Integrantes de un grupo de doce Servidores de la Nación en Jalisco relatan que cuando decidieron formar un sindicato fueron censurados por Bienestar del estado y no les renovaron su contrato.
Texto: Animal Político
Foto: Especial
17 de julio de 2024
Los Servidores de la Nación, encargados de entregar los programas sociales de la Secretaría de Bienestar, trabajan en jornadas de hasta 15 horas y han apoyado en campañas de vacunación, e incluso en la atención de desastres naturales, como el huracán Otis. Sin embargo, cuando pidieron vacaciones y materiales para realizar sus labores se los negaron, y cuando quisieron organizarse en un sindicato fueron despedidos.
Así ocurrió con 12 exfuncionarios de Jalisco, quienes decidieron conformar el Sindicato de Servidores de la Nación (SINASEN) tras no ser escuchados y ser censurados por parte de las autoridades de Bienestar del estado por exigir mejores condiciones de trabajo, lo que les costó que no les renovaran el cargo que llevaban ocupando desde 2019, cuando pasaron de la estructura de defensa del voto de Morena a funcionarios públicos encargados de la política social.
Animal Político consultó a la Secretaría de Bienestar sobre las denuncias de despidos injustificados y malas condiciones de trabajo de los Servidores de la Nación, sin que al momento de la publicación haya recibido respuesta.
Exservidores de la Nación: “bienestar es para afuera, pero no para trabajadores”
En la Secretaría de Bienestar, las personas encargadas de la operación de los programas sociales –políticas estrella del actual sexenio– están divididas en dos categorías: los Servidores de la Nación, que trabajan por nombramientos que se renuevan cada tres meses, y los trabajadores de Unidad Básica Administrativa (UBA), contratados por honorarios, mediante convenios que deben renovarse cada mes. En ambos casos se les pide desempeñar el mismo tipo de trabajo en horarios extenuantes y en malas condiciones, explica Alfredo Hamden, uno de los despedidos.
“Trabajamos hasta 14 o 15 horas, por ejemplo, cuando fueron las campañas de vacunación, o cuando nos pidieron ir en apoyo de los damnificados por el huracán Otis, lo hicimos sin problemas aún cuando no tuvimos siquiera oficios de comisión, con todo gusto, pero no es posible que no tengamos derecho a tomar vacaciones, que no nos den ni siquiera engrapadoras, grapas o plumas para hacer nuestro trabajo”, subraya Hamden.
Frente a estas situaciones, en Jalisco, tanto Servidores de la Nación como trabajadores UBA han reclamado que les den mejores condiciones de trabajo y que no se despida a quienes realizan estas exigencias, pero al no ser escuchados decidieron organizarse en el SINASEN, cuya conformación se dio a conocer el pasado 1 de mayo, durante la marcha del día del trabajo.
“Salimos a manifestarnos en la marcha y empezaron las amenazas de que nos iban a correr y que le iba a ir igual a quien hablara con nosotros, nos tuvieron aislados del resto de las personas y el día primero de julio se nos informó que ya no teníamos trabajo”, detalla Hamden.
Desde entonces, junto con sus compañeros han realizado movilizaciones en Jalisco para denunciar las irregularidades en su despido, sin que las autoridades estatales o federales de Bienestar les den respuesta. Ante esto, recurrieron a un juicio de amparo, con el que Hamden explica que buscan ser reinstalados o, al menos, liquidados.
Vamos a resistir hasta donde podamos, porque también necesitamos generar ingresos, vivimos al día, pero vamos a seguir en la lucha para que nos reinstalen, y si no, por lo menos nos den la liquidación como corresponde. Esperamos que, si no es para nosotros, al menos quienes lleguen a trabajar después a Bienestar tengan mejores condiciones”, expresa.
Servidores de la Nación: “esto pasa a nivel nacional, con diferentes delegados estatales”
“Hay muchos compañeros que llevan años luchando, otros llegamos con la defensa del voto, cuidando las casillas para evitar un fraude electoral en 2018 y ese mismo año nacimos como Servidores de la Nación, con el censo que hicimos para saber la cantidad de personas que requieren apoyos gubernamentales y dar a conocer los programas prioritarios del proyecto de nación de nuestro presidente López Obrador”, expone Abraham Ramos, otro de los despedidos.
Como parte de este trabajo, Ramos afirma que “hemos caminado bajo el sol, la lluvia, algunos compañeros recibieron levantones de la policía, mordeduras de perro, asaltos y hasta agresiones de ciudadanos, pero seguimos adelante porque creemos en el proyecto para que nuestra nación crezca”.
Sin embargo, señala que las condiciones han empeorado con el paso del tiempo, ya que han tenido que comprar sus materiales de trabajo e, incluso, “pagar los servicios como la luz, el internet y el agua en algunos Centros de Atención Regional, para lo que nos ha sido insuficiente el sueldo, provocando que muchos compañeros quedaran endeudados”.
