Aunque en las últimas semanas se ha presentado información sobre el caso de Lourdes Maldonado, el asesinato de la periodista tijuanense sigue sin esclarecerse; en contraparte, el caso de Margarito, el fotorreportero asesinado un mes atrás, parece estar en el olvido institucional
Texto: Alejandro Ruiz / Pie de Página
Fotografía: María Ruiz
18 de febrero de 2022
Este jueves, durante la conferencia matutina del presidente López Obrador, la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, informó sobre los avances en la investigación de los asesinatos de los periodistas Lourdes Maldonado y Margarito Martínez. La información, sin embargo, sigue sin ofrecer claridad sobre el móvil de ambos asesinatos. Asimismo no hay indicios sobre la autoría intelectual de los crímenes.
Este jueves, el subsecretario de seguridad Ricardo Mejía explicó la metodología que llevó a las detenciones de los tres presuntos asesinos de la periodista, quienes hoy se encuentran vinculados a proceso. De igual forma ahondó en otros casos de periodistas asesinados en el país.
Además, afirmó que existe otro sujeto que puede resultar clave para develar la autoría intelectual del crimen.
Ante esto, periodistas de Tijuana han expresado sus dudas respecto a los alcances de las investigaciones que realizan el gobierno federal y las autoridades locales desde el 25 de enero, pues no ha habido una línea de investigación clara para esclarecer los homicidios.
La prioridad gubernamental, señalan, se ha centrado en el caso de Lourdes Maldonado, y no en el de Margarito Martínez. El motivo, intuyen, es el interés que tiene la federación para proteger la imagen del exgobernador Jaime Bonilla, quien tenía un conflicto laboral con la periodista tijuanense.
Federación insiste en no adelantar juicios contra Bonilla
El 26 de marzo de 2019, la periodista Lourdes Maldonado se presentó en la conferencia matutina del presidente López Obrador. Fue a pedir apoyo ante un litigio laboral que sostenía con una empresa del ahora exgobernador de Baja California, Jaime Bonilla. Durante su intervención, Maldonado dijo temer por su vida.
“Vengo aquí a pedir ese apoyo, esa justicia; y lo hago porque se trata de un personaje fuerte en política que no pretende pagarme ni mucho menos”, expresó en aquél entonces. Años después, y unos días antes de su asesinato, Maldonado informó que ganó un juicio laboral contra el exgobernador.
Estos antecedentes hicieron que la opinión pública centrara sus ojos sobre Jaime Bonilla. El contexto lo justificaba y, mínimamente, ameritaba investigar a profundidad esta relación; pues además de esto, la periodista se encontraba bajo el mecanismo estatal de protección a periodistas y defensores de derechos humanos.
Pese a esto, en las investigaciones que coordina una fiscalía especial de Baja California (en coordinación con el gobierno federal), el nombre del exgobernador no ha resonado.
Inclusive, un día después del asesinato de Lourdes, el presidente declaró que, respecto a la probable responsabilidad de Jaime Bonilla, no se hicieran “juicios sumarios, tener confianza en que no se protege a nadie, ya no son los tiempos de antes, ayer lo dije: no somos iguales”.
Este jueves, la titular de la SSP repitió el mensaje:
“No escatimaremos recursos y garantizaremos que no se intente inculpar a personas inocentes, o se intenten construir casos ficticios. Aunque esto pueda llevar más tiempo, trabajaremos sin pausa, con profesionalismo y compromiso. Detendremos a los verdaderos responsables”.
Rosa Icela Rodríguez.
Por su parte, el presidente López Obrador dijo que “no hay nada que apunte a que este asesinato haya tenido vinculación con una diferencia de carácter laboral que tenía la difunta con el gobernador Bonilla”.
Y demandó a los medios de comunicación que no utilizara “estos lamentables hechos con propósito politiqueros”, pues para el presidente, en este caso, “ni siquiera se puede hablar de política”.
No obstante, y aunque los presuntos autores materiales del asesinato de Lourdes ya están bajo proceso, en el caso de Margarito Martínez la justica ha tardado en llegar ya que, desde su muerte, aún no hay información sobre las investigaciones que se realizan para esclarecer su asesinato.
Móvil difuso
Aunque el pasado 9 de febrero la federación dio a conocer la detención de tres sujetos identificados como los presuntos asesinos de Lourdes Maldonado
; hasta el día de hoy el móvil del homicidio no se ha resuelto. Inclusive, la detención de estos hombres, inicialmente, fue por el delito de narcomenudeo, y no por homicidio. Su identificación deviene de la revisión de los videos por parte del cuerpo especial de investigación.
En el caso de Margarito Martínez, no hubo tal “golpe de suerte”.
El 19 de enero, la Fiscalía de Baja California informó la detención de Ángel N., presunto homicida de Margarito. Sin embargo, al igual que con Lourdes, el motivo por el que resguardaron a este sujeto fue por narcomenudeo. Días después, Ángel N. quedó en libertad.
Estas detenciones parecen indicar que en ambos asesinatos estuvo involucrado el crimen organizado. Esto, por la relación que existe entre los sujetos detenidos con el tráfico de drogas. Sin embargo, para algunos reporteros de Tijuana esto no explica nada, pues en la ciudad fronteriza es difícil separar a las organizaciones criminales de cualquier hecho violento; es decir, las problemáticas allá se moldean a partir de esto.
Versión federal
La versión del gobierno federal gira en torno a que, en los dos casos, se presume la participación de grupos delincuenciales. No dicen más, lo que se sabe es mínimo debido a una reserva en la información pública sobre las audiencias (en el caso de Lourdes), o las líneas de investigación (en el caso de Margarito).
Respecto a la opacidad en la información (específicamente en el caso de Lourdes Maldonado), Rosa Icela Rodríguez afirmó que “no se ha hecho una audiencia pública por el riesgo de uno de los testigos, especialmente. Entonces, más adelante se dará a conocer exactamente cuáles fueron las medidas que se tomaron, pero hoy es por el riesgo de un testigo”.
Y añadió que esto “no significa una medida discrecional del Ministerio Público (de Baja California). Nosotros (la Federación) estamos de acuerdo con esa medida”.
Pese a esto, los dos casos tienen similitudes: ambos periodistas se encontraban bajo la protección del mecanismo estatal; así como la forma en que fueron asesinados. Un solo disparo, a la cabeza, en ambos casos.
Asimismo, el asesinato de los dos periodistas ha hecho que la indignación al interior del gremio crezca, por lo que su muerte, así como la de otros periodistas y comunicadores, ha generado una serie de protestas en distintos estados de la república.