Tierra Caliente en alerta máxima por altas temperaturas; el calor es insoportable, dicen sus habitantes

Texto y fotografía: Margena de la O

Altamirano

Gustavo Mariano, El Charolo, como lo conocen, está sentado en una sombra de lo que quedó del mercado municipal incendiado de Ciudad Altamirano, y le escurre sudor de la cara como si le echaron un bandejazo de agua. Es la una de la tarde del jueves 15 de junio y está en su primer descanso del día desde las seis y media que comenzó su jornada; aprovechó toda la mañana para avanzar lo más que pudo en la estructura de herrería que coloca en el techo del mercado en reparación.

En este momento el sol pega duro. Gustavo tiene a la mano agua mineral, un refresco de sabor, sal y limones para prepararse un suero. Ayer (miércoles 14 de junio) se sintió mal y bajó del techo un tanto mareado y con una sensación extraña de vomitar; cree que era señal de deshidratación.

En cualquier lugar del estado y de gran parte del país, esta hora, en cualquier época, es de las más complicadas, pero ahora más, porque este año existe una alerta nacional por los estragos del calor, y Pungarabato, municipio del que es cabecera Ciudad Altamirano, está en alerta máxima.

Este viernes 16 de junio, de acuerdo con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Estado, las temperaturas en este municipio llegarían a los 44 grados centígrados, el jueves 15 que Gustavo tomaba un descaso, los pronósticos indicaron temperaturas de hasta 45 grados, igual que del día anterior que se sintió mal.

Pero estos pronósticos, ante los rayos directos del sol pueden quedar cortos, y quizá es por eso que este jueves los vehículos en marcha disparaban sus mediciones de temperatura por encima de los 50 grados.

Porque indepediente de los números oficiales sobre el calor, la sensación al hacer contacto con el ambiente lo determina todo. Bajar de un vehículo en Ciudad Altamirano, después de horas de viaje, es similar a cruzar de manera repentina cerca de un caldero en ebullición; el cambio es drástico.

Ciudad Altamirano es cabecera de Pungarabato, uno de los nueve municipios de la Tierra Caliente de Guerrero. Para propios y extraños es sabido que el calor es una característica de la región, pero los números de las instituciones, el bajo flujo en la ciudad y los testimonios de los habitantes confirman que lo de ahora, en una tierra naturalmente calurosa, es inusual.

De manera técnica esta cabecera es el principal centro económico de la región, pero eso fue imperceptible la tarde del jueves en las calles de la ciudad; el flujo de carros era escaso, las tiendas del callejón, el principal lugar de venta en el centro de la cabecera, estaba deslucido y sin personas, y las unidades del transporte público circulaban vacías; extraño cuando es era horario laboral y de clases.

El dueño de una de la huaracherías del cascaron que quedó como mercado municipal dijo que la razón es el calor. Quienes fueron consultados en la zona dijeron que el periodo más duro es entre la una y cuatro de la tarde.

“Hace un rato me entró la desesperación ya me quería a mi casa”, agregó el mismo señor de la huarachería que poco antes se preparó una agua de limón para sobreponerse. Cierra su negocio a las seis de la tarde.

No todos los comerciantes que están en el cascaron del mercado, donde hay una estructura improvisada con lámina y lonas, ven con mala cara el tema del calor. Al menos Juan Carlos Díaz, que tenía una tienda de artículos variados en el mercado, sumó a su puesto aguas, refrescos y bebidas con electrolitos embotelladas, y es lo que vende.

“Ahorita gracias a dios vendo por las bebidas”, agregó. Para él es importante este comercio cuando el mercado sigue en reparación.

También expuso que en su casa evitan salir de entre la una y cinco de la tarde. Le pidió a su esposa que acudiera a hacer un pendiente que tenían en casa, pero se negó por el sol y el calor.

Algunas personas buscan opciones para refrescarse en la ciudad aun cuando es entre semana. Debajo del puente que divide a Ciudad Altamirano de Coyuca de Catalán, otro municipio de la región, cruza el río Balsas. La tarde del 15 de junio, varias personas estaban ahí, muchos de ellos son menores; algunos están bañándose y otros comen o beben algo refrescante. Era la hora de la comida y algunas familias fueron a preparar sus alimentos al río.

En los márgenes del río el calor se siente menos. Roberto compartió que acudió para mitigar el calor, porque estar en casa es insoportable; no tiene aire acondicionado. Para entonces ya son alrededor de las tres de la tarde.

Cuando dicen que el calor es insoportable en las casas en este momento, en realidad lo es. A esa hora, de las llaves de los lavabos sale el agua caliente, como si la hubiesen sacado de un recipiente de la estufa. Es casi improbable que alguien pudiera bañarse a esta hora con agua a temperatura ambiente.

Aun cuando Roberto acude la río también como una necesidad ante el calor, no todas las personas de la región pueden darse estos espacios. Gustavo, por ejemplo, se quedó en el mercado para una segunda ronda en el techo, porque anda retrasado.

Hace dos o tres semanas que el calor no arreciaba como ahora, en una hora colocaba hasta 20 montenes, canales de acero que son la base de los techados, pero ahora con esfuerzo puede soldar 10.

Las altas temperaturas en Ciudad Altamirano han provocado la demora de Gustavo. Como trabajan con acero, el sol pega directo a la estructura y sobrecalienta los montenes, y no pueden seguir. “Nos atrasa esto”, comentó.

Agregó que antes se auxiliaba con un cartón para sentarse sobre la estructura de metal mientras soldaba, y le bastaba, ahora prefiere detener su trabajo. También cambió su horario: antes él y su dos ayudantes comenzaba a trabajar a las ocho de la mañana, ahora a las seis y media para ganarle al sol y al calor. “Yo tengo tiempo que ando haciendo techados y la verdad no (…), últimamente esto se está poniendo muy caliente”, agregó.

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) alertó este viernes que la tercera ola de calor ocasionaría temperaturas altas en 23 entidades del país. Guerrero estaba en el grupo de los estados que en algunos puntos rebasarían los 45 grados centígrados. Las sugerencias que propone para todos ellos son evitar exponerse a los rayos solares por tiempos prolongados e hidratarse.

En las mediciones de Protección Civil del estado colocan a Pungarabato como el municipio, de los 81 municipios que son en Guerrero, con la temperatura más alta.

A esto se suma que en toda la región no ha llovido. El temporal de lluvias debió comenzar en mayo pasado.

Daniel, un habitante de un pueblo cercano a Altamirano, dijo que los campesinos, como él, llevan un retraso en la siembra de 15 días a un mes porque no ha llovido. Las lluvias, primero, preparan la tierra y después, determinan cómo estará la cosecha de temporal. Es importante “que llueva y siga lloviendo, porque si llueve nomás ahorita y deja de llover, el maíz como que se cuece”.

Hasta este viernes no se supo de lluvia en la región y sin ella los campesinos no pueden aventurarse a sembrar. Daniel comentó que en su caso siembra el maíz para autoconsumo. “Ahorita toda la gente está esperando el agua para sembrar”.

La Tierra Caliente nunca antes fue tan literal como ahora.

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