Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa Lucena y Jesús Guerrero
En cada proceso electoral siempre salen de la cloaca personajes que muchas veces pensamos que estaban acabados por su trayectoria nefasta. !Que ingenuos somos! Otra vez están de vuelta buscando continuar en el poder o sellar de nuevo sus pactos de impunidad.
El miércoles 4 de octubre la aspirante presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo, ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, visitó Chilpancingo; varios personajes de la política guerrerense se presentaron ante la ungida por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum Pardo se reunió en privado con morenistas y luego encabezó un mitin, ahí dictó su objetivo a los morenistas y al clan de los Salgado, fue contundente: «carro completo» para las elecciones del 2024.
Les pidió una práctica, que también pensamos, estaba extinta, el deseo del viejísimo PRI: arrasar en las elecciones.
¿Cómo lo lograba el PRI? Con toda la estructura del gobierno. Eran elecciones de Estado. No había otra forma.
En palabras simples, la petición de la ex jefa de Gobierno de la CDMX es que Morena debe ganar las elecciones como sea “el fin justifica los medios» como dijo Nicolás Maquiavelo. No importará de dónde salga el dinero para las campañas y cómo lleguen los votos a su favor a las urnas.
En Oaxaca, Sheinbaum Pardo experimentó la rechifla por recibir adeptos de cualquier origen (partido), e incluso, la “coordinadora” tuvo que pedir que la dejaran hablar por los silvidos en contra del ex candidato a gobernador por el PRI, Eviel Pérez Magaña, quien la acompañó y se sumó a Morena.
En Guerrero el caso fue diferente, pero también se presentaron “los indeseables”.
La aspirante presidencial acompañada de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, arribó al lujoso hotel Holiday Inn. La primera en tomarse una fotografía con Sheinbaum Pardo fue la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez.
Sheinbaum Pardo recibió un regalo de la alcaldesa y posó con ella, sabiendo la reciente historia de su compañera.
Hernández Martínez andaba como pez en el agua. Estuvo presente en la reunión privada, en primera fila en el mitin en el Zócalo y también contribuyó: acarreó a colonos y puso a disposición la estructura del Ayuntamiento.
En Guerrero de ser “una gran aliada”, Hernández Martínez se convirtió en una indeseable en Morena, luego de que fue expuesta en videos, fotografías y audios en un encuentro con Celso Ortega Jiménez, líder de la organización criminal de Los Ardillos.
Para Morena y Sheinbaum Pardo esa reunión ya quedó en el pasado.
En la lista de impresentables también se vio a otros políticos con un pasado oscuro.
Por ejemplo, David Jiménez Rumbo, ex líder estudiantil de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), ex senador, ex diputado local y ex diputado federal del PRD, aunque también ha militado en el PRI, PAN y MC, ahora se une a la causa morenista.
En 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) requirió a Jiménez Rumbo la comprobación de 586 millones 27 mil pesos de recursos del Fondo para la Infraestructura Social (FIS) que en su calidad de secretario de Desarrollo Social durante el gobierno de Ángel Aguirre Rivero no dispersó a 51 municipios de alta marginación.
También se le acusó como diputado local de recibir «su cajita feliz» del gobierno que encabezó, el priista, René Juárez Cisneros.
Jiménez Rumbo tiene en su currículum ataques contra el EZLN, e incluso, contra López Obrador durante su lucha poselectoral del 2006. Este personaje era parte del grupo político de Armando Chavarría Barrera, asesinado a balazos en agosto del 2009, en la administración de Zeferino Torreblanca Galindo.
Aun con esos antecedentes Jiménez Rumbo, es la nueva adquisición de Morena.
Otro político presente en el acto de Sheibaum fue el ex alcalde de Chilpancingo, el ex priista Marco Antonio Leyva Mena, quien tuvo un mandato polémico por su enfrentamiento con el entonces gobernador Héctor Astudillo Flores, pues provocó la ira de éste al grado que promovió su revocación de mandato en el Congreso local, donde la mayoría era priísta.
El argumento que utilizó Astudillo y los diputados locales para revocarle su mandato a Leyva Mena fue su negligencia en atender el problema de la recolección de basura que originó una alerta sanitaria emitida por la Secretaría de Salud estatal.
Leyva Mena no es nuevo en Morena, fue asesor de Olga Sánchez Cordero, cuando estuvo al frente de la Secretaría de Gobernación en este gobierno de López Obrador. El ex priísta en el 2021 también operó en la campaña para que ganara la gubernatura Salgado Pineda y ahora está a favor de Sheinbaum.
Otro que busca la redención en Morena es Ricardo Taja Ramírez. Si había algo de lo que le gustaba presumir era de haber conseguido el mayor número de votos para el PRI en una elección por la presidencia municipal de Acapulco.
