Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Una mesa, un comal, un fogón para hacer tortillas y una colchoneta es el único patrimonio que le queda a Petra Hipólito Vélez a un mes y medio de que abandonara su vivienda que estaba cimentada en los márgenes de la barranca La Lobera, zona declarada de alto riesgo por un derrumbe que se llevó algunas casas de la colonia 1 de Mayo.
Petra fue evacuada de su vivienda la mañana del 5 de mayo, después que el desgajamiento de la barranca acabó por derrumbar una casa y un auto que estaban en sus márgenes.
Esa misma noche el Ayuntamiento de Chilpancingo instaló un refugio temporal para las 10 familias evacuadas, ubicado en las instalaciones de las canchas de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), en las inmediaciones del centro de la ciudad.
Las 10 familias afectadas, entre ellas la de Petra, acudían a dormir al refugio y por el día trabajaban o hacían guardias para evitar algún robo en sus viviendas.
En esa dinámica estuvieron por mes y medio, hasta que la noche de ayer 11 de julio, a los afectados se les impidió la entrada al refugio y se regresaron a dormir a sus viviendas de la 1 de Mayo.
“Nosotros queremos ver una solución, estamos arriesgando a nuestra familia, porque no se vale lo que nos hizo la presidenta, porque no se vale lo que nos hizo, no dejarnos entrar, nos hubiera avisado para no gastar, nosotros ya no teníamos para el pasaje y nos regresamos caminando con nuestra colchoneta”, contó Petra.
En el caso de Petra, su casa está sobre un socavón que se formó debido a los derrumbes. La mitad de su casa, que era de madera, fue desmantelada, y la otra parte, que es de concreto, está suspendida en el aire.
La noche de ayer durmió en el piso, sobre una colchoneta y con el miedo que sucediera un accidente.
“Por la noche se escucha como truena la tierra y nos salíamos todos, pero por el cansancio nos regresábamos a dormir; y así pasamos la noche”, contó Petra.
Esta mañana, Petra puso un fogón y un comal en la puerta de su casa, y comenzó a vender tortillas para tener algo de dinero; de ella dependen sus dos hijos y su padre.
Anteriormente tenía una tienda de abarrotes, la que desmanteló después de ser evacuada y la que no puede instalar otra vez por las condiciones de su vivienda.
“Yo no tengo dónde ir, yo tuve que venirme peligrando porque no tenemos otra opción”, menciona Petra.
Las dificultades de Petra comenzaron desde el 5 de abril pasado; fue asesinada su pareja, era chofer de una Urvan del servicio público de Chilpancingo, la ruta de la colonia PRD.
Exactamente un mes después ocurrió el derrumbe y ahora se quedaron sin la oportunidad de dormir en un albergue.
La petición de Petra es que les aclaren su situación. “Queremos saber qué harán las autoridades para resolver el problema, porque ya nos regresamos a vivir aquí y es peligroso para todos”, dijo.
La familia de Petra y otras 10 que vivían en los márgenes de la barranca La Lobera fueron evacuadas después de que se derrumbó una parte del suelo donde estaban asentadas sus casas.
Fueron esas 10 familias las que ocuparon el albergue; hoy algunas se fueron con un familiar, otras buscaron un espacio para rentar y otras, como el caso de Petra, regresaron a su vivienda, su único patrimonio.
Existen otros casos que no son contabilizados dentro de las 10 familias afectadas, como el de Sofía Pacheco Cabañas, a quien los elementos de Protección Civil pidieron que desalojara, pero decidió no hacerlo por dos razones, la primera por su hija que tiene una discapacidad motriz y no puede valerse por si misma, y la segunda para cuidar que no robaran su vivienda.
La casa de Sofía quedó a poco metros del agrietamiento más visible que dejó el deslave de la barranca.
“Yo sólo mandé mis cosas a la casa de mis padres y ahí están guardadas, y ahora sólo espero Protección Civil me diga si sí es seguro vivir aquí o no”, dijo Sofía.
Por su casa vacía y el calor de mayo Sofía decidió dormir en la azotea de su casa junto con su hija, de 33 años, quien requiere cuidados las 24 horas para cambiarle el pañal, darle de comer y moverla de posición.
“Como ven yo no me puedo estar moviendo a cada rato con mi hija, por eso queremos una respuesta pronta de las autoridades para saber qué va a pasar con nuestras viviendas”, dijo Sofia.
La alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, durante su conferencia de prensa matutina aseguró que las familias fueron atendidas y que mediante un acuerdo firmado, ambas partes decidieron el retiro del albergue.
Hernández Martínez dijo que las denuncias de no apoyar a los afectados “son para polarizar”.
La secretaria general del Ayuntamiento, Xóchitl Heredia Barrientos, informó, también en la conferencia de prensa que encabezó la alcaldesa, que las autoridades atendieron a las familias y les dieron atención médica y comida.
La presidenta del DIF Municipal, Arely Hernández Martínez, dijo que “por instrucciones de la alcaldesa todas las dependencias colaboraron para atender a los damnificados”.
Agregó que de mantener el albergue podrían caer en una irregularidad, porque de acuerdo con el procedimiento de Protección Civil, los albergues son instalados por algún desastre natural y el caso de la 1 de Mayo fue “provocado por el hombre”.
La alcaldesa comentó que trabajan con el gobierno del estado para comenzar trabajos de mitigación de riesgo; solo mencionó la posibilidad de embovedar la barranca.
También planteó la posibilidad de que los afectados sean reubicados junto con los habitantes (100 familias) de la unidad habitacional Casa Geo afectados por una falla geológica, al norponiente de la ciudad.
Los colones están en la incertidumbre por la inseguridad de más derrumbes por la temporada de lluvias.