Álvaro Suarez, un tatuador que va más allá de pigmentar la piel

Álvaro Suárez en el estudio 420 Tattoo, en el centro de Chilpancingo.

Texto y fotografía: Andrea Michelle Mendoza García

Chilpancingo

13 de noviembre de 2023

 

Álvaro Suárez (23 años) tiene un sueño como artista de la piel, quiere llegar a competencias internacionales y, para ello, a diario, se auto corrige en sus técnicas y pigmentación de colores en la piel, así como de la cicatrización y los resultados.

Su meta es representar a Chilpancingo en otros países y hacer saber que el talento guerrerense está presente. Sus trabajos más sobresalientes son de realismo.

Aunque sus habilidades artísticas fueron notorias desde su infancia, hasta los 17 años comenzó a practicar en naranjas, pieles sintéticas y en su propia piel con una máquina china de 300 pesos.

Su aprendizaje siempre fue empírico, con ayuda de algunos amigos locales aprendió técnicas de tatuaje, grafitti y muralismo.

Álvaro Martín Aparicio Suárez es el nombre completo del joven de 23 años, originario de Chilpancingo de los Bravo, que a su corta edad es considerado en su ramo, uno de los artistas mejor cotizados de la ciudad.

Álvaro es fundador y trabajador de tiempo medio en 420 Tattoo, estudio que comenzó a funcionar hace apenas un año. Es trabajador de tiempo medio pues cursa una licenciatura en Psicología en el Instituto Everest. Para Álvaro el tatuaje va más allá de dejar pigmentada la piel.

Los inicios de Álvaro fueron en Guadalajara, ciudad en la que en sus tiempos libres, acompañaba a un amigo para ver el proceso del trabajo y las herramientas utilizadas para la creación de un tatuaje. Seis meses después regresó a la ciudad de Chilpancingo donde comenzó tatuando en su casa, ya que no tenía los suficientes recursos para montar un estudio.

Para darle formalidad y profesionalismo, al término de su primer año formándose como tatuador, Álvaro decidió tomar seminarios y cursos fuera de Guerrero, en ciudades como Guadalajara, estado de Jalisco y Tulum, de Quintana Roo. En 2020 juntos con sus compañeros abrió El Cantón Estudio, para hacer tatuajes y perforaciones, en el que participaron otros artistas de la piel.

Álvaro Suárez en el estudio 420 Tattoo, en el centro de Chilpancingo.

Con la pandemia dicho estudio cerró sus puertas. Algunos tatuadores, comenta Álvaro, tuvieron que dedicarse a otras profesiones u oficios y otros, como Álvaro, decidieron sobrellevar la pandemia con poco trabajo, para no apartarse de su sueño.

Álvaro considera que, aunque se intenta tener una comprensión y difusión del arte, aún no se tiene una constancia del apoyo para artistas. «Cuando se llegan a ver exposiciones, concursos, o eventos de cualquier medio artístico no están bien enfocados, ya que los que realizan los eventos no son personas que estén enfocadas en el medio artístico o el medio local y resultan de una manera deficiente, se gasta más dinero en el mismo evento que en el apoyo económico a los artistas».

La persistencia y constancia de Álvaro hacen que sus proyectos a largo plazo no se vean tan lejanos, actualmente 420 Tatto cuenta con cuatro tatuadores, entre ellos Álvaro Suárez, Alejandro Tolentino, Emiliano «Satanases» y Alejandro Guadaña.

Álvaro agradece a su familia porque es el pilar para que su arte se haya vuelto su trabajo y su forma de vida, a sus amigos guerrerenses por haberlo formado como tatuador y a todos sus colegas que han estado con él en los proyectos de arte.

El estudio 420 Tattoo se ubica en el Centro de Chilpancingo, entre la calle Corregidora y la calle Ignacio López Rayón, la cotización y citas son por medio de su página de Instagram (@cuatroveinktetatto).

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