Texto: José Miguel Sánchez
Fotografía: Oscar Guerrero
Chilpancingo
Orlando Mauro Santos desapareció el 7 de septiembre pasado en la comunidad de Mazatlan, municipio de Chilpancingo. Después de un complicado trámite porque les tomaran su declaración, y a casi tres meses de su desaparición, familiares denunciaron omisión por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) en las acciones de localización.
Los familiares, en conferencia de prensa, pidieron ayudan a la ciudadania para proporcionar información que ayude a su localización.
Orlando se desempeñaba como albañil en Mazatlán, un comunidad de Chilpancingo. El 7 de septiembre salió de su casa alrededor de las cuatro de la tarde «a dar una vuelta”, y a partir de entonces nadie sabe de su paradero.
Por la desaparición de Orlando, su esposa y un sobrina de él acudieron a la FGE a interponer una denuncia por el caso, pero les negaron el trámite porque no fue una desaparición forzada.
Ante la negativa, los familiares acudieron a la Comisión Estatal de Búsqueda para interponer una denuncia. «Ahí sólo le tomaron una muestra de ADN a los familiares», comentó en la conferencia de prensa Isabel Guadalupe Salvador Mauro, sobrina de Orlando.
Después acudieron al Servicio Médico Forense (Semefo) de Chilpancingo y ahí les dijeron que tenían que ir a la FGE para tomarles una muestra de ADN.
Al final la FGE les tomó la denuncia, “pero a tres meses de la desaparición no se han realizado acciones efectivas para su localización”.
La sobrina denunció que apenas hace 7 días la FGE emitió la ficha de búsqueda.
Después de la desaparición de Orlando, sus familiares publicaron una denuncia en redes sociales para pedir ayuda, pero por la publicación comenzaron a recibir llamadas falsas de extorsión.
Desde la desaparición, y ante la omisión de las autoridades, los familiares emprendieron una búsqueda por su cuenta.
Con sus propios recursos acudieron a las comunidades vecinas a Mazatlán para preguntar por Orlando y pegar en las calles la ficha de búsqueda. La cabeceras de Chilpancingo, Tixtla, Quechultengango, Apango, y las comunidades de Ocotito son algunos de los lugares donde fueron por su cuenta.
La sobrina comentó que un conocido les dijo que vio a Orlando ese mismo 7 de septiembre cerca del restaurante Tecuán, ubicado al norte de Chilpancingo, y le comentó que necesitaba efectivo para viajar a la Ciudad de México.
Sus familiares ofrecieron algunas señas particulares de Orlando: tiene dos tatuajes en los brazos, un corazón con el nombre de Yolanda y el otro es un alacrán.
Al momento de su desaparición vestía camisa gris de manga larga, pantalón de mezclilla y huaraches.
La familia de Mauro Santos se dijo desesperada y pidieron a la población les ayudara a localizarlo, porque “estamos inmersos en la angustia”.