Amelio Robles: el coronel revolucionario transgénero de Guerrero

Texto: Itzel Urieta

Fotografía:l Tomada del internet

Chilpancingo

 

Malaquías Amelia de Jesús Robles Ávila fue su nombre de pila, pero en la historia quedó inmortalizado como el coronel Amelio Robles, catalogado como el primer revolucionario transgénero en México.

Nació en 1889, en la comunidad de Xochipala, Guerrero. Desde su nacimiento hasta su juventud fue reconocido como mujer y en el libro Amelio mi Coronel, se describe su historia entre datos verdaderos y literarios.

De acuerdo con el libro, las personas cercanas a Amelio mencionan que era alguien diferente, que desde muy pequeño ya usaba armas, andaba a caballo y hacía actividades relacionadas con los hombres.

Durante 1910, en México comenzó la Revolución Mexicana, episodio histórico en el que muchas personas combatieron, contra el gobierno de Porfirio Díaz, impulsadas por el Plan de San Luis, un manifiesto publicado por Francisco I Madero, el 20 de noviembre de 1910, que llamaba a alzarse en armas para acabar con la dictadura de Porfirio Díaz y convocar a elecciones.

“Entre los que se unieron a esta guerra contra Porfirio Díaz, se destaca un coronel de nombre Amelio Robles, un hombre trans que, en esa convulsionada época, encontró la manera de ocultar su identidad”, mencionó Ignacio Casas Freire, autor del libro Amelio mi coronel, durante un conversatorio virtual organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El libro es una ficción histórica que mezcla las historias de la Revolución Mexicana con la descripción del proceso por el cual pasó Malaquías Amelia de Jesús antes de ser conocido como Amelio Robles.

A los 23 años, todavía como Amelia, decidió unirse a las filas del Ejército Libertador del Sur, obtuvo trabajos de mensajería, contrabando de armas, víveres, lucha armada y misiones especiales.

Antes de que las tropas del Ejército Libertador del Sur pasarán por Xochipala, Amelio se tomó una foto y cuando se la entregaron exclamó “Yo soy y no soy ese personaje”. Acto seguido se cortó las trenzas que llegaban hasta su cintura.

En el libro se narra que después de ese episodio, la madre de Amelia guardó toda su vida las trenzas de su hija en una cajita de Olinalá.

Al ingresar a las tropas dejó a un lado las faldas y el rebozo por Casimira, la pistola de su difunto padre.

En los días que Amelia ingresó a las filas del movimiento revolucionario, les dijo a sus compañeros que se dirigieran a su persona como hombre. Cambió su nombre a Amelio y pidió respeto.

“En una ocasión alguien de su tropa se dirigió a Amelio como mujer y el estalló en cólera, no permitía esa falta de respeto”.

Durante la Revolución, las habilidades de Amelia se hicieron notar, principalmente, al planear y ejecutar emboscadas contra el Ejército federal en las montañas del sur de México.

Participó en la toma de Chilpancingo que llevó a la caída del presidente golpista Victoriano Huerta e incluso, en un combate, logró robarle el caballo a un general, lo que mostró su gran habilidad para dirigir asaltos y su destreza individual.

Ya como coronel tuvo a su cargo grupos de hasta 1,000 hombres.

En 1918, cuando Venustiano Carranza se convierte en presidente de México, Amelio fue nombrado soldado del Ejército Mexicano por haber participado en diferentes luchas con personajes como Chon Díaz, Heliodoro Castillo, Adrián Castrejón y Emiliano Zapata.

Su amistad con quien era su jefe en el Ejército, Adrián Castrejón, facilitaron muchas cosas a Amelio Robles ya que ese contacto político le permitió el reconocimiento en las filas militares.

El ejército zapatista le ofreció el título de coronel, pero éste no era reconocido por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), así que dicho nombramiento no fue oficial y mucho menos se le otorgó la pensión militar que reciben los soldados.

En 1974 lo condecoraron y lo nombraron Veterano de la Revolución Mexicana, gracias a un acta de nacimiento apócrifa, la Sedena reconocía el género y el nombre de Amelio Malaquías Robles Ávila.

En el libro, Casas Freire explica que el carácter de Amelio era bravo, rudo. A quien le dijera algo con respecto a su género le disparaba y no le importaba quien fuera.

Tuvo novias, entre ellas está Ángela Torres con quien adoptó una niña y Lupita Barrón.

Amelio falleció en 1984 a la edad de 95 años.

El libro tiene pasajes que marcaron la vida de Amelio y mezcla investigación histórica con literatura para crear una novela que le hace homenaje a la vida de Amelio.

«El libro aborda esa transición que Amelio pasó durante la Revolución y como contrajo su identidad sin las herramientas teóricas que hay en la actualidad”, dijo Santiago Sosa, uno de los comentaristas del libro.

La vida de Amelio Robles origina un debate en torno a su figura. En nuestros días es motivo de discusiones sobre identidad de género y el avance de derechos de la comunidad LGBT y el feminismo.

 

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