Hay muchos más muertos de los que dice el gobierno», asegura una mujer

Doña Susana Flores ( de blusa blanca) afectada por el huracán Otis recibe el abrazo de una de sus familiares

Texto fotografía: Jesús Guerrero

Acapulco

29 de octubre del 2023

Susana Flores, madre de Rafael, sobreviviente del huracán Otis y trabajador del yate Acarey, aseguró aquí en Chilpancingo, a donde se trasladó este domingo con su familia para comprar víveres, que durante la noche del martes 25 de octubre, murieron varios trabajadores de esa embarcación que se hundió en la bahía de Acapulco.

«Son muchos más muertos de los que dice el gobierno», sostuvo Susana Flores. Contó que hasta ayer sábado localizó a su hijo Rafael, quien resultó herido tras la destrucción del yate Acarey, del que era piloto. La embarcación, contó Susana Flores, se hundió en la bahía.

Denunció que los dueños del yate Acarey obligaron a sus trabajadores a quedarse en la embarcación la noche del 25 de octubre para que cuidaran del yate.

“Mi hijo afortunadamente sobrevivió pero otros trabajadores no lo lograron”.

Este domingo en las redes sociales se difundió la fotografía de un joven llamado Andrés que fungía como capitán del yate Acarey a quien hallaron muerto en la bahía.

“Amigos y familia lamentamos informar que el día de ayer pudimos encontrar a mi hermano Andrés, sin vida. Agradezco de todo corazón a aquellos que nos ayudaron compartiendo su información”, posteó Alex Soberano en su perfil de Facebook.

Este domingo, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda actualizó que la cifra de muertos es de 48 y 36 desaparecidos.

De acuerdo con lo que contó Susana Flores ella acudió este sábado el Servicio Médico Forense (Semefo) para ver si entre los cadáveres estaba el de su hija que no aparecía.

«Yo me metí al Semefo y había muchísimos cadáveres y apestaba bien feo creo que ya estaban en estado de descomposición», dijo la mujer.

Susana Flores encontró este sábado a su hija después de haber estado ilocalizable desde el martes 25 en la noche. No contó cómo y dónde la encontró.

«Mucha gente murió en el mar por negligencia de los patrones que actuaron de manera irresponsable el haber enviado a sus empleados a cuidar sus yates», contó la señora.

«Mi hijo (Rafael) está bien, un poco herido pero está bien pero no todos corrieron con la misma suerte porque la mayoría de los jóvenes murieron», relató Susana Flores.

Reportes oficiales señalan que en el Club de Yates hallaron personas que murieron por sumersión durante el huracán.

Susana Flores indicó que muchas de las personas fallecidas fueron recogidas a la orilla del malecón.

Empresarios de Acapulco aseguraron que la mayoría de las embarcaciones ancladas en diferentes puntos de la bahía de Acapulco fueron destruidas por el huracán.

«Los patrones de los yates sabían que sus embarcaciones iban a ser destruidas, no entiendo porque mandaron a sus empleados a cuidarlas, a que murieran».

A cinco días del paso del huracán Otis, cientos de personas se trasladan a Chilpancingo a comprar víveres en las tiendas y los mercados, como lo hizo Susana Flores y su familia.

«En Acapulco no hay nada que comer y la autoridad no hace nada y la despensa que nos da el gobierno es una burla porque es un paquete de sopa, arroz, frijol y aceite», se quejó.

En los últimos tres días, en las tiendas y mercados de Chilpancingo se ve a gente de Acapulco comprando víveres.

También en las gasolineras de esta capital hay largas filas para comprar gasolina.

Ya hay denuncias de que varios comerciantes subieron los precios de los productos.

Por ejemplo, en el Mercado Central Baltasar R. Leyva Mancilla, una tapa de huevo que costaba 80 pesos ahora la venden en 90.

«Una señora me contó que en el mercado de Acapulco la tapa de huevo la venden en 180 pesos», dijo una comerciante.

Agripino Baylón, vecino de la comunidad de Llano Largo, en la zona rural de Acapulco, dijo que después del saqueo a las tiendas departamentales y también a los pequeños negocios familiares ahora se meten a las casas a robar.

«Ya está muy feo en Acapulco y el gobierno no hace nada, ni siquiera nos han llevado ayuda».

Agripino Baylón es taxista y vino a Chilpancingo a surtir la despensa que, según él, le durará tres días, por lo que regresará a esta capital a realizar más compras.

Aunque la Autopista del Sol y la entrada de Acapulco es de alto riesgo por los asaltos, la gente se traslada a Chilpancingo a comprar víveres y gasolina.

Por ejemplo, este domingo, la familia Baylón se trasladó en su vehículo y su estancia en Chilpancingo fue de poco tiempo para estar en Acapulco antes de que anochezca.

«Ahora ya no solo es la falta de servicios como la luz y el agua, ahora uno se tiene que cuidar hasta de tu integridad física porque ahorita no hay gobierno en Acapulco».

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