulta irrealizable porque la persona está muerta.
Lo único posible, que también planteó la jueza en la audiencia, es que puede ser citado el policía municipal que envió un correo electrónico a la FGE donde señala a Reyes, quien se desempeñaba como encargado de la seguridad pública de Chilpancingo, como responsable de ordenar el asesinato de Arcos Catalán, aun cuando este no reveló su identidad.
Esto es resultado de un ejercicio durante la audiencia que duró nueve horas con 40 minutos, en la que, primero, la defensa del inculpado trató de desestimar varios de los elementos de prueba presentados por la Fiscalía contra Reyes, segundo, esta dependencia en sostenerlos y, tercero, la jueza en señalar las carencias o ausencias de cada una de las partes.
Los argumentos de las partes
Uno de los argumentos que más trató de sostener la defensa de Reyes durante la audiencia fue que Pila Domitilo, el entrevistado por la FGE, no era un testigo que vio u observó que el imputado ordenara el asesinato de Arcos Catalán. También cuestionó la verosimilitud de su narración, por la poca probabilidad de que, a sus 69 años, retuviera una versión tan detallada y hasta con nombres completos.
Además de que sólo habría escuchado una llamada telefónica entre uno de los tres sujetos que lo retuvieron y, supuestamente, el encargado de la seguridad púbica de Chilpancingo.
¿Por qué Pila Domitilo tenía conexión con el caso? Los argumentos que expone la FGE son que esta persona acudió a Petaquillas, un pueblo de Chilpancingo, ubicado al sur de la ciudad, a vender frutas, verduras y encendedores el 27 de octubre, motivado por sus malas ventas de los últimos días en la capital, Chilpancingo.
Se instaló en la puerta de la iglesia y hasta ahí llegaron tres hombres armados que le cuestionaron su osadía de hacerlo. Estos hombres le exigieron 500 pesos de cuota, pero como no podía solventarlos por sus ganancias de unos 300 pesos por día, decidieron llevárselo en la camioneta en la que andaban a un rancho rumbo a Quechultenango.
En este trayecto el vendedor habría escuchado la llamada telefónica entre uno de los sujetos que lo retuvo y Reyes, quien habría dado la orden del asesinato de Arcos Catalán, porque se había opuesto a nombrar a más personas del grupo de Los Ardillos en su gabinete. Los tres sujetos que lo retuvieron los identificó como El Michoacano, El Jimmy y El Junior.
La defensa del inculpado consideró “inverosímil” la versión del testigo, valoración que el mismo Germán Reyes, secundó al tomar la palabra. “Misteriosamente surge un testigo que da una narrativa que no tiene lógica”, mencionó en su propia defensa.
Además hicieron notar que la entrevista de Pila Domitilo, a diferencia de todas las demás que presentó la FGE, no llevaba las firmas laterales ni las huellas del testigo, solo había una al final del documento, la firma al calce.
La defensa del inculpado también cuestionó que la Fiscalía presentara como elemento de la probable responsabilidad de Reyes en el caso de Arcos Catalán, una llamada que hubo entre ambos a las 11 de la mañana de ese domingo del asesinato, porque las antenas telefónicas de su móvil indican que salió de la zona de Galerías Chilpancingo, un conjunto departamental ubicado al sur de la ciudad, por la zona donde estuvo el alcalde antes de su muerte.
Reyes, quien antes se desempeñó como fiscal especial de Delitos Graves de la FGE, planteó en la audiencia sobre este elemento de prueba, que fue el alcalde quien lo llamó y que él tiene su domicilio en la colonia Balcones de Tepango, ubicada justo al sur de la ciudad. Además que las antenas telefónicas manejan un radar a la redonda del punto de donde sale la llamada. Antes la defensa expuso que es normal que un presidente municipal tenga comunicación con sus colaboradores.
La fiscal de la FGE ratificó cada uno de sus elementos probatorios presentados en la audiencia.
