Hasta hace un par de años, en los hospitales de México no había intérpretes de lenguas indígenas. En San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una organización llamada Ixchel empezó un programa de intérpretes en servicios de salud que podría sembrar la semilla a un cambio nacional
Texto: Arturo Contreras Camero / Pie de Página
Foto: Cortesía Ixchel, acompañamiento en salud.
14 de julio del 2023
Ciudad de México
Hasta antes de la pandemia por covid19, en ningún hospital del país había intérpretes de lenguas indígenas. Ante la emergencia sanitaria, una asociación civil en Chiapas empezó a llevar intérpretes a los hospitales de San Cristóbal de las Casas. Hoy, el trabajo de Ixchel, acompañamiento en salud, perfila una ley y la réplica del sistema de intérpretes en otros hospitales.
“A nivel legislativo nos dice que se debe contar con intérpretes, pero sólo en el área jurídica. Nosotras empezamos investigando en qué otro estado se está impulsando algo parecido, y somos la primera organización a nivel nacional que cuenta con intérpretes en salud, de manera presencial, en hospitales públicos. Nos queda claro que es un servicio básico, que debería cubrir el servicio público, pero no es así”, dice sobre la ruta de este proyecto su coordinadora, Lorena Gaspar.
Lo más normal en todo el país, explica la coordinadora de Ixchel, es que entre el personal de los hospitales haya alguien que hable alguna lengua indígena y así resuelven algunos problemas de comunicación, por esta razón, afirma, es necesario que haya intérpretes dedicados a la ayuda de pacientes.
“Lo que nosotras buscamos es hacer un cambio sistémico, a nivel local, estatal, a nivel institucional, y eventualmente federal. Nosotras plasmamos que existe una necesidad real, no solo en Chiapas”.
-Lorena Gaspar, coordinadora de Ixchel.
El proyecto inició en el Hospital de las Culturas de San Cristóbal y se fue extendiendo poco a poco. Primero al hospital materno del municipio, y después al Hospital de la Mujer.
Eventualmente la voz se corrió, y el programa llegó al hospital del IMSS en San Cristóbal. Las intérpretes de Ixchel acompañan a los pacientes y sus familiares desde la entrada al hospital, hasta su paso por los consultorios y los laboratorios hasta que les dan el alta.
«Ha sido una labor muy bonita, con todo el sentido de la palabra, porque estamos en un espacio donde llegan personas de pueblos indígenas que desde la entrada en el hospital no saben a quién hablar, cómo acercarse con los médicos, cómo pedir una cita, por qué están llegando. Cuando les ofrecemos el servicio, siempre recibimos expresiones buenas de que haya alguien en el hospital que los apoya”, cuenta Lorena.
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Cambia vidas
Sin este programa, muchas personas podrían no seguir con vida, considera Estela Sánchez Méndez, una de las intérpretes del programa Ixchel.
Estela recuerda el caso de una mujer que entró al hospital con su bebé. Ella no hablaba español, su madre y su padre habían muerto y sus hermanos vivían lejos. Su esposo, quien sí hablaba español y con quien había llegado, estaba borracho y quería llevársela a su casa.
“Nos dimos cuenta que necesitaba apoyo emocional, que necesitaba un espacio donde resguardarse y que iba a ser de cuidarla bastante. Ella fue agredida por su esposo, y su bebé quedó internado en el área de Ucin (por las siglas de Unidad de Cuidados Intensivos). Él le echaba la culpa a ella, pero gracias a que pudimos hablar con ella le buscamos un lugar para dormir, para resguardarla”, cuenta sobre una de sus experiencias más memorables.
El trabajo es difícil, cuenta Estela. No tanto por la naturaleza de ser intérprete, sino porque a veces es complicado hablar de los padecimientos de las mujeres.
“Es un poco delicado de hablar de la mujer, porque nuestra cultura como indígenas es como muy reservada o muy privada, pero cuando se trata de una gravedad, se tienen que intervenir”, cuenta Estela sobre el día a día.