Poco le importaba que hubiera ganado la elección, porque en realidad perdió dos veces, en 2018 y 2021.
El también ex diputado federal en septiembre de 2022 renunció públicamente al PRI, y reapareció en la última visita de Sheinbaum a Guerrero.
Ricardo Taja también saludó a Sheinbaum en el hotel Holiday Inn. Muy pocos medios dieron cuenta del suceso, pero él no dejó pasar inadvertida su presencia dando declaraciones y difundiendo fotografías.
El acercamiento parecía fortuito. Sin embargo, Ricardo Taja un día después publicó en su cuenta de Facebook otra fotografía de una reunión en la Ciudad de México con Mario Delgado Carrillo, el dirigente nacional de Morena.
Ricardo Taja llegó al PRI apadrinado por Astudillo Flores y renunció luego de que su hermano y él no lograron competir por la dirigencia estatal.
En varias ocasiones, Ricardo criticó a Alejandro Bravo Abarca, actual dirigente del PRI en Guerrero, al señalar que fue una imposición de Astudillo Flores, pues fue el jefe de la Oficina del Gobernador en su administración.
Taja Ramírez sostuvo que el PRI en Guerrero era controlado por tres familias y que «los caciques» buscaban imponer a sus hijos y esposas en los principales cargos. Se refirió a Astudillo Flores, a Manuel Añorve Baños y a Juárez Cisneros.
Tras el berrinche, Pilar Vadillo Ruiz, actual secretaria general del Comité Directivo Estatal del PRI contraatacó. Le dijo que era un «malagradecido» porque él y su hermano, Javier Taja, habían sido beneficiados en el gobierno de Astudillo Flores.
Javier Taja, el hermano de Ricardo, conocido empresario de la construcción, con Astudillo Flores fungió de manera estratégica como titular de la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero (CICAEG).
De Ricardo Taja se han dicho muchas cosas. Por ejemplo en 2018 en una conferencia de prensa en Acapulco en medio del proceso electoral, el entonces coordinador de los diputados federales del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, lo acusó de que era financiado por la delincuencia organizada.
Zambrano Grijalva dijo que era “un secreto a voces en Acapulco” y que se hablaba de una oscura relación con grupos «indeseables» del candidato del PRI.
“Son de la delincuencia organizada los que se habla que tiene vínculos y que le está inyectando dinero sucio a la campaña. Por eso la PGR debe poner atención, investigarlo e indagarlo”, fueron parte de las declaraciones de Jesús Zambrano.
El candidato en ese entonces del PRD para la presidencia de Acapulco, era el actual diputado local por Morena, Joaquín Badillo Escamilla, quien todavía busca ser alcalde.
Un par de años antes, en mayo del 2016, en unas narcomantas dirigidas al entonces diputado federal Ricardo Taja, le exigieron cumplir con lo ofrecido al haber recibido dinero para financiar campañas políticas.
“Diputado Ricardo Taja Ramírez no olvide los compromisos que adquirió al aceptarnos el dinero para la campaña del gobernador cumple como hombre lo que prometiste. Atentamente: Pedrito A”, se leía en aquellas mantas.
Lo que busca Ricardo Taja ahora en Morena no es o será una sorpresa. Es claro que puede ofrecer a Sheinbaum, dinero y algunos votos, porque Taja Ramírez también ha formado cierta estructura.
Uno de los hombres cercanos a los hermanos Taja ya tiene rato que deambula en Morena, se trata de Yoshio Ávila, quien también aspira a gobernar Acapulco, y que en el proceso interno del partido de López Obrador se plegó al ex secretario de Gobernación, el tabasqueño, Adan Augusto López.
Lo que nos da una gran pincelada de quién es Ricardo Taja, es su frase en contra de la actual alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, cuando en una entrevista en 2021 aseguró que la candidata por Morena «al no tener hijos, no podría gobernar Acapulco como él, que es padre de familia».
Por su tajante declaración, los tribunales se encargaron atinadamente de anotar a Ricardo Taja en la deshonrosa lista de violentadores políticos de género.
Parece que la cúpula nacional de Morena (Mario Delgado) y la familia de Guerrero (los Salgado) ya le dieron entrada a pesar de todo lo anterior a Ricardo Taja.
Además, el propio mandatario federal ha dejado ver que mientras no sean críticos con su gobierno y apoyen sus decisiones son bienvenidos a Morena, y atrás quedará su pasado político.
Ricardo Taja ahora comienza su camino de la redención en Morena, en busca de la alcaldía eterna que parecía ya no conseguiría con el PRI.
