Texto: Margena de la O
Foto: Andrea Mendoza
Viernes 8 de marzo del 2024
Chilpancingo
“Soy feminista por mi propia historia”, se leía en una pancarta elevada sobre el contingente de mujeres que esta tarde transitó por las calles del centro de la ciudad para conmemorar el 8M, el Día Internacional de la Mujer.
Sí, cada una de las que participó llevaba consigo su propio proceso y circunstancias, porque la igualdad y la equidad no son una garantía para las mujeres, según las consignas que repitieron todas durante unas tres horas de protesta.
“¡El Estado opresor, es un macho violador!”, fue una de las que más gritaron y con eso pusieron en evidencia que la falta de garantías es un tema, particularmente institucional. De ahí se desprende todo. Las mismas historias de muchas lo ratifican y dan sentido a las palabras escritas en la pancarta.
Las hay en diferentes proporciones, muchas de ellas reflejan una serie de abusos y las luchas personales que han dado por salir de esas violencias, como Carmen León Rodríguez, una docente de la Escuela Normal Regional de la Montaña, ubicada en Tlapa, quien pasó por acoso y tocamientos del ex director del plantel, Saúl Rivera Mercenario; después por acusaciones de robo de recursos de un programa educativo por la misma persona, y una agresión sexual de un hombre que no identifica, pero que se aseguró de decirle que ya no hablara públicamente contra el ex director ni contra las profesoras que lo secundaron en desacreditarla.
La docente, que sigue laborando en la normal en medio de un ambiente hostil, denunció parte de su caso en el mitin, donde expuso que aun cuando ha expuesto su situación mediante denuncias formales en instituciones de Estado y al solicitar ayuda a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, no ha tenido atención. Después en entrevista expuso que ella supo de las acusaciones de robo cuando estaba en España, por una beca académica que ganó en 2022 para estudiar un posgrado, lo que la obligó a regresar para, después, enfrentar una serie de violencias.
La persona que la señala y le provocó daño, o sea el ex director, sigue en su lugar de trabajo como docente sin que ella tenga ninguna protección. Rivera Mercenario antes de ser director de la Normal de la Montaña, fue alcalde de Metlatónoc, otro municipio de la región.
En el contingente diverso, también estaba Frida, quien llevaba la lona con la imagen de la niña Tania Samantha Vélez Morales, quien ahora tendría 30 años. Fue su mejor amiga, la asesinaron en Hidalgo un día antes de cumplir 15 años y su agresor, quien era una persona con influencia en ese estado hizo desaparecer, se entiende, el expediente de su caso. Ahora que Frida vive en Guerrero y participó en esta marcha conmemorativa en Chilpancingo recordó a su amiga y desde acá reclamó por la justicia negada.
En un ejercicio por nombrar las historias de las mujeres que participaron en esta marcha y por las luchas que representan, se observó que el contingente era diverso, había de diferentes edades, pero destacaban muchas muy jóvenes por las consignas que gritaban y por las que escribieron en el pavimento de las calles, bardas y paredes de edificios públicos que visitaron.
Durante el trayecto, que fue de la alameda Granados Maldonado hasta el zócalo de la ciudad, después de dar vuelta en la plazoleta Unidos por Guerrero, el contingente pasó por la sede del Ministerio Público del Fuero Común, donde además de gritar consignas –“¡Denuncia archivada, mujer asesinada!”–, un grupo de ellas tapizó las paredes con las imágenes y los nombres de agresores de mujeres. La acción la repitieron en otros espacios públicos por los que pasaron.
Jorge Luis Monroy, Enrique Cazalez, Cuauhtémoc Barragán, Alejandro o Aldahir Batazar, Alexis Ariel García, Víctor Olivares, un maestro de nombre Alejandro, Miguel Ángel Rodríguez, César Garzón, Jesús Moreno, Francisco Pacheco, Luis Eduardo González, son algunos nombres que expusieron y escribieron en las calles de Chilpancingo.
En el contingente también había un grupo nutrido de estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) y se hicieron notar con sus consignas, con las que expusieron que no están dispuestas a dejar pasar más agresiones: “¡En la Uagro se encubre a acosadores!” y “¡No somos una, no somos 100, pinche rector, cuéntanos bien!”.
Otro contingente que tomó notoriedad en la marcha fue el de las niñas acompañadas por sus madres, sumadas a las consignas como todas.
Ahí estaba Lucero, de 10 años, quien participaba por primera vez y coreaba todas las consignas. “¡Mi mamá marchando, también está luchando!”, fue una de las que dijo. Junto a ella estaba Cristal, su madre, quien compartió que hasta ahora pudo llevar a Lucero porque en Acapulco, donde antes vivía, no le daba confianza hacerlo.
Desde el año pasado el contingente de madres con sus hijas es importante. “¡Las niñas no se tocan!”, gritaron muchas veces las marchistas hoy como una manera de exigir garantías para ellas.
Porque una situación que no fue obviada durante la protesta son las muertes y desapariciones de mujeres en Guerreo y el país. Durante el mitin, algunas de las oradoras, quienes participaron en la coordinación de la marcha, dieron algunos datos oficiales para exponer la situación: en Guerrero, unas siete de cada 10 mujeres de 15 años o más han experimentado algún tipo de violencia en sus vidas. En 2023 ocurrieron 126 feminicidios, y en lo que va de 2024 los números son: ocho feminicidios y 18 mujeres no localizadas.
Para cerrar el acto conmemorativo, las mujeres nombraron a sus hermanas asesinadas y no localizadas. Aquí los nombres de las víctimas de feminicidio nombradas: Ilze Melody, Brenda Yuritzi, Delfina, Briseida, Carina, Abelina, Marlene, Doris, Yanei, Julia Magdalena, Claudia, Griselda, Leslie, Teresa, Sandra, Margarita, Luis Fernanda, Cecilia, Ayelín Iczae, Frida Alondra, Gabriela Lizet, Ana Carolina. Para todas ellas la consigna fue: “¡Justicia!”.