El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de México tiene un subregistro de los casos de migrantes desaparecidos, lo que dificulta que sus familias hagan búsquedas y tengan certeza de lo que les ocurrió.
Texto: Rosario Marina, Verónica Liso, Gabriela Villegas y Andrea Godínez /Animal Político
Fotografía: Andrea Godínez
“La situación de violencia que se vive en el país satura a las fiscalías y en muchos estados no hay recursos suficientes para el día a día”.
Jairo Hernando Vivas, experto en identificación humana del Grupo Coordinador del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF)
La Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) publica solo el 9.6% del total de reportes de migrantes desaparecidos que tienen las fiscalías en México. Este subregistro se halló al solicitar a las 32 fiscalías locales las cifras totales de migrantes desaparecidos entre 2017 y 2022, a través de pedidos de acceso a la información pública.
Tras recibir 26 respuestas, se concluyó que hay, al menos, un total de mil 270 migrantes reportados como desaparecidos ante las fiscalías locales, pero la cifra es muy dispar a la mostrada públicamente. La CNB solo ha contabilizado 124, en ese mismo periodo, es decir, una brecha abismal. Luego de insistir seis meses por una entrevista, la autoridad mexicana dijo que tenían alrededor de mil 300 inmigrantes contabilizados como desaparecidos en una base de datos, que se negaron a compartir porque está en una “fase de homologación”.
Una necropsia “bien hecha” toma de entre tres a seis horas completarla, pero algunas fiscalías locales en México solo tienen un médico forense para 12 horas y llegan a hacer hasta 10 necropsias. ¿Cuántos médicos forenses se requieren para los más de 50 mil cuerpos sin identificar en México? ¿Y cuántos se necesitan para devolver a las familias de Guatemala los restos de sus migrantes hallados muertos aquí?
Jairo Hernando Vivas, médico forense experto en identificación humana del Grupo Coordinador del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), cuenta la complejidad que hay en las fiscalías locales, más en las que tienen alto índice de muertes violentas, para tratar la crisis forense en México.
“Uno mira cómo están trabajando los colegas y no tienen el tiempo suficiente para hacer una autopsia, para dejar registro de toda la evidencia necesaria, no solo para la identificación, sino para la investigación del crimen. Entonces, también es entendible”, dice el médico. “Mirar los toros desde la barrera es fácil, pero ¿qué está ocurriendo en ese momento? ¿Por qué no lograron identificar estos cuerpos?”.
Estas mismas fiscalías locales, que tienen la custodia de los cuerpos, son las que deben enviar las carpetas de investigación sobre desaparición de personas a la Comisión Nacional de Búsqueda para completar el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
Cualquier ciudadano, periodista o integrante de una ONG que quiera consultar ese Registro Nacional para saber cuántos inmigrantes hay reportados como desaparecidos se topará con un abismal subregistro.
La CNB publica solo el 9.6% del total de reportes de migrantes desaparecidos que tienen las fiscalías en México. Este subregistro se halló al solicitar a las 32 fiscalías locales las cifras totales de migrantes desaparecidos en México, entre 2017 y 2022.
Tras recibir respuesta de 26 fiscalías, se concluyó que hay un total de mil 270 migrantes reportados como desaparecidos ante estas oficinas locales, pero la cifra es muy dispar a la mostrada públicamente. La CNB solo ha contabilizado 124, en ese mismo periodo, es decir, una brecha abismal entre el total de reportes de las fiscalías y lo publicado en el Registro Nacional. Sobre los migrantes desaparecidos y hallados muertos, las fiscalías respondieron a tener un total de 64, pero la Comisión Nacional de Búsqueda solo registró dos.
Para obtener estas cifras, este equipo de investigación envió 157 solicitudes de acceso a la información a gobiernos estatales y federales, e incluso a la misma Comisión Nacional de Búsqueda.
Además, sometió recursos de revisión con fiscalías como la de Nuevo León que, en un principio, alegó que le era “humanamente imposible” saber cuántas carpetas de investigación y reportes de inmigrantes desaparecidos tienen.
La CNB acepta que hay un subregistro en los reportes de inmigrantes desaparecidos
Tras procesar los datos se llegó a la conclusión de que hay un subregistro en el Registro Nacional, mismo que aceptó la Comisión Nacional de Búsqueda.
Pero, ¿por qué existe un subregistro si la principal fuente de información de ese registro nacional son las fiscalías locales?
Se requirió a la CNB saber por qué las fiscalías estatales, en solicitudes de acceso a la información, respondieron que tenían reporte de mil 270 inmigrantes desaparecidos, cuando la cifra pública de su registro es de apenas 124.
