Texto: Jesús Guerrero
Foto: Portal Oficial Evelyn Salgado Pineda
Viernes 3 de mayo de 2024
Chilpancingo
«Háganse a un lado que los puede atropellar alguna camioneta», grita a la gente un integrante del cuerpo de seguridad de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, quien asistió a una misa por la celebración del día de la Santa Cruz, en el barrio capitalino llamado Santa Cruz, en la zona norte de Chilpancingo.
Cuatro camionetas blancas con escoltas y una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública forman parte del equipo de seguridad de la mandataria estatal.
«Ya aumentó su seguridad la gobernadora, pero también la de todos sus familiares. Su mamá (María de Jesús Pineda), su hermana Liz, presidenta del DIF estatal, y hasta sus suegros tienen escoltas», reveló un agente de gobernación.
La mañana de este viernes 3 de mayo, se notó la movilización de camionetas y patrullas de la policía estatal en las calles del barrio de la Santa Cruz, donde viven familias tradicionales, muchas de las cuales han tenido cargos en los gobiernos estatal o municipal.
En este barrio vivieron los exgobernadores Alejandro Cervantes Delgado y Héctor Astudillo, así como varios exalcaldes de Chilpancingo.
La gobernadora Evelyn Salgado, acompañada por su mamá, María de Jesús Pineda; su hermana Liz y sus suegros, estuvo en la iglesia y permanecieron por casi una hora en la misa que ofició el párroco Gamaliel Villalobos
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Evelyn Salgado vestía un huipil rojo con bordados de varios colores.
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, no estuvo en la misa, como se acostumbra en este tipo de celebraciones, ya que según una fuente de la diócesis, el prelado realiza un recorrido en las comunidades en una misión pastoral.
Durante la homilía, el sacerdote Gamaliel Villalobos no hizo ninguna alusión al caso del obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, quien este jueves fue dado de alta de un hospital privado, a pesar de que sigue delicado de salud tras haber sido secuestrado, golpeado y drogado en el estado de Morelos.
La gobernadora Evelyn Salgado llevaba casi tres meses de no aparecer en público en Chilpancingo, luego de que en febrero de este año, en las calles de esta capital, se registraron balaceras, ataques y transportistas, hechos que paralizaron durante varios días este servicio y el cierre de las escuelas públicas y privadas.
En cuanto terminó la misa, Evelyn Salgado y su comitiva se retiraron; no se quedaron a comer el tradicional pozole para convivir con los habitantes de este barrio.
«Ya van a servir el pozole, el café y pan que trajeron de Chilapa», anunció el párroco Gamaliel Villalobos.
La gobernadora y su familia salieron del templo por la puerta trasera, hasta donde los siguió un hombre con un canastón repleto de frutas y una botella de rompope para entregárselo a la gobernadora, pero no lo recibió ella, sino uno de sus asistentes.
Enseguida, la gobernadora subió a una camioneta blindada, luego de que uno de sus escoltas le abrió la puerta.
Atrás de la camioneta donde viajaba la gobernadora, iban cuatro camionetas con escoltas.
Así, en menos de dos horas, concluyó la visita que Evelyn Salgado hizo a este barrio tradicional de Chilpancingo, donde hay una tregua pactada por los grupos criminales.