Pezuapan, la zona arqueológica desconocida de Chilpancingo

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Texto: Alberto Ramírez Santos 

1 de febrero del 2024

Chilpancingo

 

La zona arqueológica Pezuapan (lugar de la gran barranca) está ubicada entre las calles Zirándaro y Coyuca de Catalán de la actual colonia Unidad Guerrerense, mejor conocida por los capitalinos como la Indeco.

A pesar de que está a unas cuadras de las instalaciones de la Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo, pocos habitantes de la ciudad de Chilpancingo conocen sobre su existencia.

“Es una zona arqueológica interesante de Chilpancingo, pero considero que hace falta la intervención de las autoridades para que se le dé un mantenimiento digno y se impulse su difusión y apertura al público”, comentó Moisés Nava, residente de la ciudad capital.

Mide aproximadamente media hectárea, está resguardada por malla ciclónica que impide el acceso libre a las personas que quieran entrar a explorar.

Está rodeada por decenas de casas. Es un lugar que el tiempo convirtió en un pequeño punto de historia, o de abandono, entre tanta urbanización.

La zona arqueológica Pezuapan desvalorada por los vecinos y el resto de habitantes capitalinos. Foto: Alberto Ramírez

Es un espacio de la historia de Chilpancingo en el interior de la mancha urbana, que las personas que habitan en las colonias vecinas tienen poco o nulo conocimiento de su existencia.

“Siempre la cultura, el arte y el deporte son rezagados en presupuesto, no es de extrañar que esta sea la situación con esta zona. Los vecinos pasan cerca y pocos saben que es una zona arqueológica y es porque no se le ha dado difusión”, lamentó Carlos Cabrera vecino de la colonia Los Ángeles.

La zona arqueológica no tiene la difusión necesaria, muchas personas de la ciudad ni siquiera saben de su existencia y otros solo saben que en la ciudad hay una zona arqueológica porque se han enterado por redes sociales, pero no saben su ubicación.

Los pocos capitalinos y foráneos que sí conocen de la zona consideran que hay mucho trabajo por hacer para que deje de estar en el abandono y se convierta en un lugar educativo y sobre todo, para que la gente pueda entrar, conocer y disfrutar de la historia del lugar y de Chilpancingo.

“Nadie hace nada por seguir la excavación”, “Años y años de abandono”, son comentarios que se leen en publicaciones de Facebook donde aparecen fotos de la zona arqueológica.

No hay alguna autoridad o institución que tenga la labor de estar en la zona para dar algún recorrido o explicación de lo que ahí sucedió o existe.

La zona arqueológica Pezuapan desvalorada por los vecinos y el resto de habitantes capitalinos. Foto: Redes

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la zona arqueológica Pezuapan fue descubierta en el año 1982.

En ese año, el Instituto Nacional de la Comunidad Rural y la Vivienda Popular (Indeco), realizaba trabajos para que, la entonces colonia Nicolás Bravo, se poblara y se urbanizara por el creciente aumento de la población de la capital.

Durante la urbanización de esa colonia, grandes maquinarias destruyeron parte de la base piramidal, por lo que el gobierno intervino. Llamó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Chilpancingo para que realizara los estudios de la zona.

Para ese momento, el lugar y su alrededor ya estaba ocupado por asentamientos humanos y ya habían realizado obras como drenajes y tomas de agua.

El gobierno en turno realizó el rescate de la zona a través de excavaciones. Halló muros, pisos y escalinatas.

Desafortunadamente, los vecinos aprovecharon para apropiarse de más territorios, por la noche demolieron los trabajos realizados.

Debido a estas acciones, el gobierno volvió a cubrir lo que ya se había excavado y la gente usó el lugar como basurero, dejaban ahí todo tipo de desechos.

Se ha estimado que la extensión del sitio abarcó cerca de 80 hectáreas.

Lo que queda de la zona arqueológica está conformada por un basamento piramidal de aproximadamente 50 metros por lado y 12 metros de altura.

El asentamiento Pezuapan alcanzó su máximo nivel poblacional entre los años 800 d. C. y el 1100 d. C. Sin embargo, según las evidencias, su origen data de muchos años atrás.

De acuerdo con los objetos encontrados y la arquitectura, a partir del año 900 d. C. presenta influencia tolteca.

Para la construcción de esta zona se utilizaron grandes bloques de piedra, también se usó la cal para elaborar los pisos y los acabados de la pared.

Se manifestaron características propias de la cultura Mezcala como los clavos decorativos.

En ese lugar se concentraron distintas funciones cívicas y administrativas. Se fusionaron los espacios palaciegos, religiosos, talleres de manufactura y cuartos de almacenamiento.

La población del Pezuapan dependía de muchos manantiales de agua a su alrededor, mientras que los plantíos de alimentos los regaban con aguas del río Huacapa.

La existencia de estos manantiales y del río Huacapa permitieron que el territorio del Pezuapan creciera y se convirtiera, probablemente, en uno de los asentamientos que controlaban las rutas o corredores que unían el centro de México con el Océano Pacífico.

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