Luego de insistir seis meses por una entrevista, la CNB accedió y dijo que tenían alrededor de mil 300 inmigrantes contabilizados como desaparecidos en una base de datos, que se negaron a compartir al decir que está en una “fase de homologación”.
“Nuestra cifra que nosotros manejamos en nuestra dirección de búsqueda de personas migrantes son alrededor de mil 300 personas, justamente caracterizando los casos de los que tenemos conocimiento y damos seguimiento y que luego se está haciendo su búsqueda”, mencionó Sonja Perkič, directora general de Acciones de Búsqueda de la CNB.
En entrevista para esta investigación, aceptó que existe un subregistro público en la RNPDNO y lo atribuyó a que los reportes hechos carecen de certeza y que esos datos “no tienen suficiente información para poder rastrear”.
Entonces, ¿lo que marca la base pública nacional es un subregistro?, se le cuestionó.
“Sí, de hecho nosotros estamos conscientes de este subregistro porque justamente es difícil rastrear la información. Te repito, son casos que estamos preparando y rastreando para tener una información certera”, dijo Perkič.
Retrospectiva forense: el reto de México de identificar los cuerpos de años anteriores a 2019
Entre los más de 50 mil cuerpos no identificados en México, el MEIF no descarta que haya migrantes, pero saber a quiénes pertenecen lo hace muy complejo, considerando el rezago que tiene el país en atender la crisis forense.
“Nosotros partimos de cuerpos que no tienen nombre y, por lo tanto, no tenemos un indicio, poniéndolo en esos términos o sospecha alguna, de que se puede tratar de un migrante”, dice Jairo Hernando Vivas, médico forense experto en identificación humana del MEIF, y agrega: “Eso lo hace mucho más complejo y exigente”.
“¿Qué va a ser lo más difícil? Si bien es difícil trabajar o tener información de las personas dadas como desaparecidas en el país, mucho más difícil va a ser tener la de otros países”.
El MEIF trabaja para mejorar la información que recolectan y someten las fiscalías locales al hacer exhumaciones de restos hallados de 2019 hacia atrás. Ahora, trabajan con al menos tres fiscalías locales, las de San Luis Potosí, Zacatecas y Tamaulipas, en un proyecto de identificación retrospectiva para estudiar los cuerpos que están sin identificar en las morgues.
En la entrevista aclara que ellos solo dan la metodología a las fiscalías e intentan hacer los match del ADN con nombres de las bases de datos de personas reportadas como desaparecidas o no localizadas. “Los dueños de la información siguen siendo las fiscalías estatales”, reiteró, y agregó: “Todo el tiempo tanto la información como el cuerpo sigue en custodia de las fiscalías”.
Sin embargo, el trabajo con las fiscalías se da con convenios, a los cuales estas no están obligadas a firmar o seguir. Por lo tanto, para trabajar con el MEIF deben confiar en la “voluntad política”.
Buscar desde Centroamérica
Cecilia Delgado Grijalva es una buscadora mexicana. Ella fundó Buscadoras por la Paz, un grupo de madres buscadoras de Hermosillo, Sonora, cuando desapareció su hijo, que tiempo después encontró muerto. Ahora busca también a su sobrino.
Una madre que sale al campo con un pico y una pala para darle, al menos, un descanso en paz a su hijo, es testimonio vivo de la grave realidad que atraviesa México. Pero, también lo es de la lucha y persistencia de estas mujeres que no dejan de buscar.
A ella acuden, por teléfono o redes sociales, madres de Centroamérica, Guatemalaen particular, para pedirle su ayuda.
“Tengo muchos casos en la página de madres que pierden a sus hijos en camino al sueño americano. Me hablan llorando, me dicen que estaba en un lugar cuando fue la última vez que se comunicó con ellas. Y nosotras no tenemos el acceso rápido a una búsqueda inmediata. Eso nos mata, no poderlas ayudar al 100%. Puedo ayudarles a difundir su ficha de búsqueda pero muchas veces están en otros lugares, como Tamaulipas, y no tenemos acceso. Y pues la verdad que siento su sufrimiento y más porque ellas no pueden estar acá en México”, contó Cecilia en medio de una búsqueda en marzo.
“Las vuelven a revictimizar cuando ellas piden su visa humanitaria para venir acá a buscar a sus hijos. Se encuentran con muchas trabas”, explicó. “Sufrimos lo que ellas están sufriendo y sabemos lo que es ese dolor”.
Esta investigación fue realizada gracias al apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).
Este es un contenido exclusivo de Amapola periodismo para Animal Político.