El reclamo de estas situaciones, así como la conformación del SINASEN, provocaron que los trabajadores organizados recibieran una llamada telefónica en la que les mencionaron “que ya no nos había llegado nuevo nombramiento, y al preguntar cuál fue la razón de nuestro despido, simplemente no quisieron mencionarlo, además de que hay amenazas permanentes en contra de quienes no han sido despedidos, no les permiten dirigirnos la palabra”.
“Estamos dando evidencia de las formas de manipulación de este pequeño grupo que controla la Secretaría de Bienestar delegación Jalisco, aunque esto pasa a nivel nacional con diferentes delegados estatales y directores regionales”.
“Al convertirnos en servidores públicos, nos comprometimos con el pueblo a que ayudaríamos a terminar con la corrupción de raíz, con el régimen corrupto de injusticias y de privilegios, a no permitir el cáncer que está destruyendo a la Secretaría de Bienestar, ese es el compromiso de las autoridades con el pueblo, y nosotros también somos pueblo. No nos venderemos, seguiremos insistiendo hasta lograr justicia y respeto de los derechos laborales de todos los compañeros servidores de la nación“, enfatiza Abraham.
“¿Amor con amor se paga?”, preguntan extrabajadores despedidos
Marcela Martínez, una de las Servidoras de la Nación despedidas en Jalisco, detalla que “al igual que mis compañeros, viví un ambiente de abusos y amenazas a la orden del día, pero pienso que en mi caso todavía fue más injusto, porque yo sufro de anemia y me transfunden sangre, ellos lo sabían y aun así, cuando mi problema se agravó lo hice saber a mis superiores, pero me ignoraron y se negaron a tomar en cuenta mis comprobantes de incapacidad”.
En su caso, tuvo oportunidad de reunirse en cuatro ocasiones con el subdelegado de Bienestar en Jalisco, Diego Cornejo, a quien le expuso “las quejas por las situaciones que se estaban dando, pero a lo más me daba atole con el dedo, promesas de que las cosas iban a cambiar, pero al cabo de un año de estar platicando decidí sumarme a los compañeros que se estaban organizando”.
Junto con sus compañeros del SINASEN, enviaron documentos para solicitar una reunión con la delegada de Bienestar en Jalisco, Katia Meave Ferniza, “pero nunca nos dieron respuesta, ni a las solicitudes de vacaciones, ni a los reclamos por algunos despidos de compañeros Servidores de la Nación y UBA (de Unidad Básica Administrativa), y al contrario, en una ocasión que acudimos hasta sus oficinas para pedir una cita nos cerraron la puerta en la cara y apagaron las luces”.
Después de este episodio, Martínez fue informada de que su nombramiento como Servidora de la Nación no fue renovado, aunque ella asegura que siempre cumplió con su trabajo.
“A la delegada Katia Meave no le importan las condiciones en las que trabajan los compañeros con tal de sacar números, porque esos números le favorecen para quedar bien con la secretaria Ariadna Montiel, y son puntos para buscar otros puestos a costa del cansancio de los compañeros, de poner en riesgo su vida, porque como personas nosotros no le importamos nada”.
“Nosotros hacemos todo el trabajo, ganamos menos que los que están arriba, y a veces ni papel de baño o agua para tomar hay en las oficinas, es una vergüenza que luego llegan los adultos mayores al palacio de gobierno y nos piden un vasito con agua para tomarse una pastilla y no tenemos, ni siquiera grapas, ligas, marcadores o cinta para las cajas de los archivos, que por la austeridad republicana, pero parece que esta solo aplica para los Servidores de la Nación“, detalla Marcela.
La ex trabajadora destaca que gracias al trabajo que realizan los Servidores de la Nación “están los padrones de programas sociales, nos mandan casa por casa a distribuir apoyos aunque llueva, truene o relampaguee, capturamos, archivamos y hacemos de todo, pero para ellos esto no vale ni un centavo, porque no tienen consideración con nosotros… somos los más desprotegidos de la Secretaría del Bienestar“.
A pesar de la experiencia que ha tenido en la Secretaría de Bienestar, la ex servidora aclara: “nosotros estamos con nuestro presidente, los reclamos no son ataques contra él. Nosotros creemos que aquí hay varios funcionarios que están abusando, porque no puede ser posible que él hable en las mañaneras de derechos laborales e injusticias y esté pasando esto con los Servidores de la Nación“.
“Nos hemos llegado a preguntar si en Jalisco conocen la frase de López Obrador de que ‘amor con amor se paga’, aunque a estas alturas nosotros ya le ponemos el signo de interrogación: ‘¿Amor con amor se paga?’, porque después de andar por años trabajando en campo a favor del presidente, así es como nos pagaron”, lamenta.