El único problema es que en Morena está dura la pelea por la candidatura en Acapulco. ¿Cómo convencerá a Mario Delgado para sobresalir por encima de Yoloczin Domínguez Serna, la diputada local y cercanísima de la gobernadora y del secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso; de Joaquín Badillo, también diputado local quien anda pegado a Félix Salgado; de Abelina López Rodríguez, que busca la reelección, aunque no es de la gracia de las dirigencias por apoyar a Marcelo Ebrard; y de Yoshio Ávila, que también tiene ganas?
Otra que estuvo presente en el evento de Claudia fue la alcaldesa de Tlacoachistlahuaca, Yareth Saraí Pineda Arce, quien en 2021 llegó al poder en este demarcación de la Costa Chica por el PRD.
El padrino político de Yareth es Carlos Reyes Torres, quien junto con Celestino Cesáreo Guzmán en su corriente Alternativa Democrática Guerrerense (ADG), la impulsaron.
Según la propia edil fue “asesora legislativa” en 2018 en el Congreso del Estado, en el periodo que Cesáreo Guzmán fue diputado local. Pineda Arce renunció desde hace meses con discreción al PRD.
Desde que inició su administración se le vio cercana a la gobernadora Evelyn Salgado, aunque no es su única amistad, pues también desde el PRD compartió momentos con Celeste Mora Eguiluz.
Durante la reciente visita de Sheinbaum a Guerrero, Pineda Arce dispuso a la aspirante presidencial de mujeres productoras de ropa con bordados para que ésta posara, se tomara videos y fotos. Además estuvo presente en su mitin político en el Zócalo.
Ese mismo día, Pineda Arce hizo público un mensaje en su página de Facebook de su deslinde del PRD: “He tomado la decisión de sumarme incondicionalmente al proyecto que encabeza la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo y a los principios que enarbola el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA)”.
“Bajo este escenario, y como parte de mi responsabilidad pública, reconozco la capacidad y la sensibilidad de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, para encabezar la coordinación nacional del movimiento más grande e importante en la vida de los mexicanos…Celebro hoy su visita a nuestro Estado, donde tuve la oportunidad de saludarla”, se lee en el mensaje de la alcaldesa.
En la publicación de Pineda Arce, el actual dirigente estatal de Morena, Jacinto González Varona, le escribió: “Bienvenida a #morena”.
Los aires purificadores de la corrupción están por todo el estado. Otro migrante político es el alcalde de Tecpan, Jesús Yasir Deloya Díaz, quien se reeligió en 2021 por la alianza PRI-PRD, pertenecía a la corriente Movimiento Independiente Progresista (MIP) del cuestionado ex alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, su padrino político.
Deloya Díaz renunció al PRD el 17 de julio de este año. También estuvo presente en el zócalo de Chilpancingo en la visita de Sheinbaum.
Días antes, el domingo 1 de octubre, dio su quinto informe de gobierno, y lo acompañaron las cúpulas guerrerenses de Morena, González Varona; el delegado del Bienestar, Iván Hernández Díaz; y la mano derecha de los Salgado, Jesús Eugenio Urióstegui García.
Con dos períodos cumplidos, Deloya Díaz sabe que migrar a Morena le puede facilitar su aspiración a una diputación local.
Es claro que estos personajes buscan cargos públicos, protección, impunidad y poder sumándose a Sheinbaum.
La clase política de “los de siempre”, pequeños grupúsculos pervertidos que llegan en manada a Morena, el partido del momento en el que las dirigencias demuestran con su nula ética y moral política, que más rápido que otros partidos Morena entrará con las mismas prácticas en la catarsis decadente que hoy viven el PRD, PAN y PRI.
CHIRRIONAZO. Si en Morena la batalla interna dará nota en las próximas semanas, porque el clan de los Salgado impondrá a sus candidatos a cargos de representanción popular, en el frente opositor PRI, PRD y PAN también se darán con todo. Resulta que el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano alías «el tragabalas» ya lanzó al ruedo a Evodio Velázquez para que la alianza Frente por México lo postule como cabeza de fórmula de candidatos a la senaduría en Guerrero. Obvio que los meros caciques del PRI, Héctor Astudillo, Manuel Añorve, Mario Moreno y Rubén Figueroa Alcocer, ven este nuevo lance de la dupla Zambrano-Evodio como un «show» para presionar y ver que dividendos nuevos sacan en este proceso electoral del 2024. Por cierto en el lujoso hotel de Chilpancingo donde Zambrano se reunió con sus huestes se les vio muy moviditos al político multicolor (porque ha militado en varios partidos) Ramiro Solorio Almazán y al panista Carlos Arturo Millán Sánchez. Locorio, perdón, Solorio, se reunió con Zambrano y ese mismo día publicó en su facebook que será candidato a la alcaldía de Acapulco por el Frente. La pregunta es, ¿Millán también se reunió con el tragabalas?