David tiene metas definidas, quiere vender sus dibujos para comprarse una casa y casarse con Katia, una niña con síndrome de Down que conoce desde que iban a preescolar juntos
Texto: Itzel Urieta
Fotografía: José Miguel Sánchez
19 de febrero del 2022
Chilpancingo
David Antonio Moctezuma Acevedo Ramos es un joven de 23 años con síndrome de Down, que dibuja con constancia porque quiere que su obra trascienda con el tiempo.
“Yo quiero ser artista”, confiesa junto a su madre Ana Dalia Ramos Solís, con quien trabaja muy duro, para cumplir ese sueño.
A los ocho años, David comenzó a dibujar. Su hermano mayor sabía sobre dibujo porque había tomado cursos y Ana Dalia le pidió que le enseñara a David y a Aurora (hermana menor de David) lo que había aprendido en sus cursos.
Desde un principio a David le gustó dibujar a su manera y a su ritmo. No le gustaba que le dijeran cómo dibujar y con sus conocimientos para utilizar la computadora él comenzó a buscar dibujos en internet para realizarlos.
Con ayuda de su hermano, David aprendió a realizar trazos y dibujos. David dibuja personajes de caricaturas que a él le gustan como Dragon Ball Z, Gravity Falls y dibujos que halla en internet.
David Antonio es un joven alegre y carismático. Amante del arte, principalmente del dibujo, a él le encanta dibujar, es por eso que quiere ser artista en un futuro.
Ana Dalia apoya a David en todo lo que puede para ver a su hijo feliz. Primero enfrentó con tristeza el diagnóstico del padecimiento de su hijo.
“No sabía nada hasta que nació, yo no tenia idea de lo que era esto”, comenta Ana Dalia.
En el hospital solo le dijeron que David no tendría el mismo desarrollo que otros niños. Ante esta situación, comenzó a buscar ayuda y a investigar sobre el síndrome de Down para que el desarrollo de David fuera de lo más normal.
A los cinco meses de nacido David ingresó al Centro de Atención Múltiple e Intervención Temprana (CAMIP), donde tenía terapias de estimulación física y de lenguaje.
David tiene problemas de lenguaje y le cuesta un poco comunicarse, pero ha desarrollado otras habilidades como aprender a utilizar la computadora. Puede ir y regresar solo de la escuela a su casa, ayuda con los quehaceres domésticos y sabe hacerse de comer.
Asiste a la Escuela de Educación Especial (CAM O1) en el área de capacitación para el trabajo, donde les enseñan diversas actividades que les sirvan para tener un empleo.
Durante su estancia en el CAM 01, David ha mostrado habilidades para el deporte y se ha desempeñado en las disciplinas de atletismo-100 metros planos-, y levantamiento de pesas. En 2018 participó en las Olimpiadas Especiales realizadas en Puebla, donde obtuvo medallas de oro, plata y bronce en levantamiento de pesas.
Con dificultades para lograr sus sueños
Enfrentar algo desconocido como el Síndrome de Down no es lo único por lo que Ana Dalia ha pasado.
La desaparición de su esposo hace 14 años es lo más difícil de sobrellevar.
El papá de David desapareció mientras estaba vendiendo unos terrenos rumbo a Petaquilas, Ana Dalia recuerda que le saquearon sus cuentas de banco y le pidieron su camioneta. El último contacto que Ana Dalia tuvo con su esposo fue cuando él le dijo que les diera los papeles de la camioneta a quienes le habían saqueado sus cuentas.
Recuerda que su esposo le dijo que les diera los papeles, que ya lo iban a soltar pero nunca volvió a saber más de él.
David tenía nueve años cuando su padre desapareció y sigue teniendo recuerdos de él. Al ver que su papá ya no está con ellos, David le ha expresado a su mamá que él es el hombre de la casa y que también quiere trabajar para cuidar de ella y su hermana.
“Se me vino el mundo encima porque yo era ama de casa, nunca había trabajado”, comenta.
A partir de ese momento ella se hizo cargo de sus hijos, ha trabajado en diferentes cosas, como intendente y como maestra de yoga, esta última actividad la desempeñaba de manera exitosa y era su mayor fuente de ingresos, debido a la pandemia por Covid-19 cerraron el lugar donde impartía sus clases y perdió ese ingreso.
Ahora ademas de acompañar a David a vender a los bazares, ella aprendió a tejer blusas, diademas y tops que también oferta en los bazares.
A raíz de la desaparición de su esposo, Ana Dalia forma parte de grupos de personas con familiares desaparecidos con la esperanza de algún día volver a saber algo de su esposo.
David quiere ser artista
Los dibujos que David realiza son hechos a lápiz en hojas blancas, los realiza para que quien los adquiera los pueda pintar a su gusto.
David quiere aprender a dibujar más cosas y aprender diferentes técnicas.
Desde hace aproximadamente un mes David, su madre y su hermana asisten a bazares en los que David vende sus dibujos. Además de que su mamá lo ve como una oportunidad para que él pueda socializar con otras personas.
“El me dice que quiere trabajar, pero quiere trabajar dibujando y vendiendo dibujos”, comenta Ana Dalia.
A los bazares que asiste, David lleva su carpeta de dibujos y los vende en dos pesos o pide cooperación voluntaria. Los dibujos de David son apreciados por las personas que acuden a los bazares.
El sueño de su madre es verlo feliz haciendo lo que le gusta. No descarta que David en un futuro tome cursos de dibujo para aprender otras técnicas y realicr otro tipo de dibujos.
El recurso económico y la falta de apoyo hacia personas con síndrome de Down frenan un poco este sueño.
David necesita un maestro particular para aprender a dibujar, alguien que le enseñe a su ritmo y no se desespere.
David tiene metas definidas, quiere vender sus dibujos para comprarse una casa y casarse con Katia, una niña con síndrome de Down que conoce desde que iban a preescolar juntos.
Exponer sus dibujos en un galería es lo que David más quiere. “Mi mayor anhelo es que él pueda valerse por si mismo, que él sepa salir solo a buscar su sustento”, confiesa Ana Dalia.