El papel de la jueza ante la indagatoria de la FGE
Durante la audiencia, la jueza Yolanda Mora Silva expuso la falta de corroboración en varios de los elementos de prueba presentados por la Fiscalía contra Germán Reyes, además de que dejó en evidencia a la fiscal a cargo del caso por desconocer la manera de conducirse en esta etapa jurídica preliminar.
Uno de los seis recesos que decretó fue para que la fiscal se espabilara y un par de veces la conminó a respetar su función, porque sintió que no le prestaba la atención, porque la investigadora hacía anotaciones cuando ella hablaba.
La jueza consideró improcedentes o expuso la falta de corroboración en varios de los elementos de pruebas presentados por la FGE en su investigación, entre ellos, que carecía de elementos de prueba para sostener la aseveración de que Reyes tenía una vinculación con Los Ardillos, porque no comprobó si son datos “objetivos” los recabados a través de lo que llamó “fuentes abiertas”, que son básicamente lo que está publicado en redes sociales.
Le puso la etiqueta de débil a elementos planteados por el testigo principal, en particular, por la falta de corroboración de la FGE. Cuestionó, por ejemplo, por qué no ubicaron el rancho de Quechultenango donde habrían asesinado al alcalde, sobre todo si tenían un testigo tan valioso. Más datos sobre la entrevista al testigo en el primer texto del caso.
La Fiscalía tampoco ha confirmado la existencia o identidad de los sujetos que habrían llevado al rancho donde ocurrieron los hechos al testigo, El Jimmy y El Junior. En el caso de El Michoacano tienen su nombre puntual, Marco Antonio Osorio Castrejón.
Les cuestiona, además, el estatus de la condición de Arcos Catalán al momento de su muerte, porque la dependencia investigadora solo acredita que lo decapitaron (o quitaron la cabeza). La jueza expuso que no hay una química forense que acredite que le hicieron esto en vida o bajo la influencia de alguna sustancia; tampoco hay certeza con qué (instrumento o artefacto) lo hicieron. “Debieron considerar que les faltaban datos periciales”. Lo que sí reportó la Fiscalía es que el alcalde todavía estaba vivo a las 15:54 horas.
Desestimó la llamada entre Reyes y Arcos Catalán a las 11 de la mañana del domingo 6 de octubre, porque no configura un elemento delictivo que una persona llame a otra, porque, entonces, la FGE tendría que considerar a todas las personas que hablaron con el alcalde ese día. Caso contrario, un fuerte elemento de prueba, planteó, sería lo que dijeron y el tono que usaron en la conversación.
Dejó claro también que la FGE no ha dado cuenta de Pila Domitilo, a quien, por cierto, en la etapa de averiguación lo identificaban como El Chavo, y después lo identificaron con su nombre, lo que tampoco justificó la dependencia.
A la defensa del exfiscal especial también le aplicó la misma dinámica. Les hizo saber que actuaban con un sesgo cuando decían que el testigo principal, por tener 69 años y estudios solo hasta secundaria, no podría dar una narración detallada, eso “sería prejuzgar”.
Sobre el caso de las firmas, aclaró, no existe una disposición expresa en la ley que plantee que las entrevistas, como elementos de prueba, deben llevar, además de la firma calce, las laterales y huellas del entrevistado, porque eso solo es el estilo de la Fiscalía.
Aun con todos estos elementos refutados, la jueza ordenó la vinculación a proceso porque había elementos de prueba que coinciden, en particular en la entrevista del testigo y correo electrónico anónimo, sobre una probabilidad de que Reyes ordenara el asesinato del alcalde, y para esta etapa preliminar, con eso bastaba.
La etapa donde todos los elementos deben ser argumentados, corroborados y fortalecidos es la audiencia de la sentencia, que ocurrirá hasta que la FGE concluya su investigación complementaria, para esto la jueza le otorgó un mes a partir de ayer. El plazo puede ampliarse.