“Lo más difícil son los términos médicos, para que yo pueda transmitir su mensaje, decir hemorragia obstétrica o un aborto inminente ¿cómo se hace esa interpretación? Es un poco difícil”.
-Estela Sánchez Méndez, intérprete en Ixchel.
La dificultad no solo se centra en el lenguaje y la terminología médica, explica Darío Elías Espinosa Gutiérrez, quien además de ser intérprete del programa Ixchel cuenta con una amplia carrera académica en el estudio del tseltal.
Por ejemplo, dice, en el caso del tsotsil y tseltal (lenguas mayenses muy difundidas por Chiapas), al hablar siempre se hace referencia al corazón y al alma, y esto hace que traducir el sentido de las oraciones al español sea una tarea compleja.
Reparar una deuda lingüística
Darío tiene una peculariadiad: él nunca tuvo que dejar de hablar su lengua por ser señalado o porque se le prohibiera en ciertos espacios.
Este no es el caso de Estela, hablante de tseltal y tsotsil ( que aprendió a la par en su infancia). Ella dejó de hablar su lengua por varios años, cuando llegó a vivir a San Cristóbal de las Casas. Los motivos: el racismo y la discriminación.
“Si nos oían hablando, seguro que nos decían patarrajada, piojosa. Así no nos quedaba más que aprendernos el español para que en la ciudad no nos discriminaran, para que nos tomaran en cuenta”, recuerda Estela sobre el tiempo que sepultó a su lengua materna dentro de sí.
Este racismo muchas veces es exacerbado por condiciones estructurales.
Por ejemplo, a pesar de que en México se hablan 68 lenguas además del español, su reconocimiento no fue legalizado hasta hace poco. Apenas en 2001, el estado mexicano reconoció que México es un país pluricultural sustentado en sus pueblos indígenas. Esto ocurrió después de una reforma al Artículo 2° de la Constitución.
Dos años después, en 2003, se publicó la primera Ley general de Derechos Lingüísticos de los pueblos indígenas, en donde se vuelve obligatoria la integración de intérpretes al sistema judicial. Y fue hasta el 2020, con una nueva modificación al Artículo 2°, que se reconoció a las 68 lenguas indígenas y sus 364 variantes que se hablan en México como lenguas nacionales.
Ese reconocimiento, sin embargo, no ha ido acompañado de acciones por parte de diferentes dependencias del gobierno, como la del sector salud, o las de muchos otros. Por eso, iniciativas como Ixchel marcan la agenda en las acciones pendientes para volver esos reconocimientos una realidad.
En noviembre de este año, Ixchel iniciará una mesa de trabajo con autoridades de salud en Chiapas para crear un perfil laboral de intérpretes en hospitales públicos de todo el estado. En la mesa participan el Seguro Social y las secretarías de Salud y de Gobierno de la entidad.
El objetivo de Ixchel es impulsar la aprobación de una ley que permita que haya intérpretes contratados por el gobierno en los servicios de salud.
“Lo que se busca es que sea el estado el que absorba la parte de generar los recursos, para que en los espacios públicos tengan un intérprete en lenguas indígenas», cuenta Darío.
Y añade:
«Hablando en materia de salud, en gran parte los pueblos indígenas no quieren ir por el miedo de no saber expresar su sentir. Luego llegan, y como no se entienden, los médicos van a tratar de interpretar como dios les vaya a dar a entender qué es lo que tiene, por eso entre la gente hay ese temor de que voy con algo y regreso con lo mismo, o algo peor”.
-Darío Espinoza, intérprete en Ixchel.
Por su parte, Estela guarda la satisfacción de poder acompañar a las personas que no hablan español.
“Me hace sentir bien acompañar a mi gente. Poder ayudarlos, porque a veces ellos no vienen preparados. No traen dinero, llegan de muy lejos, solo con lo que traen puesto. El poder apoyar me hace sentir bastante bien, me hace sentir útil. Por eso me gustaría que esto se expandiera, no solo en el estado de Chiapas, sino en toda la República”.
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