Hija de Lucio denunció que su mamá violada por Figueroa Figueroa

Texto y fotografía: José Miguel Sánchez

Chilpancingo

 

En noviembre de 1974, días antes del asesinato del profesor rural y guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, toda su familia fue detenida por elementos del Ejército para presionarlo a que se rindieran, pero nunca lo lograron, y esa afrenta se las hicieron pagar con creces.

“Un 27 de noviembre de 1974 fuimos llevados al Campo Militar Número uno, vilmente secuestrados por el gobierno; estaba mi abuela, mis tías. Sólo por llevar el apellido Cabañas fuimos torturados”, narró Micaela Cabañas Ayala, hija del guerrillero.

La familia de Lucio fue llevada al Campo Militar Número, en la Ciudad de México, y quienes vivieron o han documentado esa época saben todo lo que eran capaz de hacer los agentes de Estado a los recluidos en ese sitio. Isabel Ayala Nava, entonces pareja de Lucio –después su viuda– y madre de Micaela, fue abusada de manera sexual por el ex gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa.

Como parte de su lucha actual, con la que apela a la memoria y la justicia transicional, Micaela Cabañas narra parte de lo que vivió ella y su madre en ese campo militar, después de reconstruir su propia historia.

Lucio Cabañas fue asesinado un 2 diciembre del 1974, en el Otatal, municipio de Atoyac de Álvarez, después de siete años de encabezar, a través del Partido de los Pobres, uno de los movimientos guerrilleros más importantes de México durante finales de 1960 y principios de la década de 1970.

Falleció en un enfrentamiento con militares.

«Sufrimos lamentablemente desaparición forzada por parte del Ejército y fuimos a dar a esa cárcel clandestina del Campo Militar Número uno, donde su servidora llegó de dos meses», recordó Micaela Cabañas.

Después del asesinato de Lucio Cabañas a manos del Ejército, su familia estuvo secuestrada por dos años.

“Fuimos liberados, pero para poder salir mi mamá tuvo que estar sujeta al innombrable gobernador de Guerrero que era en ese entonces, y fue violada por él”.

En 1974, el gobernador de Guerrero era Rubén Figueroa Figueroa, conocido político guerrerense por sus prácticas represivas contra los movimientos sociales, estudiantes y campesinos.

Gobernó Guerrero de 1975 a 1981, sexenio en el que especialistas e investigadores del tema consideran el periodo más cruento de desaparición forzada y exterminio, al que de manera tradicional fue llamado la guerra sucia, pero otros prefieren llamar terrorismo de Estado.

Cuando la familia Cabañas salió del Campo Militar, Isabel Ayala “ya llevaba un hijo en su vientre que fue producto de una violación de una persona nefasta y que me horroriza hablar de él”, dijo Micaela Cabañas.

En aquella época, cuando Figueroa Figueroa era senador de la República y candidato a gobernador, Lucio Cabañas lo secuestró y la retuvo por tres meses en la Sierra de Guerrero.

Después de una irrupción del Ejército, Figueroa Figueroa fue liberado y asumió el cargo de gobernador. En ese periodo les hizo pagar a la familia Cabañas aquella hazaña de Lucio.

El resultado de la violación de Figueroa Figueroa contra la viuda de Lucio Cabañas fue un bebé que nació con «malformación y a los seis meses falleció; finalmente fue enterrado en el panteón de Xaltianguis en Acapulco”.

Isabel Ayala Nava, esposa de Lucio y madre de Micaela, fue asesinada el 3 de julio de 2011 junto con su hermana, al salir de un templo en Xaltianguis, comunidad rural de Acapulco.

“Ella era un pilar importante para dar con la verdad de la guerra sucia, pero fue todo lo que sabía la razón por la que la asesinaron”, aseguró Micaela Cabañas.

 

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